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viernes, 29 de noviembre de 2024

Científicos descubren el mayor coral del mundo

Enviado por

VALERIA ATZIYADE RAMIREZ CRUZ 

Desde la superficie, parecía un naufragio olvidado en el fondo del mar. Pero cuando el director de fotografía Manu San Félix se sumergió para verlo más de cerca, se sorprendió al encontrar un coral enorme y extenso.

Ese fue el momento en que el equipo Pristine Seas de la National Geographic Society descubrió la mayor colonia de coral del mundo durante una expedición en octubre de 2024 en las Islas Salomón, un archipiélago del suroeste del Océano Pacífico.

Con sus 34 por 32 metros, este megacoral es más largo que una ballena azul, el animal más grande de la Tierra. Es tan enorme que puede verse desde el espacio, aunque durante mucho tiempo estuvo oculto.

Los investigadores estuvieron a punto de no verlo. Su descubrimiento “fue realmente fortuito”, afirma Molly Timmers, científica principal de la expedición. “Lo encontraron la noche antes de trasladarnos a otra sección”.

El equipo de la expedición señala que se trata de la mayor colonia de coral jamás registrada. Está formada por casi mil millones de pólipos de coral genéticamente idénticos que trabajan juntos en la colonia como si fueran un solo organismo.

Aunque el coral recién descubierto goza de excelente salud, a los investigadores les preocupan las numerosas amenazas a las que se enfrentan todos los corales, como el calentamiento global y la sobrepesca. Esperan que este descubrimiento inspire más protecciones para los hábitats marinos de las Islas Salomón.

Cómo es el megacoral de las Islas Salomón
“Encontrar este megacoral es como descubrir el árbol más alto de la Tierra”, asegura por correo electrónico Enric Sala, fundador de Pristine Seas. “Este descubrimiento reaviva nuestro sentido de asombro y maravilla sobre el océano”.

El organismo es un tipo de coral duro llamado Pavona clavus, o coral omóplato, porque tiene columnas que “parecen hombros”, dice Timmers.



Es principalmente marrón con algunas manchas amarillas, rojas, rosas y azules.

Aunque este individuo pueda parecer una roca gigantesca, los corales son animales emparentados con las medusas y las anémonas de mar. Los diminutos organismos individuales llamados pólipos de coral se reúnen por miles para formar una colonia, y muchas colonias diferentes componen un arrecife.

Las Islas Salomón forman parte de una región llamada Triángulo de Coral por su asombrosa diversidad de corales.

El megacoral estaba “escondido” a plena vista
Los investigadores creen que podría haber cerca de mil millones de pólipos en esta gigantesca colonia, que está rodeada de arena.

“Es asombroso que acaben de encontrar esto y nadie se haya dado cuenta antes”, afirma Helen Findlay, oceanógrafa biológica del Laboratorio Marino de Plymouth (Reino Unido), que no participó en la expedición.

Sin equipo de buceo o snorkel para alcanzar el coral de 12 metros de profundidad, la comunidad local podría haber asumido que se trataba solo de una gran roca. “Existe esta creencia occidental de que hemos visto todas nuestras aguas (costeras)”, dice Timmers, “pero muchísima gente no tiene las máscaras y los tubos para meter realmente la cabeza en el agua y verlo”.
Tres siglos de antigüedad: la edad del coral más grande del mundo

Los investigadores suelen utilizar la altura de un coral para calcular su edad. Esta colonia de casi 5 metros de altura tiene unos 300 años, pero podría ser incluso más antigua.

Estos corales suelen tener forma de cúpula, como una bola de helado, explica Timmers. “Pero este está aplanado y sigue creciendo”, como si se derritiera.


Esta colonia de coral es tan antigua que ha vivido importantes acontecimientos históricos. Habría visto a los primeros misioneros cristianos que empezaron a visitar las Salomón durante el siglo XIX. Estuvo viva durante la firma de la Declaración de Independencia, la Segunda Guerra Mundial y la pandemia de COVID-19.

“La vida realmente creó esto y ha mantenido esta enorme colonia”, dice Timmers. “Es como si nuestros antepasados siguieran allí, en el agua”.

