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viernes, 22 de noviembre de 2024

El sorprendente hallazgo bajo el océano que revoluciona la biología marina

Enviado por

PAULINA BRAVO CIRILO

En la profundidad del océano, donde apenas llega la luz solar y las temperaturas y presiones son extremas, los científicos han realizado un descubrimiento sorprendente. Bajo el fondo marino, ocultos en pequeñas cuevas subterráneas, se encontraron larvas de gusanos tubícolas, caracoles marinos y gusanos poliquetos. Este hallazgo, descrito en un nuevo estudio realizado por el Schmidt Ocean Institute, revela que la vida animal no solo prospera sobre el lecho marino, sino también en el misterioso paisaje que se oculta debajo de él.

Este descubrimiento marca un punto de inflexión en la biología marina, ya que, si bien se sabía de la existencia de microbios en estas áreas subterráneas, es la primera vez que se reportan animales más grandes habitando este entorno. Investigadores afirman que este ecosistema subterráneo es mucho más complejo de lo que se pensaba, y abre nuevas puertas a la exploración de la vida en las profundidades marinas.

Ecosistemas complejos interconectados

El hallazgo de vida animal bajo el fondo del océano desafía las ideas previas sobre la separación de los ecosistemas marinos. Los científicos creen que lo descubierto sugiere una interconexión entre la vida sobre y debajo del fondo marino. Estas pequeñas cuevas, llenas de agua cálida mezclada con magma, podrían ser clave para la dispersión y desarrollo de especies como los gusanos tubícolas. Las larvas de estos gusanos podrían moverse a través de estas cavidades, creciendo en grietas del fondo marino o permaneciendo dentro de las cuevas hasta alcanzar su madurez.

Este intercambio de vida entre la superficie y el subsuelo resalta la complejidad de los ecosistemas alrededor de los respiraderos hidrotermales. Estos organismos dependen no del sol, sino de los nutrientes que se generan cuando el agua de mar se mezcla con el magma bajo la corteza terrestre. De esta manera, las corrientes de agua fría y caliente que fluyen entre ambos niveles facilitan la prosperidad de los gusanos tubícolas y otras especies, lo que confirma la existencia de un ecosistema único y conectado en estos ambientes extremos.

Hábitat bajo fuentes hidrotermales
Las fuentes hidrotermales son aberturas en el fondo marino donde las placas tectónicas de la Tierra se encuentran, permitiendo que el agua de mar se mezcle con el magma que se encuentra debajo de la corteza terrestre. A lo largo de los años, estos respiraderos han sido conocidos por albergar formas de vida extremas, denominadas extremófilos, organismos capaces de sobrevivir bajo condiciones de temperatura y presión extremas. Hasta ahora, los científicos habían documentado una explosión de vida alrededor de estas fuentes, con comunidades de camarones, cangrejos, mejillones y gusanos tubícolas, pero no se había descubierto vida por debajo de la superficie del fondo marino.

El nuevo estudio, llevado a cabo en la Dorsal del Pacífico Oriental, ha revelado un ecosistema oculto bajo estas mismas fuentes hidrotermales. Cavidades de unos diez centímetros de profundidad, llenas de agua cálida y rica en nutrientes, resultaron ser el hogar de varias especies antes solo conocidas en la superficie del fondo marino. Este descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre la extensión y complejidad de estos hábitats subterráneos, y cómo estas especies se adaptan a las duras condiciones de estos ambientes extremos. Además, proporciona una nueva perspectiva sobre cómo los flujos de agua mezclada con magma crean condiciones ideales para la vida en las profundidades del océano.

Desafíos y tecnología de exploración

Explorar las profundidades del océano siempre ha sido un reto debido a las condiciones extremas y la inaccesibilidad de muchas áreas. Sin embargo, los avances tecnológicos han permitido a los científicos alcanzar mayores profundidades y realizar descubrimientos revolucionarios, como el reciente hallazgo de vida bajo el fondo marino. En esta investigación, un equipo liderado por la bióloga marina Sabine Gollner, del Instituto Real Holandés de Investigación Marina, utilizó un robot operado a distancia (ROV) para explorar los respiraderos hidrotermales en la Dorsal del Pacífico Oriental, a más de 2.500 metros bajo la superficie.

