Enviado por Brenda Fragoso
Un equipo de físicos, ingenieros químicos y especialistas en ciencia de los materiales ha dado un paso decisivo en sus investigaciones para desarrollar un modo idóneo de usar cristales líquidos como medio de ensamblar estructuras. En sus estudios anteriores, el equipo de Randall Kamien, de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos, produjo patrones de "defectos", alteraciones útiles en los patrones repetitivos presentes en cristales líquidos, en forma de cuadrículas y anillos nanométricos.
El nuevo estudio añade un patrón más complejo: una estructura tridimensional con forma de flor. Los pétalos de esta "flor" están hechos de cristal líquido transparente y se extienden hacia fuera, formando un círculo, desde un punto central. Una tensión superficial idónea hace que esos pétalos mantengan una configuración "escalonada" y convexa. Y, debido a que el cristal líquido puede interactuar con la luz, el conjunto completo puede funcionar como una lente, enfocando la luz hacia un punto específico. La estructura se asemeja a la del ojo compuesto de un insecto, o a los espejos en los telescopios más grandes, tal como explica Kamien.
La línea de desarrollo tecnológico que se ha abierto ahora con la creación de estas flores de cristal líquido utilizables como lentes es muy prometedora. A medida que los diseños futuros se hagan más sofisticados, puede ser posible gobernar la luz de maneras muy diversas, y mucho más complejas que lo permitido por las lentes tradicionales. En el trabajo de investigación y desarrollo también han participado Kathleen Stebe, Shu Yang, Daniel Beller, Mohamed Gharbi y Apiradee Honglawan.
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