Jane Goodall (1934-2025) fue mucho más que una científica: se convirtió en un símbolo mundial de la conservación, la empatía hacia los animales y la esperanza para el futuro del planeta. Tras su reciente fallecimiento a los 91 años, el mundo recuerda a la mujer que revolucionó la investigación de los chimpancés y dedicó su vida a defender la vida en todas sus formas.
De una niña curiosa a una científica pionera
Desde pequeña, Jane mostró una curiosidad insaciable por los animales. Con apenas cuatro años, su madre la encontró escondida en un gallinero observando cómo las gallinas ponían huevos. Ese mismo espíritu la llevó, décadas más tarde, a África.
En 1960, con solo 26 años y sin un título universitario formal, Jane Goodall inició en Tanzania una investigación que cambiaría la ciencia para siempre. Bajo la guía del antropólogo Louis Leakey, instaló un campamento en la reserva de Gombe para estudiar chimpancés en libertad.
Descubrimientos que rompieron paradigmas
Goodall sorprendió al mundo al demostrar que los chimpancés fabrican y usan herramientas, cazan en grupo, forman alianzas y hasta libran guerras territoriales. Fue también la primera en otorgarles nombres en lugar de números, reconociendo su individualidad y emociones.
Gracias a sus observaciones, la frontera entre humanos y animales se volvió más difusa. Sus hallazgos no solo transformaron la primatología, sino también nuestra visión de la evolución, la conducta social y la empatía hacia otras especies.
Activismo y legado global
Más allá de la ciencia, Jane Goodall se convirtió en una incansable activista. Fundó en 1977 el Jane Goodall Institute, presente hoy en más de 30 países, y en 1991 creó Roots & Shoots, un programa que moviliza a millones de jóvenes en proyectos ambientales y sociales.
Su trabajo le valió reconocimientos internacionales como la Medalla Presidencial de la Libertad en Estados Unidos, el Templeton Prize, y el título de Dame del Imperio Británico. En 2002 fue nombrada Mensajera de la Paz de la ONU.
Una vida dedicada a la esperanza
Hasta sus últimos años, Jane viajó incansablemente para dar conferencias sobre cambio climático, deforestación y bienestar animal. Su mensaje era claro: cada persona puede hacer la diferencia, por pequeña que sea su acción.
Al cumplir 90 años dijo que veía la muerte como su “próxima gran aventura”, con la misma curiosidad que la acompañó desde niña.
El adiós a una leyenda
El 1 de octubre de 2025, Jane Goodall falleció en California mientras realizaba una gira de conferencias. La noticia fue confirmada por su instituto y ha generado homenajes alrededor del mundo.
Su legado vive en cada joven inspirado por Roots & Shoots, en cada chimpancé protegido gracias a sus esfuerzos y en cada persona que entendió que cuidar el planeta es una responsabilidad compartida.
Jane Goodall nos enseñó que mirar a los ojos de un chimpancé es también mirarnos a nosotros mismos.
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