Existen diferentes clases y en función de ello varían un poco sus características y también el momento óptimo de recolección, pero en cualquier caso estamos hablando de frutas deliciosas con un buen contenido en fibra, azúcares en forma de fructosa, y vitaminas y minerales. Además de ello también contienen componentes antioxidantes.
Fibra y fructosa
Contienen agua, hidratos de carbono simples en forma de fructosa y fibra, que va a contribuir a que la absorción se produzca más lentamente. A medida que las cerezas maduran, aumenta su concentración de azúcares.
A pesar de comentar su contenido en azúcares no nos tenemos que quedar con la idea que se trate de unas frutas demasiado calóricas. Se pueden tomar perfectamente en el marco de una alimentación equilibrada.
Por lo que respecta a su contenido en vitaminas, contienen provitamina A y vitamina C. Y, en cuanto a minerales, tienen cantidades importantes de potasio y, en menor proporción, magnesio y calcio.
Antioxidantes, color y sabor
Además de su composición en macronutrientes y micronutrientes, en realidad lo que podemos destacar de las cerezas es su contenido en flavonoides, especialmente los antocianos, unos pigmentos hidrosolubles que otorgan a los vegetales colores rojizos, púrpuras e incluso azulados.
Además de su bonito color estos compuestos también resultan interesantes por su papel antioxidante. Las cerezas también contienen otros componentes con propiedades antioxidantes, como los polifenoles, concretamente el ácido elágico.
Composición nutricional
Las cerezas son un alimento con gran cantidad de agua, como lo son la mayoría de frutas, contienen azúcares simples en forma de fructosa, fibra y micronutrientes como el potasio, el ácido fólico, y cantidades modestas de vitamina C.
En las cerezas podemos destacar los siguientes nutrientes:
Fibra: las cerezas no destacan especialmente entre el resto de frutas por la cantidad de fibra que contienen pero igualmente se consideran un buen aliado para la regulación del tránsito intestinal. Recordemos que se considera saludable ingerir entre 20-35g de fibra al día pues la fermentación de fibra en el colon tiene efectos positivos en nuestro organismo.
Potasio: el potasio es un micronutriente indispensable para la regulación de la contracción muscular y el ritmo cardiaco. Interviene también en la trasmisión de impulsos nerviosos y debemos recordar que su excreción se realiza a través de la orina y en ciertas patologías renales su consumo debe estar limitado.
¿A quién convienen y a quién no?
Se aconsejan para:
Personas con estreñimiento: el contenido en fibra de las cerezas contribuye a la regulación del tránsito intestinal, por tanto, en personas con estreñimiento su ingesta puede resultar muy interesante.
Alimentación infantil: normalmente las cerezas, tanto por su apariencia como por su sabor, suelen ser muy bien recibidas por los niños. Así que pueden ser una buena manera de introducir la fruta en los más pequeños. En este caso debemos preocuparnos por ofrecerlas enteras sólo cuando ya sepamos que son capaces de masticarlas bien y separar el hueso central.
Tras episodios de vómitos y/o diarreas: además de las pérdidas hídricas que se producen cuando se padecen episodios de vómitos y diarreas, como en una gastroenteritis, también se pierde potasio, por ello el consumo de frutas como las cerezas nos van a ayudar a restablecer los niveles adecuados de este mineral.
Recuperación tras el esfuerzo: en ejercicios de resistencia, especialmente si se producen en condiciones de calor, las pérdidas de agua y electrolitos como el potasio van a ser elevadas, igual que comentábamos en el apartado anterior. En este caso, además, la pérdida de glucógeno muscular también se debe reponer, con lo que las cerezas, al aportar potasio y azúcares, nos van a ayudar en ambos niveles.
Retención de líquidos: su contenido en agua y potasio hacen que las cerezas favorezcan la diuresis, así que serán recomendables en problemas de salud relacionados con la retención de líquidos, como la hipertensión, así como en patologías en que resulte positiva la diuresis, como en la hiperuricemia o gota, o en la litiasis renal, excepto si los cálculos renales son de oxalato.
No resultan adecuados en caso:
Insuficiencia renal: el contenido en potasio de estas pequeñas frutas puede ser muy negativo en personas con una Insuficiencia renal que tengan que limitar su ingesta en este mineral.
Diabetes mellitus mal controlada: cuando no se tiene un buen manejo de las glucemias las cerezas no están entre las frutas más recomendables a comer entre horas, especialmente las variedades más tardías y los ejemplares más maduros, pues son los más ricos en azúcares.
Cálculos de oxalato cálcico: el contenido en ácido oxálico de las cerezas las convierte en una opción poco aconsejable si se tienen cálculos de oxalato cálcico, por la tendencia de este ácido a combinarse con el calcio y precipitar en forma de cálculos.
Trastornos gastrointestinales: especialmente en casos de diarrea, las cerezas, con su alto contenido en fibra y propiedades laxantes, cuando se trata de ejemplares bien maduros, no son una buena elección. No obstante, siempre conviene consultar con un médico profesional.
CEREZAS O PICOTAS Existen diferentes variedades de cerezas, algunas más dulces y otras más ácidas, pero en la península interesa que distingamos especialmente las picotas, pues se trata de un tipo de cereza con denominación de origen protegido del Valle de Jerte. Las picotas a simple vista se caracterizan por no tener rabito, pero será conveniente conocer otras características relativas a su textura y color para poder distinguirlas. Se trata de cerezas muy firmes y tersas de color rojo oscuro, casi negro. La pulpa de la picota es consistente y cruje al morderla. Además, el hueso es bastante grande comparado con otras variedades. Nutricionalmente es similar al resto, y como pasa con las demás variedades, cuanto más madura, más cantidad de azúcares contiene.
Lo que debes saber…
Temporada: algunos ejemplares ya se pueden recolectar en abril aunque su mejor momento es en mayo. En los siguientes meses sigue su recolección, pero en menor cantidad, y algunos tipos llegan hasta el mes de agosto.
Beneficios: las cerezas son muy ricas en fibra y compuestos antioxidantes como los flavonoides. Además, contienen ácido fólico, potasio, provitamina A y vitamina C.
Ideales para: niños, deportistas, personas que han pasado por episodios que comporten deshidratación y pérdida de electrolitos y para cualquier persona con ganas de cuidarse a la vez que toma una apetitosa fruta de gran sabor y atractiva presencia.