Para algunos, esta investigación representa un paso hacia la conservación y reintroducción de especies funcionalmente similares a las extintas.
La extinción suele ser definitiva. Una vez que una especie desaparece, su legado permanece solo en fósiles y registros científicos. Sin embargo, en el caso del mamut lanudo, esta regla comienza a desafiarse.
Los ratones con ADN de mamut lanudo
Cuatro mil años después de que ese colosal animal recorriera la Tierra, parte de su ADN está activo en ratones de laboratorio modificados genéticamente por Colossal Biosciences, una compañía con sede en Dallas, Estados Unidos. Estos ratones, en lugar del pelaje corto y marrón típico de su especie, presentan un manto largo, ondulado y lanudo, además de alteraciones metabólicas que los acercan al mamut. Ambas características fueron posibles gracias a una sofisticada edición genética que, según reporta la revista TIME, podría allanar el camino para que el mamut regrese a la vida en los próximos años.
“El ratón lanudo de Colossal Biosciences marca un punto de inflexión en nuestra misión de desextinción”, afirmó el CEO de la empresa, Ben Lamm. “Al diseñar múltiples rasgos de tolerancia al frío propios de los mamuts en una especie modelo, hemos demostrado nuestra capacidad para recrear combinaciones genéticas complejas que tomaron millones de años en evolucionar”.
El diario El País reportó que la investigación es liderada por científicos como el genetista Love Dalén, experto en la recuperación de genomas de mamuts conservados en Siberia. Según Dalén, las modificaciones aplicadas en los ratones corresponden a variantes identificadas en el genoma del mamut lanudo, lo que representa un avance significativo en la comprensión de su biología.
¿Cómo hicieron el ratón lanudo de Colossal Biosciences?
Para lograr este experimento, el equipo de Colossal Biosciences utilizó una versión avanzada de la tecnología Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats (CRISPR), que permite editar el ADN de organismos vivos. Entre las alteraciones introducidas en los ratones destacan:
-FGF5 desactivado: Prolonga el crecimiento del pelo hasta tres veces más que en ratones normales.
-Modificación de FAM83G, FZD6 y TGM3: Genera un pelaje más denso y bigotes rizados.
-Cambio en el gen MC1R: Altera la producción de melanina, generando una coloración rubia o pelirroja en lugar del pelaje oscuro típico.
-FABP2 truncado: Relacionado con el metabolismo de los lípidos y la absorción de ácidos grasos, lo que afecta el peso corporal.
Según Colossal Biosciences, los resultados ayudan a comprender cómo ciertas mutaciones permitieron la adaptación del mamut al frío extremo, facilitando la ingeniería genética para futuras especies híbridas. Los investigadores quieren aplicar estos conocimientos para editar genéticamente elefantes asiáticos y dotarlos de características propias del mamut, como su grueso pelaje y adaptaciones metabólicas al frío.
Sin embargo, el genetista Love Dalén aclaró a la prensa internacional que la compañía no busca recrear un mamut exacto, sino modificar un elefante con aproximadamente 100 genes clave de los mamuts.
El proyecto de Colossal Biosciences atrae inversiones por más de 400 millones de euros, reportó El País, con el apoyo de empresarios y figuras de la industria del entretenimiento como el cineasta Peter Jackson, Mark Walter y Thomas Tull, productor de Jurassic World. La multimillonaria Paris Hilton también financia la iniciativa.
Opiniones divididas en la comunidad científica
El experimento, sin embargo, genera un debate no tan positivo para sus autores. Si bien algunos expertos consideran que este es un avance importante, otros cuestionan la posibilidad real de revertir la extinción de especies animales.
Consultado por El País, el biólogo Lluís Montoliu, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), califica la investigación como un “éxito incontestable”, ya que permite validar los efectos de las mutaciones genéticas del mamut en un organismo vivo antes de aplicarlas a elefantes.
Por otro lado, la bióloga evolutiva Louise Johnson, de la Universidad de Reading, se muestra escéptica: “En teoría, se podría introducir un gen de vellosidad en un elefante y se parecería a un mamut, pero no sería un mamut en un sentido significativo”. Agrega que los elefantes presentan enormes desafíos para este tipo de investigación debido a su tamaño, periodos de gestación prolongados y necesidades de cuidado especializado.
Por su parte, la paleontóloga Tori Herridge, de la Universidad de Sheffield, resalta otro obstáculo clave: “Menos del 10% de los embriones editados genéticamente logran desarrollarse, y muy pocos de los nacidos presentan las modificaciones en todos los genes objetivo”, lo que pone en duda la viabilidad de llevar esta tecnología a especies de mayor tamaño como los elefantes.
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