domingo, 31 de julio de 2016

Camarón

Se le aprecia como delicadeza culinaria
Los camarones, de los que se conocen varios centenares de especies, forman un pequeño mundo particular en los mares y océanos. Son crustáceos de cuerpo alargado, a veces translúcido o de colores muy vivos, como es el caso de gran número de camarones que viven en los arrecifes de coral de los mares tropicales.

Al contrario que otros crustáceos que viven a grandes profundidades, los camarones habitan en las costas cerca de las playas, ya que parece que la arena o el limo les son indispensables. 

Abundan en los estuarios y lugares poco profundos.  Es difícil describir a un camarón, ya que bajo este nombre genérico están comprendidos cantidad de crustáceos de pequeño tamaño, que no son afines entre sí más que por su forma de vida y su aspecto general. 

La biología de los camarones es bastante conocida. Durante el día se esconden generalmente en la arena, cavando con sus patas su madriguera y ayudándose con la cola para retirar la arena. Al caer la noche es cuando comienza su actividad. salen de su escondrijo y deambulan por el fondo marino en busca de alimento.

Algunas especies, como el camarón Crangon vulgaris, soportan una gran gama de temperaturas y son poco exigentes respecto a la salinidad del agua. sobreviven tanto en temperaturas de 28° a 30°C, como en aguas frías, cercanas al punto de congelación.

El régimen alimenticio de los camarones consiste en todo tipo de detritos animales y vegetales.
Grupo: Artrópodos
Clase: Crustáceos
Orden: Decápodos
Familia: Palemónidos
Género y especie: Paleamon sp. (camarón)

jueves, 7 de julio de 2016

Nattie Stevens revolucionó la genética para siempre

Hoy se cumplen 155 años del nacimiento de Nettie Stevens. Stevens fue una pionera en muchos sentidos. No sólo por ser mujer o dedicarse a la biología en los primeros años del siglo XX; sino, sobre todo, por optar por la genética como campo de estudio, una teoría que acababa de ser redescubierta y que gozaba de muchísima oposición.

Con grandes aptitudes para la química y el álgebra, el talento de la joven Nettie María Stevens (1861-1912), a quien se le atribuye el hallazgo del sistema XY de los cromosomas, nunca pasó desapercibido en su entorno. Completó en dos años un curso de cuatro en el actual Westfield State College de Massachusetts. Fue la primera de su clase y, junto con su hermana Emma, se convirtió en una de las tres primeras mujeres en graduarse en Westford, en 1880.

Sin embargo, la delicada situación económica que atravesaba su familia la mantuvo alejada de las aulas durante varios años, en los que trabajó como maestra y bibliotecaria. No fue hasta 1896, con 35 años, cuando pudo retomar los estudios, matriculándose en la Universidad de Stanford.


Stevens, que descubrió los cromosomas XY y los misterios de la diferenciación sexual, es un ejemplo perfecto de los genios poco conocidos que ayudaron, gracias a su esfuerzo y su creatividad, a dar forma al mundo que conocemos. 

La primera gran genetista
Tras examinar con minuciosidad diferentes insectos, como los escarabajos y gusanos, concluyó que los cromosomas en algunas especies son diferentes según los sexos.

Después de constatar que los cromosomas existen como estructuras parejas en las células, en vez de largos bucles o hilos, Stevens también estableció la diferencia entre dos clases de espermatozoides: los que poseen el cromosoma X, que determinan el sexo femenino, y los que tienen el cromosoma Y, asociados al masculino.


En 1905, dos años después de doctorarse en el Bryn Mawr College de Filadelfia (una de las grandes facultades de biología del momento en EEUU), publicó un trabajo, "Studies in Spermatogenesis with Special Reference to the "Accessory Chromosome", que estaba llamado a cambiar el estudio de la genética. Stevens analizó la diferenciación celular y propuso una teoría clave: que los cromosomas funcionaban como estructuras parejas. Aunque se habían descubierto en 1842, hasta ese momento se pensaba que estos se organizaban como largos núcleos. Stevens se dio cuenta de que no era así.

La idea de las parejas fue clave por algo más, Stevens se percató de que las mujeres tenían veinte pares de cromosomas grandes y los hombres 19 pares grandes y otra formada por uno grande y otro pequeño. Hoy sabemos, como nos han repetido en el colegio innumerables ocasiones, que tenemos 23 pares, pero la historia de como los encontramos merece un post en sí mismo. Stevens, además, llegó a la conclusión de que la diferenciación sexual dependía de la existencia de dos tipos de espermatozoides, cada uno con un cromosoma distinto (X o Y).

