En ocasiones, una imagen rodada con gusto, apoyada con buena música y otros elementos cinematográficos, consiguen reforzar por la vía emocional algunos conocimientos o evidencias de lo que nos rodea. Ello resulta especialmente pertinente cuando hablamos de la naturaleza, con lo cual tenemos un contacto íntimo casi exclusivamente a través de fotografías y textos.
Por ejemplo, el fascinante cachalote, una criatura que parece de otro planeta. Posee el cerebro más grande que cualquier otro animal existente. Un macho puede crecer hasta 20,5 metros de largo. Es el animal dentado más grande que existe. La cabeza puede llegar a un tercio de la longitud total del animal. El chasquido producido por el cachalote es el sonido más intenso producido por animal alguno, pero su función se desconoce (aunque se cree que lo usa como sónar y como arma para aturdir a sus presas). Son animales longevos y pueden vivir más de setenta años.
La cabeza del cachalote también produce espermaceti, que fue el responsable de dar luz a la humanidad hace casi tres siglos.
Pero hoy solo nos aproximaremos al cachalote por la vía emocional de la mano del realizador de documentales sobre la vida marina Howard Hall, que registró con su cámara el mágico encuentro que han mantenido los buceadores Douglas Seifert y Andrew Armour con un gran cachalote en las límpidas aguas de Dominica.
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