Este robot, equipado con brazos mecánicos y cámaras de alta resolución, fue capaz de levantar secciones del fondo marino y examinar lo que se encontraba debajo. Inicialmente, el objetivo de la misión era recolectar muestras de rocas para estudiar las larvas de gusanos tubícolas. Sin embargo, al levantar las rocas, el equipo descubrió las cavidades llenas de líquido cálido y una diversidad de especies viviendo en su interior. Este tipo de exploración no sería posible sin tecnologías como los ROV, que permiten investigar de manera segura y precisa en zonas donde la presión es demasiado alta para que los humanos puedan acceder directamente.

El uso de esta tecnología ha abierto una ventana única al mundo submarino, permitiendo a los científicos comprender mejor los ecosistemas ocultos que prosperan en condiciones extremas y ampliando los límites del conocimiento sobre la vida en el océano profundo.

Protección del fondo marino frente a la minería

El descubrimiento de vida bajo el fondo marino llega en un momento crucial para la conservación de los océanos. Los científicos advierten que estos ecosistemas, únicos y frágiles, enfrentan una creciente amenaza: la minería en aguas profundas. Este tipo de minería, que busca extraer minerales como el cobalto y el níquel, esenciales para tecnologías como baterías y dispositivos electrónicos, se está expandiendo hacia las zonas más remotas del lecho marino, incluidas áreas cercanas a los respiraderos hidrotermales.

La extracción de estos minerales podría tener un impacto devastador en los ecosistemas de aguas profundas, eliminando hábitats enteros antes de que los científicos puedan comprender completamente su biodiversidad y funcionamiento. “No sabemos qué tan extensas son esas pequeñas cuevas conectadas”, afirmó Rachel Lauer, geóloga de la Universidad de Calgary, en diálogo con Schmidt Ocean Institute. “Aquí hay toda una capa más, literalmente”, señaló, destacando lo poco que aún se sabe sobre estos ecosistemas subterráneos. Proteger estas áreas es vital no solo para la preservación de las especies que viven allí, sino también para evitar la destrucción de posibles descubrimientos científicos sobre la vida en condiciones extremas.

Los investigadores insisten en que es necesario implementar una protección legal más amplia para el fondo marino antes de que las actividades humanas, como la minería, causen un daño irreparable. Sin embargo, este objetivo es complicado, ya que muchos de los ecosistemas que necesitan protección también contienen los minerales valiosos que impulsan el interés comercial. La protección del fondo marino no es solo un asunto ambiental, sino una cuestión de preservar el conocimiento científico que podría tener repercusiones más allá de la Tierra.

Posibilidades de vida fuera de la Tierra
El estudio de los ecosistemas extremos en el fondo del océano no solo amplía nuestro conocimiento sobre la vida en la Tierra, sino que también podría tener implicaciones más allá de nuestro planeta. Los extremófilos, como los encontrados en los respiraderos hidrotermales, son capaces de prosperar en condiciones que antes se consideraban inhóspitas para la vida. Esto ha llevado a algunos científicos a especular que ambientes similares podrían existir en otros cuerpos celestes, como la luna Europa de Júpiter, que alberga un océano bajo una gruesa capa de hielo.

Heather Olins, bióloga de Boston College, explicó en su estudio, que en nuestro sistema solar, los lugares que podrían albergar vida no dependen de la energía solar, como ocurre en la Tierra. En cambio, estos ambientes podrían estar alimentados por procesos geotérmicos, como ocurre en los respiraderos hidrotermales de nuestro planeta. “Sabemos que hay actividad volcánica y un océano” en Europa, dice Olins, lo que la convierte en un lugar potencial para formas de vida similares a los extremófilos terrestres.

El estudio de estos organismos en la Tierra no solo proporciona pistas sobre cómo podría formarse y sobrevivir la vida en otros lugares del sistema solar, sino que también destaca la diversidad de la vida y su capacidad de adaptación a entornos extremos. El futuro de la exploración espacial podría beneficiarse de las lecciones aprendidas en el fondo del océano, un recordatorio de que la Tierra aún tiene mucho que enseñar sobre los límites de la vida.

jueves, 7 de marzo de 2024

Pastos marinos

Puede que no lo sepas, pero en el fondo del mar existen verdaderos "jardines" formados por diversas especies de pastos marinos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció oficialmente, tras una resolución de la Asamblea General en 2022, el 1 de marzo como Día Mundial de los Pastos Marinos. La efeméride pretende destacar la importancia de esta vegetación para el medio ambiente de todo el planeta, promover acciones para conservarlas y contribuir a su protección.