Corales bajo estrés
Durante sus 300 años de vida, este inmenso organismo ha sido testigo de sorprendentes cambios en el océano, como el calentamiento global, la sobrepesca, la contaminación, el desarrollo urbano y agrícola y la acidificación del océano.

Cuando visitó un arrecife cercano, el equipo de la expedición vio que muchos corales ya habían muerto, pero no está claro cuán resistente podría ser esta colonia recién descubierta frente a estas amenazas globales.

Los corales son muy sensibles a los cambios de su entorno. “Son como el oso polar de los trópicos”, comenta Findlay.

A medida que el océano produce y absorbe más dióxido de carbono, cambia el equilibrio del pH del agua, lo que puede estresar a los corales. “Nuestra crisis climática está haciendo que el océano sea más cálido y más ácido, y eso está consumiendo los corales de todo el mundo, incluido el megacoral”, dice Sala.

Los corales utilizan el carbonato cálcico del agua para crear su esqueleto, por lo que, a medida que las aguas se vuelven más ácidas, a estos organismos les resulta más difícil crecer fuertes y sanos.

“Igual que en las personas: si no tienes suficiente calcio o carbonatos, acabas padeciendo osteoporosis, por lo que tus huesos empiezan a degradarse y pueden volverse frágiles”, explica Findlay. “Lo mismo puede ocurrir con los corales si no tienen las condiciones adecuadas”.

Esperanza para los arrecifes
Con los corales de todo el mundo afectados por el blanqueamiento (el 77% de las zonas de arrecifes de coral estuvieron sometidas a temperaturas lo suficientemente altas como para causar blanqueamiento entre 2023 y 2024), encontrar una colonia individual tan enorme todavía en buen estado de salud ofrece la esperanza de que los corales puedan ser lo suficientemente resistentes como para sobrevivir a la crisis climática.

“Este pilar de la vida sigue ahí”, dice Timmers. “Te asombra y da esperanza. Solo con ver lo grande que es y su supervivencia en una zona que no era tan saludable”.

Timmers cree que la ubicación del coral (en aguas más profundas y frías y protegido por un talud y una plataforma) puede ser clave para su buena salud. Está en un lugar ideal”, sostiene.





La comunidad espera que el descubrimiento pueda ayudarles a conseguir una protección oficial de sus aguas. En las Islas Salomón, las aguas son consuetudinarias, “lo que significa que son propiedad de la comunidad local”, detalla Timmers. Llevan unos 14 años protegiendo estas aguas de forma no oficial, y cuentan con protección a nivel provincial, pero quieren apoyo nacional, explica.

Para Sala, el descubrimiento de este megacoral refuerza la sensación de urgencia por proteger y restaurar los lugares salvajes del mundo.

Un calentamiento global superior a 1.5 °C podría ser catastrófico para los arrecifes de coral. Según él, es vital eliminar progresivamente los combustibles fósiles y proteger el 30% del océano. En la actualidad, solo el 8.4% del océano está protegido por normas gubernamentales.

En la estela de destrucción medioambiental que recorre el planeta, ver algo tan extraordinario hizo que Timmers sintiera que el coral está clamando: “Seguimos aquí. No se olviden de nosotros”.

viernes, 22 de noviembre de 2024

El sorprendente hallazgo bajo el océano que revoluciona la biología marina

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PAULINA BRAVO CIRILO

En la profundidad del océano, donde apenas llega la luz solar y las temperaturas y presiones son extremas, los científicos han realizado un descubrimiento sorprendente. Bajo el fondo marino, ocultos en pequeñas cuevas subterráneas, se encontraron larvas de gusanos tubícolas, caracoles marinos y gusanos poliquetos. Este hallazgo, descrito en un nuevo estudio realizado por el Schmidt Ocean Institute, revela que la vida animal no solo prospera sobre el lecho marino, sino también en el misterioso paisaje que se oculta debajo de él.