Esto fue un descubrimiento fundamental. La genética (que tras la muerte de Mendel había sido olvidada casi totalmente) se había redescubierto hacía sólo 5 años y aún gozaba de muchísima oposición no sólo por parte de los movimientos anticientíficos, sino dentro de la misma biología. Los descubrimientos de Stevens aportaron argumentos muy sólidos a la escuela genética aunque aún habría que esperar doce años más hasta que, por primera vez, la genética (ya en el contexto de la biología evolucionista) se aceptara plenamente.

Stevens murió muy joven, en 1912, a causa de un cáncer de mama. Eso le impidió acceder a la cátedra que había sido creada para ella en el Bryn Mawr College y, presumiblemente, recibir el premio Nobel. Un premio que habría sido más que merecido y que habría dejado negro sobre blanco el brillante papel de la mujer en la ciencia de principio de siglo XX. Un papel que se nos olvida muy a menudo.

martes, 5 de julio de 2016

La sonda espacial Juno llega a la órbita de Júpiter

Tras cinco años de viaje, la sonda ha llegado al planeta para una misión histórica: descubrir los misterios de Júpiter y, de paso, el origen del sistema solar
La sonda Juno de la NASA hizo hoy historia al llegar a la órbita de Júpiter tras cinco años de misión, y se convirtió en el vehículo que más se aproxima al gigantesco planeta gaseoso, con el objetivo de descifrar sus enigmas y descubrir más sobre el origen del sistema solar. Hacia las 03:54 GMT del martes, la sonda impulsada por energía solar se incorporó a la órbita de Júpiter, culminando una misión que comenzó en agosto de 2011 y que busca despejar numerosos interrogantes sobre el mayor planeta del sistema solar, tan enorme que en él podría caber la Tierra más de mil veces.

"Ésta es la hazaña más difícil que ha conseguido jamás la NASA", dijo Scott Bolton, el principal investigador de la misión, al resto de su equipo en Pasadena (California) cuando se confirmó el éxito de la maniobra de entrada en órbita. La nave, no tripulada y del tamaño de una cancha de baloncesto, ya hizo historia en enero al convertirse en la sonda impulsada por energía solar en llegar más lejos en el espacio, a alrededor de 793.


Durante los próximos 20 meses, la sonda dará 37 vueltas a la órbita de Júpiter para ayudar a mejorar la comprensión de los primeros momentos del sistema solar, al revelar el origen y la evolución de su mayor planeta.

Juno es la primera sonda diseñada para operar en el corazón de los cinturones de radiación de Júpiter, la primera en llegar a 2.575 kilómetros de sus nubes superiores y la que tomará las imágenes con mayor resolución vistas nunca del planeta gigante. Ahora que se ha completado la larga y complicada maniobra de inserción en la órbita de Júpiter, la sonda se aproximará a las nubes superiores del planeta cada 14 días hasta culminar la misión en febrero de 2018, cuando está previsto que choque intencionadamente en la atmósfera del planeta y se destruya.


El proyecto más ambicioso
Se trata del proyecto más ambicioso en Júpiter desde que la nave Galileo de la NASA entró en su órbita en 1995 y permaneció allí ocho años, lo que permitió descubrir que el brillante planeta tenía vientos fuertes y que sus anillos se formaron a partir de partículas de polvo llegadas de las lunas circundantes. Pero Juno orbitará por primera vez los polos de Júpiter, algo que Galileo no hizo y que proporcionará nuevas respuestas a los misterios sobre su núcleo, composición y campo magnético.

La onda llega a Júpiter
La sonda estadounidense será también la primera en observar lo que hay debajo de las densas nubes del planeta, por lo que la misión lleva el nombre de la diosa Juno, hermana y esposa de Júpiter, que según la mitología romana, podía ver a través de las nubes. Según la agencia espacial estadounidense (NASA), esta misión ayudará a comprender "cómo se formaron los planetas gigantes y el papel que jugaron en la formación del resto del sistema solar".

Los planetas gigantes, también llamados exteriores o gaseosos, son aquellos que están situados más allá del cinturón de asteroides, es decir, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Júpiter fue probablemente el primero de los planetas en formarse alrededor del Sol porque contiene muchos de los mismos gases ligeros de los que está hecho el astro, hidrógeno y helio, según la NASA. Para estar compuesto principalmente de hidrógeno y helio, Júpiter se debió haber formado mientras había muchos de esos gases ligeros alrededor, es decir, cuando el sistema solar era joven.