Según el Centro de Biología Marina de la Universidad de São Paulo (USP) de Brasil, los pastos marinos se encuentran en todos los continentes de la Tierra, excepto en la Antártida, y son el hábitat de varios otros organismos, desde pequeños crustáceos hasta peces, además de servir de alimento principalmente a tortugas y manatíes.
Aprende más sobre esta vegetación que cuenta con más de 70 especies y descubre por qué es tan importante para el ecosistema oceánico.

Las praderas de pastos marinos son ecosistemas dominados por plantas angiospermas (del griego, angíon, vaso y del latín sperma, semilla) sumergidas bajo el agua marina. Los pastos marinos crecen fijándose a diferentes tipos de sustratos como lodo, arena, arcilla y en ocasiones sobre las rocas. En el mundo se han registrados 12 géneros de espermatofitas (antes conocidas como fanerógamas) marinas con 49 especies.

En México se han registrado 9 especies dentro de 6 géneros: pastos marinos (Zostera marina, Phyllospadix scouleri, Phyllospadix torreyi), hierba de tortuga (Thalassia testudinum), pastos marinos (Halodule wrightii, Halodule beaudettei), hierba de manatí (Syringodium filiforme), pasto marino (Halophila decipiens) y pasto estrella (Halophila engelmanni).

Los pastos marinos aumentan el sustrato disponible para la fijación de organismos de diferentes tipos. También reducen el movimiento del agua creado por las corrientes y las olas, permitiendo condiciones de calma en el interior de las praderas. Las hojas de los pastos reducen el exceso de iluminación durante el día, protegiendo el fondo de la insolación y permitiendo el desarrollo de un microambiente en la base de los pastos. Las praderas crean una elevada concentración de oxigeno disuelto, producto de la fotosíntesis de los pastos, que tiene como consecuencia densidades elevadas de organismos. También una de las funciones más importantes de las praderas, es la de ser sitio de crianza, refugio y alimentación de muchas especies juveniles de peces, e invertebrados. Dicha función se encuentra relacionada con los bosques de manglar y los arrecifes.

Distribución
Los pastos se distribuyen en extensos y densos manchones bajo el agua que pueden estar formados por una sola especie, o por varias especies de pastos. En México las praderas de pastos se distribuyen en estuarios, marismas, lagunas costeras y formas someras de la plataforma continental preferentemente en aguas poco turbulentas. Cada especie de pasto marino se distribuye en función de sus requerimientos a las condiciones ambientales tales como: la penetración de la luz solar, temperatura, salinidad, sustrato, oleaje, corrientes, concentración de nutrientes y disponibilidad de semillas. En México los pastos marinos se encuentran en todos los mares que rodean al país. En el Pacífico mexicano hay cuatro de las nueve especies de pastos, principalmente en las costas de Baja California Sur, Sonora y Sinaloa. En el resto de los estados no hay registros de pastos marinos debido a que la plataforma continental está muy reducida y no hay aguas someras. En el Golfo de México y Mar Caribe, hay pastos desde Tamaulipas hasta el sistema arrecifal de Yucatán, con cinco de las nueve especies registradas en México.

jueves, 11 de enero de 2024

Ecosistemas X: Islas

Nombres: Las islas también se conocen como cayos, islotes, atolones, bancos, archipiélagos, arrecifes y cuerpos o sistemas insulares.

En las islas, encontramos una amplia variedad de ecosistemas costeros y marinos como: manglares, arrecifes, playas, praderas de pastos marinos y dunas así como algunos ecosistemas terrestres.


Descripción: Los sistemas insulares son superficies naturales de tierra, rodeadas de agua y a nivel del mar. Son fragmentos de hábitat natural con especies y comunidades propias que se han establecido, adaptado y evolucionado.
Estos cuerpos insulares son de gran importancia por su riqueza de especies y endemismos.

Dependiendo su origen, existen diferentes tipos de islas:
Islas continentales: se encuentran conectadas al continente por medio de la plataforma continental.
Islas volcánicas: se forman por actividad volcánica del fondo oceánico.
Islas coralinas: se forman por la acumulación de esqueletos de corales primitivos que fueron creciendo de plataformas submarinas no muy profundas hasta la superficie.
Islas sedimentarias: se forman por la acumulación de arena, grava y lodo, arrastrado por las corrientes de los ríos. Los sedimentos son depositados poco a poco formando extensiones de tierra.

