Enviado por Anahí Hernandez
El deterioro del material genético provoca patologías como cáncer o diabetes.Una investigación del Instituto Politécnico Nacional (IPN) revela que el jugo de toronja, rico en vitaminas, minerales y naringina, contribuye a evitar o reducir el daño sobre el ácido desoxirribonucleico (ADN) causado por agentes físicos, químicos o biológicos llamados mutágenos, que pueden afectar al material genético y con ello iniciar diversos procesos patológicos.
La doctora Isela Álvarez, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB-IPN), quien participó en la investigación, explicó que el material genético de los humanos a lo largo de la vida sufre daño, pero cuenta con mecanismos intrínsecos de defensa para protegerse.
Agregó que para que se manifiesten enfermedades degenerativas como cáncer y diabetes tipo II, primero se daña el ADN, y después de 10 ó 15 años se presenta la patología.
Por ejemplo, cuando las células son agredidas por factores externos, como es el caso de la contaminación ambiental, responden a estos “estímulos negativos” y activan sus sistemas de reparación, o el de apoptosis (muerte celular) cuando no pueden resarcir el daño; en caso de que persista el deterioro en el material genético, todavía es posible la acción de factores protectores, como las vitaminas y diversos antioxidantes que se encuentran principalmente en las frutas y verduras.
Los investigadores del IPN decidieron analizar la toronja, especialmente su jugo, en vista de que contiene diversas sustancias que han mostrado efectos protectores hacia el ADN.
"De manera experimental hemos comprobado que el jugo de toronja evita que el ADN sea dañado, y si ya fue deteriorado puede intervenir en la reducción de mutaciones. Estas características corresponden a las de un agente denominado antimutágeno”, explicó la especialista del IPN.
Los estudios se han realizado en animales de laboratorio y en linfocitos humanos. A la fecha se ha establecido que uno de los mecanismos de acción protectora de los genes del jugo de toronja está relacionado con su capacidad antioxidante; otro es que inhibe la formación del carcinógeno en el metabolismo.
En un reciente estudio realizado en linfocitos humanos se determinó que el jugo no favorece la muerte de las células dañadas; sin embargo, estimula la capacidad de reparación del ADN.
En síntesis, se ha demostrado el potencial antimutagénico del jugo de toronja y este efecto puede tener relación con varios mecanismos de acción, lo que sugiere una mayor ventaja para el humano, que está expuesto de manera constante a compuestos que pueden dañar al material genético de distintas maneras.
Así que ya sabes, cambia tu jugo por uno de toronja.