La misión de Juno tiene una inversión total de 1.300 millones de dólares y es la segunda sonda diseñada por el programa de la NASA "New Frontiers", tras "New Horizons", que se aproximó a Plutón en julio de 2015 después de nueve años y medio de travesía espacial. Juno, la primera sonda que orbita de polo a polo un planeta exterior (los que están más allá del cinturón de asteroides), pesa 3.625 kilos en total y su cuerpo principal mide 3,5 metros de alto y de diámetro.

La mayor parte de ingenios espaciales que se aventuran tan lejos del Sol necesitan usar energía nuclear para continuar, pero Juno es capaz de generar suficiente energía gracias a sus tres enormes paneles solares, de nueve metros de largo cada uno.

Con sus instrumentos científicos, Juno investigará la existencia de un núcleo planetario sólido, examinará el intenso campo magnético de Júpiter, medirá la cantidad de amoniaco en la atmósfera profunda y observará las auroras del planeta. Además, identificará cuánta agua tiene la atmósfera de Júpiter, lo que ayudará a determinar qué teoría sobre la formación del planeta es la correcta o si es necesario elaborar nuevas teorías.


La nave lleva tres peculiares "tripulantes", unas figuritas Lego de aluminio que representan al dios romano Júpiter, su esposa Juno y el astrónomo italiano Galileo Galilei, descubridor de varias de las lunas de Júpiter, con los que la NASA quiere atraer la atención de los niños hacia el espacio, la ciencia y la ingeniería.

lunes, 4 de julio de 2016

La moringa

La moringa es una planta originaria de la India, pero cultivada a través de todo el mundo. La especie más popular es Moringa oleífera, árbol original de Kerala, pero que se cultiva también en los trópicos. Es un árbol de crecimiento rápido, que en algunos casos puede sobrepasar los 10 metros de altura. Los usos de la moringa varían ampliamente con cada parte del árbol que se utiliza. Hojas, flores, vainas de semillas y raíces se pueden usar para la alimentación, la salud y para cocinar.




Algunos beneficios del consumo de la moringa son:

Incrementa las defensas naturales del cuerpo.
Promueve la estructura celular del cuerpo.
Controla de forma natural los niveles de colesterol sérico.
Reduce la aparición de arrugas y líneas finas.
Promueve el funcionamiento normal del hígado y el riñón.
Embellece la piel.
Proporciona energía.
Promueve una correcta digestión.
Actúa como antioxidante.
Proporciona un sistema circulatorio saludable.
Es un anti-inflamatorio.
Produce una sensación de bienestar general.
Regula los niveles normales de azúcar en la sangre.




Esta planta presenta un alto contenido de proteínas, vitaminas, minerales y una gran cantidad de antioxidantes que le confieren cualidades sobresalientes en la nutrición y salud humana. Uno de los más interesantes usos que se le da a la moringa es en proyectos para prevenir la inanición en los países en vías de desarrollo debido al beneficio nutricional y al grado de proteínas, hierro y otros aminoácidos esenciales que posee. Además ayuda a prevenir problemas de salud y otras deficiencias dietarias.

Puedes tomar moringa en polvo, por ejemplo mezclándolo con jugo de naranja al desayuno para comenzar tu día. Aunque su sabor no es muy fuerte, más de media cucharada puede afectar el gusto, así que intenta con menos cantidad. Si el sabor es un problema, puedes agregarle miel, limón o dátiles. También puedes tomar media cucharadita con cereal o avena. No se necesita más de media cucharada al día para darle los nutrientes necesarios al cuerpo, así que no te fuerces a tomar de más.


Otra opción es espolvorearlo en tu ensalada o tus comidas una vez que ya estén cocinadas para aumentar las propiedades nutricionales de tus alimentos. ¡No cocines el polvo de moringa, o podrías disminuir sus valores nutrimentales!


Si lo que tienes son hojas de moringa, puedes agregarlas al agua caliente para hacer té. Para esto debes colar el polvo a través de una tela o gasa si no cuentas con bolsitas para té, de esta manera las hojas se mantendrán atrapadas y los nutrientes se diluirán en el agua. No hiervas las hojas de moringa junto con el agua, ya que estas pueden perder nutrientes con el exceso de calor.

Recuerda que no puedes forzar los procesos de tu cuerpo, así que no tomes moringa por querer reparar tu organismo de manera rápida. Tómala regularmente como parte de tu dieta y deberías obtener los beneficios de esta maravillosa planta. Además, consulta a tu médico, ya que la moringa puede resultar muy fuerte para algunas personas, como embarazadas, hipoglucémicos y personas con colesterol alto, entre otras.