La gran diversidad de organismos que existe en las islas, se debe a los diferentes ecosistemas que se encuentran en ellas y que son utilizados como zonas de alimentación, anidación y reproducción de distintas especies.
Distribución

Las islas están distribuidas a lo largo de todo el país. Actualmente se han registrado aproximadamente 1,365 cuerpos insulares repartidos en toda la costa mexicana, con una superficie de 5,127 Km2, equivalente al 0.3% del total del territorio nacional.

La forma en que las islas están distribuidas es responsable de que México tenga 2.9 millones de kilómetros cuadrados de Zona Económica Exclusiva (ZEE), una superficie mayor al territorio nacional el cual tiene 1.9 millones de kilómetros cuadrados.

La zona del Pacífico tiene el mayor número de islas registradas, principalmente la zona noroeste (584), le sigue el Golfo de México (446), la zona del Pacífico tropical (98) y finalmente el Mar Caribe (90).
Sitios prioritarios Federales
Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California
Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam
Parque Nacional Isla Contoy
Parque Nacional Arrecifes de Cozumel
Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro
Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos
Área de Protección de Flora y Fauna Laguna Madre y Delta del Río Bravo
Área de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla
Parque Nacional Arrecife Alacranes
Parque Nacional Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizux
Parque Nacional Isla Isabel
Parque Nacional Islas Marietas
Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano
Reserva de la Biosfera Archipiélago de Revillagigedo
Reserva de la Biosfera El Vizcaíno
Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe
Reserva de la Biosfera La Encrucijada
- Reserva de la Biosfera Islas Marías

Clima: 
En nuestro país estos sistemas se encuentran en zonas semisecas, secas, desérticas, húmedas, subhúmedas y cálidas.

Flora y fauna:



Las islas mexicanas son consideradas como uno de los lugares más ricos he importantes del mundo en cuanto a biodiversidad y en número de especies endémicas, debido a su aislamiento geográfico y sus dinámicas evolutivas. Junto con las especies insulares, podemos llegar a encontrar especies continentales, formando una biota compleja y diversa, que en ocasiones es única en el mundo.

En las islas de México viven alrededor de 2,545 especies marinas y 2,066 especies terrestres, agrupadas en 655 familias y 1,830 géneros. De las cuales se han registrado por lo menos 218 especies y subespecies endémicas, que a la fecha se encuentran amenazadas o en peligro de extinción.

Los grupos más representativos de las islas en el mar son algas: kelp (Macrocystis pyrifera), sargazos (Sargassum ssp.), algas ceramidales (Ceramium ssp.), algas rojas (Laurecia ssp.), algas coralinas (Lithophyllum ssp.), algas verdes (Enteromorpha ssp.); muchos corales (Antiphates ssp., Pacifigorgia ssp., Pocillopora ssp., Acropora ssp.); moluscos como: abulones (Haliotis ssp.); caracoles y almejas (Strombus ssp., Anadara ssp., Atrina ssp.); pulpos y calamares (Octopus ssp., Dosidicus gigas); crustáceos como langostas (Panulirus ssp.); jaibas y cangrejos (Callinectes ssp., Goniopsis pulchra); equinodermos como estrellas y erizos (Phataria unifascialis, Diadema mexicanus); peces piedra (Sebastes ssp.), atunes (Katsuwonus pelamis, Thunnus ssp.), burritos (Haemulon ssp.), cabrillas (Epinephelus ssp., Paralabrax ssp.), pargos (Lutjanus ssp.), jureles (Caranx ssp.), viejas (Bodianus ssp.), damiselas (Stegastes ssp.), pericos (Scarus ssp.), tiburones (Carcharhinus ssp., Sphyrna ssp., Alopias pelagicus) y rayas (Mobula ssp., Raja ssp.); reptiles como tortugas marinas (Caretta caretta, Chelonia mydas, Eretmochelysimbricata, Lepidochelys olivacea, Dermochelys coriácea). Los mamíferos marinos son también de importancia en las islas: lobos marinos (Zalophus californianus, Arctocephalus townsendi), focas (Phoca vitulina) y elefantes marinos (Mirounga angustirostris); delfines y orcas (Delphinus ssp., Stenella ssp., Tursiops truncatus, Orcinus orca); cachalotes (Physeter macrocephalus), ballenas (Balaenoptera ssp., Eschrichtius robustus, Megaptera novaeangliae).

