6. ¿Lácteos? Mejor desnatados
Uno de los "12 pasos para una alimentación sana" que propone la OMS-Europa es usar leche y productos lácteos (kéfir, leche agria, yogur y queso) que sean bajos tanto en grasa como en sal. Pese a que la leche solo tiene un 3% de materia grasa, dos terceras partes de su grasa son saturadas (ácido mirístico, el peor desde el punto de vista del riesgo cardiovascular). Los quesos representan un panorama menos alentador, ya que además de contener mucha sal, pueden llegar a tener más de un 60% de grasa. El queso "fresco" tiene un 15% (cinco veces más que la leche entera). Tomar menos lácteos (tomamos una elevada cantidad) y priorizar los desnatados es, en suma, lo más aconsejable.
7. Huevos, no es necesario prohibir, pero tampoco es bueno abusar
Hay pocas evidencias que demuestren que tomar huevos sea malo para el corazón, pero tampoco hay evidencias que prueben que sea bueno. Tomar algún huevo a la semana es compatible con una dieta sana. Lo idóneo es acompañarlo con las hortalizas preferidas y consumirlo junto con un cereal integral (como pan integral sin sal) o una legumbre.
8. Evita las bebidas azucaradas
El Consejo Asesor de las Guías Dietéticas americanas, con la asistencia de la Colaboración Cochrane, declaró en 2010 que debemos "evitar" las bebidas azucaradas. La palabra "evitar" es, hasta la fecha, la recomendación más rotunda emitida en un documento de esta naturaleza. No sorprende: la asociación de estas bebidas con las dolencias cardiovasculares es clara.
9. ¿Alcohol? Cuanto menos, mejor
El consumo de alcohol es una de las primeras causas prevenibles de mortalidad en España y supone el tercer factor de riesgo de muerte prematura y enfermedad, según el PAPPS. En cuanto a los supuestos beneficios del consumo "moderado" (que debería denominarse "de bajo riesgo") de alcohol sobre el corazón, es conveniente tener en cuenta la más reciente opinión de la OMS al respecto: el alcohol es "perjudicial para el sistema cardiovascular", además de teratogénico, neurotóxico, adictivo, inmunosupresor y carcinogénico.
No deberían tomar nada de alcohol los menores de edad, las mujeres embarazadas o que puedan estarlo, las personas que vayan a conducir después de beber, los individuos que hayan tenido problemas relacionados con el alcohol, los pacientes que sigan un tratamiento con fármacos que puedan interaccionar con el alcohol o que padezcan determinadas patologías (como enfermedad hepática o hipertrigliceridemia) o las personas que tengan que operar con maquinaria o participar en actividades que requieran atención, habilidad o coordinación.
10. No confíes en los suplementos, confía en una vida sana
La Asociación Americana del Corazón, líder mundial en cardiología, considera que "no es recomendable utilizar suplementos de vitaminas, minerales o hierbas para prevenir o tratar las enfermedades cardíacas o los accidentes cerebrovasculares". A su vez, aconseja consumir más a menudo alimentos como hortalizas, frutas, integrales o lácteos bajos en grasa. La Universidad de Harvard opina de manera similar.
En cuanto a los famosos suplementos de omega-3, un meta análisis recogido en JAMA en septiembre de 2012 acaba de concluir que no disminuyen el riesgo de mortalidad por cualquier causa, muerte cardíaca o súbita, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular.
Las píldoras "naturales", las infusiones o sustancias similares no solo son incapaces de imitar los múltiples beneficios de una alimentación saludable, sino que pueden provocar que nos esforcemos menos, de forma inconsciente, en mejorar nuestros hábitos de vida. Nada recomendable.
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