Un equipo de investigadores, liderado por astrónomos de la Universidad Nacional de Australia (ANU, por sus siglas en inglés), ha descubierto la estrella más antigua conocida en el universo, la cual se formó poco después del Big Bang hace 13.7 mil millones de años.
El nuevo hallazgo permite a los científicos entender cómo era el cosmos en su inicio.
La estrella primitiva se localiza a 6 mil años luz de la Tierra, una distancia relativamente corta en términos astronómicos de acuerdo con el líder del estudio, el Dr. Stefan Keller. Fue descubierta gracias al telescopio SkyMapper de la ANU y al observatorio Sliding Spring, el cual se especializa en localizar estrellas antiguas. La composición de la estrella recién descubierta muestra que se formó a raíz de una estrella primordial que tenía una masa 60 veces mayor a la del Sol.
Previamente se creía que las estrellas primordiales morían en violentas explosiones que arrojaban enormes cantidades de hierro. Sin embargo, la estrella antigua no se compone principalmente de hierro, sino de elementos más ligeros como carbón y magnesio. Esto indica que la explosión supernova de la estrellas primordiales era sorprendentemente baja de energía. La mayoría de los elementos pesados, como el hierro, fueron consumidos por un agujero negro que se formó en el centro de la explosión.
Los resultados podrían finalmente resolver incongruencias entre las predicciones del Big Bang y lo realmente observado. El estudio de la estrella más antigua jamás encontrada, publicado en la revista Nature, ha permitido crear una "huella digital" de las estrellas primordiales, el primer paso en entender cómo era el universo en su infancia y el origen de los materiales que hoy en día nos rodean.
El nuevo hallazgo permite a los científicos entender cómo era el cosmos en su inicio.
La estrella primitiva se localiza a 6 mil años luz de la Tierra, una distancia relativamente corta en términos astronómicos de acuerdo con el líder del estudio, el Dr. Stefan Keller. Fue descubierta gracias al telescopio SkyMapper de la ANU y al observatorio Sliding Spring, el cual se especializa en localizar estrellas antiguas. La composición de la estrella recién descubierta muestra que se formó a raíz de una estrella primordial que tenía una masa 60 veces mayor a la del Sol.
Previamente se creía que las estrellas primordiales morían en violentas explosiones que arrojaban enormes cantidades de hierro. Sin embargo, la estrella antigua no se compone principalmente de hierro, sino de elementos más ligeros como carbón y magnesio. Esto indica que la explosión supernova de la estrellas primordiales era sorprendentemente baja de energía. La mayoría de los elementos pesados, como el hierro, fueron consumidos por un agujero negro que se formó en el centro de la explosión.
Los resultados podrían finalmente resolver incongruencias entre las predicciones del Big Bang y lo realmente observado. El estudio de la estrella más antigua jamás encontrada, publicado en la revista Nature, ha permitido crear una "huella digital" de las estrellas primordiales, el primer paso en entender cómo era el universo en su infancia y el origen de los materiales que hoy en día nos rodean.
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