En la parte terrestre sobresalen plantas terrestres como los pinos (Pinus radiata binata), ciprés de Guadalupe (Cupressus guadalupensis), encinos (Quercus tomentella), palma de Guadalupe (Brahea edulis), nopales (Opuntia brevispina); cocodrilos (Crocodylus ssp.), iguanas (Ctenosaura ssp., Iguana iguana), lagartijas (Anolis ssp.), aves como las águilas pescadoras (Pandion haliaetus), gaviotas (Larus ssp.), charranes (Sterna ssp.), fragatas (Fregata magnificens), pelícanos (Pelecanus occidentalis), cormoranes (Phalacrocorax ssp.) y bobos (Sula ssp.); entre otros; ratones y ratas (Neotoma ssp., Dipodomys insularis); Coatís (Nuasua nelsoni); y mapaches (Procyon pygmaeus).

Servicios ambientales
Las islas de México, son un recurso estratégico para el país, en estas aguas viven un gran número de especies comerciales como atunes (Thunnus ssp.), anchovetas (Engraulis sp), pargos (Lutjanus ssp.), meros (Epinephelus ssp.) y cabrillas (Paralabrax ssp.), así como algunas especies de gran valor comercial en los mercados mundiales como el abulón (Haliotis ssp.), langosta (Panulirus ssp.), caracol (Strombus ssp.) y cangrejo moro (Menippe mercenaria). Además, algunas islas, principalmente de la zona del Caribe mexicano y del Pacífico noroeste, tienen una gran importancia para el turismo nacional e internacional. La mayoría de estas islas son visitadas por su esplendida belleza submarina y por su gran abundancia de organismos marinos.
Impactos y amenazas

La principal amenaza en las islas desde los comienzos de las primeras exploraciones marinas, es su ocupación de manera temporal o definitiva, como zonas de descanso o como lugares de abastecimiento. De una u otra manera, las especies de las islas han sido afectadas por nuestra presencia, debido a la introducción de especies de flora y fauna exótica principalmente: ratas, gatos, cabras y borregos. Estas especies depredan a las poblaciones nativas, compiten con ellas o destruyen su hábitat.

La gran mayoría (75%) de las extinciones en el mundo han sucedido en islas debido al impacto de las especies introducidas. En México se han perdido por esta causa aproximadamente 20 especies y subespecies endémicas insulares de aves como el petrel de isla Guadalupe (Oceanodroma macrodactyla), carpintero de isla Guadalupe (Colaptes auratus rufipileus), caracara de isla Guadalupe (Caracara lutosa); y pequeños mamíferos como el ratón de la isla ángel de la Guarda (Peromyscus guardia harbisoni), rata cambalachera de Todos los Santos (Neotoma anthonyi), y la rata arrocera de las Islas Marías (Oryzomys nelsoni).

Otra amenaza para las especies insulares es el cambio climático que, se está convirtiendo en la segunda causa de presión sobre la flora y fauna. Los ecosistemas insulares son considerados como uno de los ecosistemas más vulnerables del planeta.

martes, 8 de marzo de 2022

Ecosistemas (XI): Dunas costeras

 



Descripción
Ecosistema costero formados por montículos de granos de arena o de granos de origen biológico, especialmente calcáreo, producto de la desintegración de los arrecifes de coral y de conchas de moluscos. La altura de las dunas es muy variable, pueden ser de menos de un metro, hasta centenares de metros. Las formas de las dunas son muy variadas, desde los pequeños cordones de dunas los cuales se encuentran paralelos entre sí, hasta dunas con formas de media luna (parabólicas). Las dunas tienen una variedad de microambientes, por las perturbaciones de diferentes vientos y mareas en donde se desarrollan manchones de vegetación de diferentes edades. La vegetación de las dunas costeras es considerada como pionera y los principales fijadores de sustrato dando comienzo a las sucesiones ecológicas de las comunidades vegetativas terrestres.