Este descubrimiento marca un punto de inflexión en la biología marina, ya que, si bien se sabía de la existencia de microbios en estas áreas subterráneas, es la primera vez que se reportan animales más grandes habitando este entorno. Investigadores afirman que este ecosistema subterráneo es mucho más complejo de lo que se pensaba, y abre nuevas puertas a la exploración de la vida en las profundidades marinas.

Ecosistemas complejos interconectados

El hallazgo de vida animal bajo el fondo del océano desafía las ideas previas sobre la separación de los ecosistemas marinos. Los científicos creen que lo descubierto sugiere una interconexión entre la vida sobre y debajo del fondo marino. Estas pequeñas cuevas, llenas de agua cálida mezclada con magma, podrían ser clave para la dispersión y desarrollo de especies como los gusanos tubícolas. Las larvas de estos gusanos podrían moverse a través de estas cavidades, creciendo en grietas del fondo marino o permaneciendo dentro de las cuevas hasta alcanzar su madurez.

Este intercambio de vida entre la superficie y el subsuelo resalta la complejidad de los ecosistemas alrededor de los respiraderos hidrotermales. Estos organismos dependen no del sol, sino de los nutrientes que se generan cuando el agua de mar se mezcla con el magma bajo la corteza terrestre. De esta manera, las corrientes de agua fría y caliente que fluyen entre ambos niveles facilitan la prosperidad de los gusanos tubícolas y otras especies, lo que confirma la existencia de un ecosistema único y conectado en estos ambientes extremos.

Hábitat bajo fuentes hidrotermales
Las fuentes hidrotermales son aberturas en el fondo marino donde las placas tectónicas de la Tierra se encuentran, permitiendo que el agua de mar se mezcle con el magma que se encuentra debajo de la corteza terrestre. A lo largo de los años, estos respiraderos han sido conocidos por albergar formas de vida extremas, denominadas extremófilos, organismos capaces de sobrevivir bajo condiciones de temperatura y presión extremas. Hasta ahora, los científicos habían documentado una explosión de vida alrededor de estas fuentes, con comunidades de camarones, cangrejos, mejillones y gusanos tubícolas, pero no se había descubierto vida por debajo de la superficie del fondo marino.

El nuevo estudio, llevado a cabo en la Dorsal del Pacífico Oriental, ha revelado un ecosistema oculto bajo estas mismas fuentes hidrotermales. Cavidades de unos diez centímetros de profundidad, llenas de agua cálida y rica en nutrientes, resultaron ser el hogar de varias especies antes solo conocidas en la superficie del fondo marino. Este descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre la extensión y complejidad de estos hábitats subterráneos, y cómo estas especies se adaptan a las duras condiciones de estos ambientes extremos. Además, proporciona una nueva perspectiva sobre cómo los flujos de agua mezclada con magma crean condiciones ideales para la vida en las profundidades del océano.

Desafíos y tecnología de exploración

Explorar las profundidades del océano siempre ha sido un reto debido a las condiciones extremas y la inaccesibilidad de muchas áreas. Sin embargo, los avances tecnológicos han permitido a los científicos alcanzar mayores profundidades y realizar descubrimientos revolucionarios, como el reciente hallazgo de vida bajo el fondo marino. En esta investigación, un equipo liderado por la bióloga marina Sabine Gollner, del Instituto Real Holandés de Investigación Marina, utilizó un robot operado a distancia (ROV) para explorar los respiraderos hidrotermales en la Dorsal del Pacífico Oriental, a más de 2.500 metros bajo la superficie.

Este robot, equipado con brazos mecánicos y cámaras de alta resolución, fue capaz de levantar secciones del fondo marino y examinar lo que se encontraba debajo. Inicialmente, el objetivo de la misión era recolectar muestras de rocas para estudiar las larvas de gusanos tubícolas. Sin embargo, al levantar las rocas, el equipo descubrió las cavidades llenas de líquido cálido y una diversidad de especies viviendo en su interior. Este tipo de exploración no sería posible sin tecnologías como los ROV, que permiten investigar de manera segura y precisa en zonas donde la presión es demasiado alta para que los humanos puedan acceder directamente.

