Sin embargo, su principal trabajo consistió en dilucidar cómo se producía la transmisión de la fiebre amarilla por los mosquitos. Concluyó que el agente transmisor de la enfermedad era el mosquito Aedes aegypti, para lo cual aportó numerosas pruebas experimentales que confirmaron su teoría, que no fue realmente aceptada por la comunidad científica de la época hasta 1900.
Estudio sobre el cólera
Desde 1868 llevó a cabo importantes estudios sobre la propagación del cólera en La Habana. Sus estudios mostraban que la propagación del cólera se realizaba por las aguas de la llamada Zanja Real, probablemente contaminadas por los enfermos en las fuentes mismas de donde se surtía aquel primitivo acueducto descubierto. Esas investigaciones epidemiológicas de Finlay no fueron publicadas entonces debido a la rígida censura de tiempos de guerra establecida por las autoridades coloniales. Se temía que la diseminación del cólera se atribuyese a la desidia del gobierno colonial. Sin embargo, la Real Academia de Ciencias de La Habana logró publicar este importante trabajo de Finlay en 1873, cuando ya había pasado la epidemia. En 1872, fue elegido Miembro de Número de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, y en 1895, Miembro de Mérito. Se desempeñó como Secretario de Correspondencia (a cargo de las relaciones internacionales) de esa institución, por espacio de casi 14 años.
Estudios sobre la fiebre amarilla
También estudió el muermo, y describió el primer caso de filaria en sangre observado en América (1882). Incursionó ocasionalmente en cuestiones científicas de un carácter más teórico y practicó la oftalmología, que era la especialidad de su padre. Paralelamente, se dedicó a investigar la etiología de la fiebre amarilla, partiendo de la considerable experiencia acumulada en Cuba en la caracterización y el diagnóstico de esta enfermedad, algunos de cuyos síntomas fueron descritos originalmente por médicos cubanos. En representación de la Academia de Ciencias, colaboró activamente con la primera comisión investigadora de la fiebre amarilla enviada a Cuba por el gobierno estadounidense, en 1879.
Estudio sobre el cólera
Desde 1868 llevó a cabo importantes estudios sobre la propagación del cólera en La Habana. Sus estudios mostraban que la propagación del cólera se realizaba por las aguas de la llamada Zanja Real, probablemente contaminadas por los enfermos en las fuentes mismas de donde se surtía aquel primitivo acueducto descubierto. Esas investigaciones epidemiológicas de Finlay no fueron publicadas entonces debido a la rígida censura de tiempos de guerra establecida por las autoridades coloniales. Se temía que la diseminación del cólera se atribuyese a la desidia del gobierno colonial. Sin embargo, la Real Academia de Ciencias de La Habana logró publicar este importante trabajo de Finlay en 1873, cuando ya había pasado la epidemia. En 1872, fue elegido Miembro de Número de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, y en 1895, Miembro de Mérito. Se desempeñó como Secretario de Correspondencia (a cargo de las relaciones internacionales) de esa institución, por espacio de casi 14 años.
Estudios sobre la fiebre amarilla
También estudió el muermo, y describió el primer caso de filaria en sangre observado en América (1882). Incursionó ocasionalmente en cuestiones científicas de un carácter más teórico y practicó la oftalmología, que era la especialidad de su padre. Paralelamente, se dedicó a investigar la etiología de la fiebre amarilla, partiendo de la considerable experiencia acumulada en Cuba en la caracterización y el diagnóstico de esta enfermedad, algunos de cuyos síntomas fueron descritos originalmente por médicos cubanos. En representación de la Academia de Ciencias, colaboró activamente con la primera comisión investigadora de la fiebre amarilla enviada a Cuba por el gobierno estadounidense, en 1879.
Teoría de propagación
El principal aporte de Finlay a la ciencia mundial fue su explicación del modo de trasmisión de la fiebre amarilla. Desde las primeras décadas del siglo XIX, un buen número de médicos había descartado que la fiebre amarilla se trasmitiese por contagio directo (es decir, por contacto con un enfermo o con sus secreciones, excreciones o pertenencias). Predominaba la versión anticontagionista de este mal, la cual lo atribuía a ciertas condiciones del medio natural o a la presencia de un "miasma" (algo así como efluvio contaminante). El 18 de febrero de 1881, en una conferencia sanitaria internacional celebrada en la capital de los Estados Unidos, (a la cual asistió como miembro de la delegación española, en representación de Cuba y Puerto Rico), explicó que, al no ajustarse el modo de propagación de la fiebre amarilla a los esquemas del contagionismo y del anticontagionismo, era preciso postular un agente cuya existencia sea completamente independiente de la enfermedad y del enfermo, capaz de trasmitir el germen de la enfermedad, del individuo enfermo al sano. Esta fue, en esencia, la TEORÍA del modo de trasmisión de la fiebre amarilla expuesta por Finlay.
El principal aporte de Finlay a la ciencia mundial fue su explicación del modo de trasmisión de la fiebre amarilla. Desde las primeras décadas del siglo XIX, un buen número de médicos había descartado que la fiebre amarilla se trasmitiese por contagio directo (es decir, por contacto con un enfermo o con sus secreciones, excreciones o pertenencias). Predominaba la versión anticontagionista de este mal, la cual lo atribuía a ciertas condiciones del medio natural o a la presencia de un "miasma" (algo así como efluvio contaminante). El 18 de febrero de 1881, en una conferencia sanitaria internacional celebrada en la capital de los Estados Unidos, (a la cual asistió como miembro de la delegación española, en representación de Cuba y Puerto Rico), explicó que, al no ajustarse el modo de propagación de la fiebre amarilla a los esquemas del contagionismo y del anticontagionismo, era preciso postular un agente cuya existencia sea completamente independiente de la enfermedad y del enfermo, capaz de trasmitir el germen de la enfermedad, del individuo enfermo al sano. Esta fue, en esencia, la TEORÍA del modo de trasmisión de la fiebre amarilla expuesta por Finlay.
Posteriormente, junto al jefe de sanidad norteamericana en Cuba, William Gorgas, llevó a cabo la erradicación de la plaga en la isla y luego en Panamá, lo que facilitó la construcción del canal. En 1902, al proclamarse la república de Cuba, Finlay fue nombrado jefe nacional de sanidad, cargo que ocupó hasta 1909, año en que se retiró. Después de su muerte, el gobierno cubano creó en su honor el Instituto de investigación en Medicina Tropical, y el día 3 de diciembre, aniversario de su cumpleaños, se celebra en toda América el "Día de la medicina americana".
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