Enviado por Brenda Zahori
Un estudio, llevado a cabo por investigadores de las universidades de Pekín (China) y Northwestern (Chicago, EE UU), ha demostrado que apuntar en la pantalla del ordenador con el cursor y hacer clic cambia la forma en la que el cerebro generaliza los movimientos.
El trabajo, publicado en la revista Current Biology, señala que las personas que usan ordenadores hacen alrededor de 7.400 clics con el ratón a la semana.
"El problema es que los ordenadores tienen pantallas con diferentes tamaños y los ratones poseen distintos rendimientos. Nuestro cerebro quiere conocer esto rápidamente para no tener que volver a aprender todos los movimientos posibles cuando cambiemos de equipo. Si aprendemos a generalizar, con solo mover el ratón una vez ya estaremos calibrados”, dice Konrad Kording, uno de los autores, investigador del Instituto de Rehabilitación de la Universidad Northwestern.
De hecho, uno de los experimentos realizados reveló que los trabajadores chinos acostumbrados a usar el ordenador eran capaces de hacer generalizaciones más amplias en el aprendizaje de movimientos que otro grupo con edades y educación similares, pero que nunca había utilizado ordenadores.
En la prueba, tanto los trabajadores que habían usado ordenadores como los no usuarios aprendieron a mover el cursor mientras su mano estaba oculta a la vista, pero los experimentados generalizaron más rápidamente lo que habían aprendido sobre el movimiento del cursor en una y en varias direcciones.
Para llegar al fondo, los investigadores estudiaron a otro grupo de diez personas no familiarizadas con los ordenadores, tanto antes como después de pasar dos semanas manejando juegos de ordenador que requerían un uso intensivo del ratón durante dos horas cada día.
Esas dos semanas fueron suficientes para equiparar los patrones de generalización de los individuos sin experiencia informática con los de los usuarios regulares de ordenador.
Los resultados de este trabajo “muestran que el uso del ordenador no solo cambia nuestro estilo de vida, sino que también afecta a la representación neural de nuestros movimientos”, señalan los investigadores.
Según los autores, esta nueva comprensión del aprendizaje de los movimientos podría tener aplicaciones en el ámbito de la rehabilitación.
"Nuestros datos revelaron que la generalización tiene que aprenderse, no se produce de forma automática", dice Kunlin Wei de la Universidad de Pekín, autor principal del estudio.
A partir de ahora, la cuestión será como aplicar la generalización del trabajo de rehabilitación en clínica a la que se pueda llevar a cabo en los hogares, subraya.
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