Un grupo de astrónomos que realizaba una investigación sobre explosiones en el espacio, como el de las estrellas de neutrones, detectó una señal de radiofrecuencia cósmica que parece proceder de más allá de la Vía Láctea.
La señal, que duró sólo unos cuantos milisegundos, podría haber sido una casualidad, de no ser porque el equipo que trabajaba con el radiotelescopio Parkes, en Australia, detectó después tres ondas más con la misma potencia que la primera. Lo misterioso, aseguran los especialistas, es que todas las señales (detectadas entre febrero de 2011 y enero de 2012) procedían de diferentes puntos del cielo.
Un análisis posterior indicó que, a diferencia de la mayoría de las señales cósmicas que se originan en la Vía Láctea o en una galaxia cercana, estas cuatro parecen haber venido "de mucho más allá". Lo que se sabe es que en tan sólo unos pocos milisegundos cada una de las cuatro señales emitió más o menos la misma energía que el Sol emite en 300.000 años.
Los científicos barajan todo tipo de hipótesis a la hora de explicar su procedencia, desde que se trata de colisiones de ‘magnetares’ (estrellas de neutrones con campos magnéticos ultrapotentes), hasta la posibilidad de que sea resultado de la evaporación de agujeros negros o de explosiones de rayos gamma generados por una supernova.
"Aún es pronto para identificar los orígenes de este tipo de eventos astrofísicos", escribió el astrónomo James Cordes en un artículo publicado en la revista ‘Science’. En la actualidad, las investigaciones siguen su curso.
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