Según Julian Treasure consultor en sonido, afirma que el sonido nos afecta de 4 modos diferentes:
1. Fisiológicamente: El sonido afecta las secreciones de hormonas todo el tiempo, también la respiración, el latido del corazón y las ondas cerebrales. Por ejemplo, el sonido del mar tiene una frecuencia de 12 ciclos por minuto, que es la misma frecuencia que tiene la respiración de una persona al dormir, produce un efecto relajante.
2. Psicológicamente: La música es la fuente sonora que más afecta nuestras emociones. Sin embargo, también existen varios sonidos naturales que influyen sobremanera, como puede ser el cantar de las aves. El hombre relaciona el canto de las aves con la calma, porque el hombre durante miles de años aprendió que cuando las aves cantan, el ambiente es seguro.
3. Cognitivamente: Es un hecho que no se puede prestar atención a 2 conversaciones a la vez, por lo que debemos elegir a cual escuchar. Por eso, en los ambientes ruidosos, como una oficina, se puede ver afectada la productividad. Treasure ha calculado que en espacios con muchos ruido la productividad baja en un 66%, y sugiere que si las personas utilizan audífonos con sonidos de aves recuperarán el 100% de productividad.
4. En el Comportamiento: El comportamiento más primitivo es el de alejarse de los sonidos molestos, y aquellas personas que no lo hacen pueden sufrir graves daños en sus oidos. A efectos prácticos, en las tiendas con sonidos desagradables, las caidas en ventas provocadas son en promedio del 28%.
Según Treasure la música es uno de los generadores de identidad más poderosos, por ejemplo el primer acorde de guitarra en la canción “Hard Day’s Night” de Los Beatles, inmediatamente es reconocible por cualquiera. Así la música puede ser utilizada de manera apropiada por las marcas.
Si escuchamos de manera consciente, podemos controlar al sonido que nos rodea, con los consiguientes beneficios para nuestra salud y nuestra productividad.
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