jueves, 6 de marzo de 2014

Baterías de azúcar

Enviado por Brenda Fragoso

Se ha creado un dispositivo, calificable como batería en algunos aspectos y como célula de combustible en otros, que funciona con azúcar y que posee una notable densidad de energía (la cantidad de energía que puede ser almacenada para un peso dado de la batería). Esto abre las puertas hacia una posible revolución futura en las pilas eléctricas, donde muchas de las hoy más comúnmente usadas se podrían reemplazar por baterías reutilizables más baratas e incluso biodegradables.

Esta llamativa innovación es obra del equipo de Y.H. Percival Zhang, del Instituto Politécnico de Virginia (Virginia Tech) en Blacksburg, Estados Unidos.

Aunque se han desarrollado otras baterías de azúcar, la creada por el equipo de Zhang tiene una densidad de energía un orden de magnitud superior a las otras, permitiendo que funcione más tiempo antes de que necesite ser rellenada.

Dentro de como mucho tres años, la nueva batería de Zhang podría estar alimentando algunos de los teléfonos móviles, tabletas, consolas de videojuegos, y demás aparatos electrónicos portátiles que requieren energía en nuestro mundo tan necesitado de ella.

El azúcar es el compuesto de almacenamiento de energía perfecto en la naturaleza, tal como subraya Zhang. Así que es lógico intentar aprovechar este potencial natural para producir una batería en una forma respetuosa con el medio ambiente.



Sólo en Estados Unidos, se desechan miles de millones de baterías tóxicas cada año, amenazando tanto al medio ambiente como a la salud humana, según la Agencia estadounidense de Protección Ambiental (EPA). El desarrollo de Zhang podría evitar que miles de toneladas de baterías acaben arrojadas en vertederos.

Éste es uno de los muchos éxitos de Zhang basados en usar una serie de enzimas mezcladas entre sí formando combinaciones que no existen en la naturaleza. Entre las ideas innovadoras de Zhang, destaca un método para extraer hidrógeno de una forma económica y respetuosa para el medio ambiente, que puede utilizarse para energizar vehículos.

En su trabajo más reciente, Zhang y sus colegas crearon una vía enzimática sintética, sin parangón en la naturaleza, que se aprovecha de los potenciales electroquímicos del azúcar para generar electricidad en una célula de combustible enzimática. Se emplean enzimas biocatalizadoras de bajo coste como catalizadores, en vez del costoso platino, que se emplea habitualmente en las baterías convencionales.

Como todas las células de combustible, la batería de azúcar combina combustible (en este caso maltodextrina, un polisacárido obtenido a partir de la hidrólisis parcial del almidón) con aire para generar electricidad, así como agua como subproducto principal.

A diferencia de las células de combustible de hidrógeno y de las células de combustible de metanol directo, el uso de este azúcar no entraña riesgo alguno de explosión o de fuego de por sí, y además posee una mayor densidad de energía. Las enzimas y los combustibles utilizados en el dispositivo son biodegradables.

La batería se puede también rellenar y es posible añadirle azúcar en una operación no muy distinta a la de rellenar con tinta un cartucho de impresora.

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