domingo, 29 de mayo de 2016

8 Cosas que no sabías que se heredaban genéticamente

¿Tendrá mi hijo los ojos azules como su padre? ¿Sacará la nariz de su madre? ¿El pelo de sus abuelas? La genética nos determina los rasgos físicos, los genes, la altura… Todo. Pero lo cierto es que hay muchas cosas, muchos rasgos de la personalidad y declinaciones emocionales que también pasan de padres a hijos sin que nos lo planteemos. Si eres adicto al café, muy probablemente tu descendencia también lo sea. Te contamos lo que tienes de tus padres y lo que tendrán tus futuros retoños.

1. El espíritu aventurero

Entre escoger montarte en una atracción con muchos lupins y quedarte abajo mirando, está tu personalidad. Ese amor por el riesgo, la adrenalina y la aventura se hereda del padre o de la madre, así como el hecho de preferir no montarte ni en una noria. Un estudio del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en EEUU halló un gen que determinaba el desarrollo de la amígdala que se encarga de las emociones dentro del cerebro, las mismas que intervienen en practicar deporte extremo o, por el contrario, morirte de vértigo con solo pensarlo. El gen determina que si se tiene una copia, se tendrán pensamientos temerarios.

La memoria emocional y las respuestas antes las situaciones que provocan miedo son prácticamente iguales que las que sienten nuestros progenitores o, al menos, uno de los dos.

2. Depresiones

Ciertos rasgos de la personalidad se van aprendiendo poco a poco con educación, pero otros vienen bastante determinados por la genética. Hay personas que son más propensas a tener depresiones a lo largo de sus vidas, por lo que seguramente los hijos también tengan esa tendencia emocional hacia la depresión debido a un gen que trasporta la hormona de la serotonina, también llamada de la felicidad.

Algunos estudios también apuntan a que no solamente se determina en los genes, sino también en el ambiente en el que se cría a un niño, ya que los pensamientos tristes y negativos son captados por ellos con facilidad.

3. Ser feliz, o no

Al igual que tener depresión puede ir en los genes, también el hecho de ser una persona feliz con su vida, con lo que hace, y con todo pese a las dificultades y obstáculos, tiene mucho que ver con cómo son nuestros progenitores. La hormona de la serotonina determina si podemos o no ser felices y va dentro de un gen que se hereda, por lo que el bienestar estaría íntimamente ligado al de los padres, según un estudio de la Universidad de Edimburgo.

4. Adición al café

¿Alguna vez te habías preguntado por qué te gusta tantísimo el café? No solo eso, sino que no puedas vivir sin beberlo cada mañana. Pues, probablemente, tenga que ver con que alguno de tus padres ha sido adicto a esta bebida que tanta vida da a veces.

Un estudio ha determinado que hasta seis genes son los responsables de necesitemos cafeína en el cuerpo, ya que cada persona lo metaboliza de una manera distinta. También se relaciona con el placer que se siente al beberlo, y con la forma en la que nuestro organismo digiere y acepta las grasas y los azúcares.

5. Estrés y ansiedad

El refrán ‘de tal palo, tal astilla’ suele utilizarse en numerosas ocasiones, sobre todo cuando el hijo tiene el mismo carácter que el padre. Normalmente cuando tenemos un progenitor que se estresa con facilidad y tiene ataques de ansiedad en situaciones de presión, probablemente los descendientes tengan todas las papeletas para sentirse así cuando se vean en una de esas. Además, es algo que directamente se hereda del padre, pues se ha determinado que el gen va en el esperma que fecunda al óvulo, según la revista ‘Journal of Neuroscience’.

6. Los años de vida

La esperanza de vida de nuestros abuelos probablemente pase también a nuestros padres, sobre todo si no ha habido enfermedades graves de por medio. El ADN puede sumar y restar años dependiendo de la configuración que te hayan dejado en los genes, según un estudio en ‘Nature Communications’. Puede que tengas 3 años más de vida que tus padres o uno menos.

Enfermedades degenerativas como el cáncer de pulmón, los problemas cardiacos y respiratorios, el alzhéimer o el colesterol alto también están determinadas por la genética.

7. Inteligencia

Numerosos estudios han asegurado que la inteligencia se hereda de madres a hijas, pues parece ser que va fijada en los cromosomas femeninos y se traspasa de madres a hijos. En concreto, está en el X y, se cree que, al tener solamente uno los hombres, éste sería heredado de ella.

Hay otros estudios que indican que, según la teoría de la evolución, la madre sería la que habría dotado de inteligencia de los humanos para elegir la pareja adecuada y así poner en marcha un mecanismo de selección.

8. La probabilidad de padecer algunos tipos de cáncer

Es una de las peores enfermedades del mundo, afecta a muchas partes del cuerpo y puede darse de diversas formas. Los factores genéticos y medioambientales son los que influyen en la aparición del cáncer, por lo que se estima que algunos tumores tienen un carácter hereditario. Es por eso que el historial médico familiar es muy importante a la hora de determinar si una persona es más propensa a sufrir un tipo u otro.

En el caso del cáncer de mama, a las mujeres que tienen antecedentes en su entorno familiar se les aconseja revisarse muy a menudo porque el riesgo aumenta.

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