Distribución
Las dunas se distribuyen en la parte trasera de la mayoría de las playas de arena, donde llega la marea más alta. Se encuentran en casi todas las costas arenosas del país: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Jalisco, Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Yucatán y Campeche.

Áreas naturales protegidas






Clima
Los ecosistemas de dunas costeras existen en todos los climas, desde los polos, hasta el ecuador. En México las dunas se distribuyen en 8 diferentes tipos de climas. En la región del Pacífico hay zonas semisecas con lluvias en invierno, desérticas con lluvias en invierno, desérticas con lluvias poco abundantes en cualquier época del año, desérticas con lluvias en verano, semisecas con lluvias en verano y zonas cálido subhúmedas con lluvias en verano. En la región del Golfo de México y Mar Caribe, encontramos zonas: semisecas con lluvias poco abundantes todo el año, cálido húmedas con lluvias en verano, desérticas con lluvias en verano y zonas cálido subhúmedas con lluvias en verano.

Flora y fauna

Las comunidades vegetales en las dunas son consideradas halófitas, es decir con vegetación que vive en suelos con alto contenido de sales solubles. Tienen una distribución heterogénea a lo largo de la costa, ya que hay localidades que se encuentran dominadas por especies herbáceas, otras por matorrales arbustivos, especies arbóreas o también pueden estar mezcladas. La mayoría de las especies de plantas de las dunas costeras son de hábitos postrados.

Entre las especies más comunes están: El chamiso (Atriplex canescens), verdolaga de playa (Sesuvium portulacastrum), bejuco de playa (Ipomea pes-caprae), chechén negro (Metopium brownei), palmera plateada (Coccothrinax readii), uva de playa (Coccoloba uvifera), entre otras.

La fauna predominante de las dunas costeras, son los insectos como abejas, avispas y hormigas, escarabajos, moscas y también las arañas. Entre los vertebrados hay sapos, ranas, tortugas y garzas en la zona baja y húmeda de las dunas, mientras que en las partes altas y secas vuelan halcones, zopilotes y águilas buscando alguna serpiente o lagartija. También hay mamíferos como ratones, conejos, zorras, ardillas, mapaches, y tlacuaches.

Servicios ambientales
Las dunas costeras actúan y sirven como obstáculos a las corrientes del viento, disminuyendo su velocidad, y produciendo una mayor acumulación de sedimentos, así las dunas crecen e impiden que la salinidad y la arena se internen tierra adentro, ayudando también a prevenir la erosión que es propiciada por las tormentas y huracanes. Actúan también como zonas de filtración de agua de lluvia hacia el subsuelo, ayudando a mantener su buena calidad.

Impactos y amenazas
El crecimiento de la población, las actividades de la agricultura, ganadería y la construcción de complejos turísticos y urbanos, van creando impactos negativos a este ecosistema, en donde van eliminando total o parcialmente la flora y fauna, así como a las dunas

viernes, 4 de febrero de 2022

¿Qué son los humedales y por qué son claves para la vida?

Hace exactamente 51 años, el 2 de febrero de 1971, se celebró en la ciudad iraní de Ramsar, a orillas del lago más grande del mundo, el mar Caspio, la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional (Unesco, 1971), y desde 1997, en la misma fecha, se conmemora el Día Mundial de los Humedales.

Un humedal es un tipo de ecosistema terrestre que, ya sea de forma permanente o intermitente según la época del año, se presenta inundado parcial o totalmente por agua. Entre ellos, por tanto, podemos incluir los pantanos, las turberas, las ciénagas, los ríos, los lagos y las lagunas, pero también las marismas de agua salobre o salada, las albuferas, las playas, los arrecifes de coral, los manglares y otras zonas litorales marinas de baja profundidad. Por supuesto, también se consideran como humedales aquellos ecosistemas artificiales íntimamente ligados al agua como los estanques, las salinas o los embalses.

La naturaleza propia de estos ambientes, con un aspecto híbrido entre el ecosistema típicamente terrestre y el acuático hace que tipo de entornos tengan una serie de características particulares, distintas de las que encontramos en cualquier otro ecosistema. Dentro de los humedales, además, puede haber una gran variedad de ecosistemas distintos. En la masa de agua de un lago, por ejemplo, tendríamos tres zonas: las aguas litorales, que es la más cercana a la costa; la zona fótica, que es la parte superficial de agua abierta a la que llega bien la luz solar, y la zona de aguas profundas, donde la luz solar está atenuada.

