lunes, 5 de mayo de 2025

Descubren en Nueva Zelanda cangrejos de río gigantes de hace 20 millones de años: triplicaban el tamaño de los actuales

 Noticia enviada por: Melanie Danae Bailon De La Rosa 

Un grupo de científicos ha descubierto mandíbulas fósiles que revelan la existencia de cangrejos de río gigantes en Nueva Zelanda hace 20 millones de años, cambiando todo lo que sabíamos sobre sus antiguos ecosistemas.


Hace unos 20 millones de años, en lo que hoy es el sur de Nueva Zelanda, una comunidad de criaturas acuáticas se movía en silencio entre los sedimentos de antiguos lagos. Sus cuerpos eran robustos, sus pinzas poderosas y sus mandíbulas, aunque diminutas, escondían un secreto que millones de años después se convertiría en clave para desvelar su existencia. No eran criaturas cualesquiera. Se trataba de gigantes de agua dulce: cangrejos de río prehistóricos que podrían haber alcanzado longitudes de hasta 25 centímetros, más del triple que las especies actuales del archipiélago. Este reciente hallazgo, liderado por un equipo internacional de paleontólogos de instituciones como la Universidad de Flinders y la Universidad de Canterbury, no solo amplía el conocimiento sobre la fauna extinta de Nueva Zelanda, sino que también reescribe una parte de su historia ecológica. Porque estos crustáceos, pese a su tamaño y presencia en los ecosistemas acuáticos del Mioceno, habían permanecido invisibles para la ciencia. Hasta ahora. 

Un paisaje extinto lleno de vida

El yacimiento de St Bathans se ha convertido, desde que comenzaron las excavaciones en 2001, en una fuente inagotable de sorpresas paleontológicas. Esta zona, que en su día fue el fondo de un gran lago, conserva una impresionante variedad de restos fósiles de aves, peces, reptiles e incluso mamíferos terrestres. Ahora, a esa lista se suman los antiguos cangrejos de río, que probablemente desempeñaban un papel clave en la cadena alimentaria acuática.

En aquel entonces, las aguas de estos lagos estaban habitadas por peces similares a las truchas, cocodrilos de agua dulce y aves que buceaban en busca de alimento. Los grandes cangrejos de río habrían sido presas valiosas, pero también actores fundamentales en la limpieza y reciclaje del fondo lacustre, tal como lo hacen hoy sus descendientes.

Junto con las mandíbulas, el equipo también identificó por primera vez en Nueva Zelanda las llamadas “yabbie buttons”, estructuras calcificadas que se forman en el estómago de los cangrejos de río para almacenar calcio, esencial para la regeneración de su caparazón tras la muda. Estas estructuras, redondeadas y compactas, habían sido durante décadas confundidas con dientes fósiles de peces, un error comprensible pero que ahora queda corregido gracias a este nuevo enfoque.

Este redescubrimiento no solo aporta claridad a colecciones paleontológicas de todo el mundo, donde probablemente existan decenas de “yabbie buttons” mal catalogadas, sino que también redefine qué tipo de fósiles debemos buscar si queremos rastrear la presencia de cangrejos de río en otros continentes.



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