viernes, 20 de febrero de 2015

EL AJO

El ajo fue cultivado desde la época de la civilización egipcia y en la actualidad es muy empleado en la cocina mediterránea. Tiene un fuerte sabor (algo picante) y olor penetrante en especial cuando se encuentra crudo.

Esto se debe a la presencia de dos sustancias llamadas disulfuro de alilo y aluna. Esta hortaliza tiene un bulbo dividido en varias secciones o dientes y posee un tallo verde y grueso.

Se recomienda guardar el ajo en lugares frescos y bien aireados y evitar colocarlo en la nevera o en envases cerrados, ya que podría pudrirse.
Lo más aconsejable es consumirlo crudo y no cocido, puesto que de esta manera mantiene sus compuestos esenciales. Para eliminar el mal aliento que produce, se puede masticar ramitas de perejil o menta, granos de cilantro o clavo de olor.

Propiedades curativas del ajo
Sus propiedades curativas se conocen desde la antigüedad, puesto que se han encontrado papiros egipcios los cuales poseen alrededor de doscientas recetas con ajo a fin de mejorar distintos problemas de salud.

Igualmente, los griegos veneraban a esta hortaliza por su gran poder medicinal, además de utilizarla para su alimentación.

En la actualidad, varias investigaciones realizadas han reafirmado el poder terapéutico del ajo para aliviar y combatir diferentes dolencias como la bronquitis, el asma, mala circulación de la sangre, hipertensión y el colesterol malo.

En este sentido, un estudio europeo que se realizó con personas que tenían niveles de colesterol en sangre elevados, pudo observar que éste disminuyó, por término medio, en un 21 por ciento en quienes tomaron diariamente, más o menos, un gramo de polvo de ajo durante 16 semanas. Los niveles de triglicéridos grasas particularmente nocivas que también circulan por la sangre disminuyeron, en este caso, en un 24 por ciento.

Otros estudios europeos obtuvieron resultados similares, y todo parece indicar que, presumiblemente, el ajo baje también la presión o tensión sanguínea. En uno de estos estudios, se administró a 47 personas con tensión alta 600 miligramos de polvo de ajo al día durante 12 semanas. Cuando se revisaron sus tensiones al finalizar dicho estudio, los científicos encontraron que éstas habían bajado, junto con los niveles de colesterol y triglicéridos.

La tensión sanguínea diastólica que da la cantidad más baja al tomar la presión y que es la que indica con más verosimilitud el estrés cardiovascular disminuyó en promedio en un 11 por ciento.

El ajo, también, previene cuadros de resfriados (favorece la descongestión nasal) y se considera un afrodisiaco. Aplicado externamente sobre la cara elimina hasta las manchas y cura la sarna y la tiña.

Remedios caseros con el ajo
Remedio con ajo para mejorar el sistema inmunológico: Machacar un diente de ajo y verter en un vaso de leche. Hervir esta preparación, colar y endulzar con un poco de azúcar. Tomar tibio dos veces al día.

Remedio con ajo para reducir el colesterol: Consumir 2 dientes de ajo frescos diariamente por varios meses lo cual disminuye hasta un 10% los valores del colesterol malo.

Remedio con ajo para incrementar la vitalidad y el deseo sexual: poner 8 dientes de ajos crudos y machacados en un bol. Luego, verter sobre éstos 2 litros de vino borgoña de buena calidad. Colocar el recipiente cerca de una ventana para que le dé la luz del sol y tapar. Quitar algunas horas del día para producir la evaporación del alcohol y remover un poco con una cuchara de madera. Realizar esta acción durante mes y medio y, transcurrido ese tiempo, colar la preparación y guardar en una botella de cristal. Añadir en un vaso de agua dos gotas el primer día de tratamiento; cuatro el segundo; seis el tercero, hasta llegar a 24. Después, comenzar el proceso en sentido inverso hasta llegar nuevamente a dos.

Remedio con ajo para el reumatismo: Consumir el primer día 1 diente de ajo e ir incrementando un ajo hasta consumir 7 al día y luego decrecer nuevamente. Después se inicia de nuevo el tratamiento.

Remedio con ajo contra el asma: Triturar 3 dientes de ajo y mezclar el zumo con jugo de limón. Beber medio vaso tres veces al día.

Remedio con ajo contra la obesidad: Tomar un diente de ajos con una laza de agua de manzanilla todos los días antes del desayuno.

Remedio con ajo para el dolor de oídos: Machacar tres ajos y mezclarlos con aceite de oliva, hervirlos, colar y aplicar, tibio, unas gotas al oído. (Siempre que no se sospeche que existe una ruptura de tímpano).
Precauciones
Aunque el ajo es un alimento seguro, es posible que algunas personas presenten reacciones alérgicas.

Evitar en mujeres que estén lactando, ya que los niños se enferman del estómago.

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