Además, tenemos también varias zonas en lo que se refiere al suelo, o zona bentónica; la zona bentónica litoral, que se corresponde con la zona de aguas del mismo nombre; el talud, que suele tener una pendiente más o menos acentuada y funciona como transición entre una zona y la siguiente, y la zona bentónica profunda, que se corresponde con el fondo del lago. Y no debemos olvidar la denominada zona epilitoral, que es la orilla terrestre donde la influencia del lago es solo subterránea. Cada parte del lago —o de cualquier otro humedal— está conectada con el resto de partes, pero en cada caso, suceden relaciones ecológicas que son específicas.

Todo ello convierte a los humedales en lugares con una alta importancia ecológica, y no únicamente por su papel en la regulación del ciclo del agua, y en algunos casos, como el de las turberas, por retener grandes cantidades de carbono. Además, y especialmente, por ser muy ricos y diversos en especies, y uno de los tipos de ecosistema más productivos. A tal punto, algunos científicos hablan de los humedales como de supermercados biológicos, por su papel a la hora de soportar complejas relaciones ecológicas y su riqueza. Los restos de plantas que caen al agua forman al degradarse pequeñas partículas de materia orgánica llamadas detritos. Al descomponerse, nutre a algas y plantas acuáticas y alimentan a pequeños peces, insectos acuáticos y otros invertebrados, que encuentran en la vegetación del fondo, refugio y protección. Estos animales a su vez son alimento para peces mayores, reptiles, anfibios, e incluso aves y mamíferos.

El equilibrio de un humedal depende de que se mantengan esas relaciones ecológicas, pero también de los factores climáticos como la lluvia. Este tipo de ecosistemas son muy sensibles a los cambios; un aporte masivo de materia orgánica en descomposición puede producir un efecto de acumulación, denominado eutrofización, que enturbie las aguas e impida desarrollarse a las plantas y algas del fondo, desestabilizando el ecosistema. Una fuerte sequía, u otros eventos extremos potenciados por el cambio climático, pueden causar daños graves a estos hábitats, o incluso hacerlos desaparecer. Esta alta sensibilidad se suma además al hecho de que una gran cantidad de especies amenazadas dependen de forma directa o indirecta de los humedales. Sin una adecuada protección de este tipo de hábitats, muchas de las especies en peligro de extinción podrían desaparecer.

Pero no todos los efectos son ecológicos. Se estima que los humedales están entre los ecosistemas que más valor económico proporcionan. Entre las consecuencias de una mala conservación de los humedales se encuentran, por tanto, graves impactos socioeconómicos. Entre ellos destacan la reducción en el acceso al agua dulce para las personas, escasez de alimentos y de energía, inundaciones que pueden causar daños irreparables, y una pérdida de nuestra capacidad de resiliencia al cambio climático.

Entre los impactos que dañan los humedales, especialmente los de interior, se incluyen la pesca, la agricultura, la ganadería y las explotaciones de tipo forestal, pero también las explotaciones petrolíferas, la urbanización, la extracción indebida de agua en forma de pozos ilegales y los vertidos de tipo industrial. La protección de facto de estos hábitats (y no solo de iure) debería limitar o eliminar estas actividades, tanto en el propio humedal como en su entorno. Porque ¿de qué sirve hacer una convención sobre los humedales y su importancia, si luego no nos esforzamos lo suficiente por preservarlos?

jueves, 24 de junio de 2021

Ecosistemas IX: Playas de arena y rocas

Nombres:Línea de costa, franja intermareal.


Descripción
La franja intermareal, o línea de costa, es el único lugar que se encuentra sometido al ritmo diario de las mareas. Esta zona queda completamente sin agua en mareas bajas (zona supralitoral) y totalmente sumergida en periodo de mareas altas (zona infralitoral). Dentro de la franja litoral, encontramos costas rocosas y costas arenosas:

Costas rocosas: están conformadas por diferentes tipos de rocas y formas estructurales, el clima y el oleaje son los encargados de que este tipo de costas tengan formas muy variables (empinadas, suaves, irregulares, regulares, estables e inestables).

Costas arenosas: a este tipo de costas, también se les conoce como playas arenosas, están consideradas como las más ampliamente distribuidas a lo largo de las costas mexicanas. Las playas de arena, se constituyen por una acumulación de sedimentos de origen mineral o de origen biológico, la longitud de esta es muy variable ya que pueden tener desde algunos pocos metros y hasta kilómetros.

Distribución
La franja intermareal o línea de costa se distribuye en los 17 estados que tienen frente litoral o línea de costa, prácticamente se encuentran en casi todas las costas del país.

Áreas protegidas federales
Refugio estatal de Flora y Fauna Laguna Colombia
- Reserva el Palmar
- Ciénega del Fuerte
- Refugio Estatal de flora y fauna Sistema Lagunar Chacmochuch
Santuario de la Tortuga Marina Xcacel
- El Gancho Murillo
- El Cabilde de Amatal
- Lagunas Costeras y Serranias Aledañas de la Costa de Michoacán
Sitios Prioritarios CONABIO

Se han identificado 50 sitios prioritarios con playas de arena y rocas.

Clima
La zona intermareal se encuentra en todos los climas de México, que van desde desérticos, hasta lluviosos, desde cálidos hasta muy lluviosos. Las costas de arena y rocas están presentes en todo México.

Flora y fauna

En las costas, tanto rocosas como arenosas, habitan formas de vida con distintos grados de tolerancia a la desecación. Los organismos más tolerantes a la desecación viven en la parte más alta de la playa (zona supralitoral), los menos tolerantes viven en las partes más bajas de la playa (zona infralitoral). Entre los organismos más representativos de las costas rocosas hay líquenes, algas verde azules, algas pardas y rojas.

En el grupo de los invertebrados los moluscos de diferentes tipos y formas como almejas y caracoles, crustáceos muy modificados como bellotas de mar, balanos o percebes, cangrejos de roca e isópodos, equinodermos como erizos de mar, estrellas de mar y pepinos marinos. También en esta zona puede haber algunas anémonas y uno que otro tipo de coral.

Aunque las playas arenosas parecen lugares sin vida, ya que no hay vegetación fija intermareal y los animales son muy pequeños, la mayoría de estos organismos viven bajo la arena (infauna) y un número menor sobre la arena (epifauna). La existencia de estos organismos depende de los nutrientes que acarrean las mareas y de otros que llegan desde tierra. Otro factor que afecta la riqueza y número de las especies es el grado de exposición al oleaje. En playas con mucho oleaje hay pocos organismos mientras que en playas con poco oleaje hay un número mayor de organismos y de especies.

Entre los organismos que viven en las playas arenosas están los gusanos anillados principalmente poliquetos que viven enterrados, además de moluscos bivalvos y caracoles. El grupo más representativo es el de isópodos y anfípodos, estos pequeños animales se han especializado tanto que han conquistado la parte terrestre sin tener que estar algún tiempo en el mar. Otro grupo importante son las famosas tortugas marinas que visitan las playas de México para realizar sus desoves. También se alimentan ahí aves playeras como gaviotas, playeros, zarapitos, charranes y chorlos.

Funciones ecológicas
La zona intermareal forma un sistema abierto que mantiene un constante intercambio de materia y energía entre la zona marina y la terrestre. En esta zona existe una gran productividad de fitoplancton que alimenta a la gran cantidad de organismos bentónicos (organismos que se encuentran en el suelo marino). La productividad de la zona intermareal le da un papel muy importante en la cadena alimenticia y un gran beneficio a los demás ecosistemas marinos.
Servicios ambientales

Las playas dan a la humanidad diversos servicios ambientales, tales como: lugares para la recreación, belleza escénica, protección contra fenómenos naturales (tormentas, huracanes), explotación y extracción de arena, roca y distintos minerales, lugares de anidación y reproducción de distintas especies marinas.

Impactos y amenazas
La falta de planificación y de un buen manejo integral tanto en las mismas costas como en las cuencas altas, la deforestación, el cambio de uso de suelo para desarrollos urbanos, la minería o el relleno para la construcción, han sido una de las principales causas en las últimas décadas de la degradación de nuestras costas, la perdida de hábitats y aunado a esto, la pérdida de la flora y fauna que se encuentra en ellas.

Estado de conservación
Actualmente México cuenta con 84,722 km2de zona costera con protección federal o estatal. El Sistema de Monitoreo de Calidad del Agua en Playas Prioritarias (SISPLAYAS) informa sobre la calidad del agua de las playas.