El uso de esta tecnología ha abierto una ventana única al mundo submarino, permitiendo a los científicos comprender mejor los ecosistemas ocultos que prosperan en condiciones extremas y ampliando los límites del conocimiento sobre la vida en el océano profundo.

Protección del fondo marino frente a la minería

El descubrimiento de vida bajo el fondo marino llega en un momento crucial para la conservación de los océanos. Los científicos advierten que estos ecosistemas, únicos y frágiles, enfrentan una creciente amenaza: la minería en aguas profundas. Este tipo de minería, que busca extraer minerales como el cobalto y el níquel, esenciales para tecnologías como baterías y dispositivos electrónicos, se está expandiendo hacia las zonas más remotas del lecho marino, incluidas áreas cercanas a los respiraderos hidrotermales.

La extracción de estos minerales podría tener un impacto devastador en los ecosistemas de aguas profundas, eliminando hábitats enteros antes de que los científicos puedan comprender completamente su biodiversidad y funcionamiento. “No sabemos qué tan extensas son esas pequeñas cuevas conectadas”, afirmó Rachel Lauer, geóloga de la Universidad de Calgary, en diálogo con Schmidt Ocean Institute. “Aquí hay toda una capa más, literalmente”, señaló, destacando lo poco que aún se sabe sobre estos ecosistemas subterráneos. Proteger estas áreas es vital no solo para la preservación de las especies que viven allí, sino también para evitar la destrucción de posibles descubrimientos científicos sobre la vida en condiciones extremas.

Los investigadores insisten en que es necesario implementar una protección legal más amplia para el fondo marino antes de que las actividades humanas, como la minería, causen un daño irreparable. Sin embargo, este objetivo es complicado, ya que muchos de los ecosistemas que necesitan protección también contienen los minerales valiosos que impulsan el interés comercial. La protección del fondo marino no es solo un asunto ambiental, sino una cuestión de preservar el conocimiento científico que podría tener repercusiones más allá de la Tierra.

Posibilidades de vida fuera de la Tierra
El estudio de los ecosistemas extremos en el fondo del océano no solo amplía nuestro conocimiento sobre la vida en la Tierra, sino que también podría tener implicaciones más allá de nuestro planeta. Los extremófilos, como los encontrados en los respiraderos hidrotermales, son capaces de prosperar en condiciones que antes se consideraban inhóspitas para la vida. Esto ha llevado a algunos científicos a especular que ambientes similares podrían existir en otros cuerpos celestes, como la luna Europa de Júpiter, que alberga un océano bajo una gruesa capa de hielo.

Heather Olins, bióloga de Boston College, explicó en su estudio, que en nuestro sistema solar, los lugares que podrían albergar vida no dependen de la energía solar, como ocurre en la Tierra. En cambio, estos ambientes podrían estar alimentados por procesos geotérmicos, como ocurre en los respiraderos hidrotermales de nuestro planeta. “Sabemos que hay actividad volcánica y un océano” en Europa, dice Olins, lo que la convierte en un lugar potencial para formas de vida similares a los extremófilos terrestres.

El estudio de estos organismos en la Tierra no solo proporciona pistas sobre cómo podría formarse y sobrevivir la vida en otros lugares del sistema solar, sino que también destaca la diversidad de la vida y su capacidad de adaptación a entornos extremos. El futuro de la exploración espacial podría beneficiarse de las lecciones aprendidas en el fondo del océano, un recordatorio de que la Tierra aún tiene mucho que enseñar sobre los límites de la vida.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Cómo la actividad humana está alterando los ciclos de lluvias y sequías en la cuenca del río Amazonas

Enviado por

EMILIANO MENDOZA LIRA

La cuenca del río Amazonas o Cuenca Amazónica es muy, muy grande. En el territorio que abarca cabría cómodamente la India, pero dos veces. Esta dimensión continental implica que los procesos hidrológicos de la cuenca repercuten en el medio ambiente global de diversas maneras. Las altas tasas de precipitación, el gran almacenamiento de agua dulce y el fuerte caudal de los ríos hacen que la cuenca del Amazonas sea un actor clave en el sistema climático mundial. Por eso, cualquier alteración en sus ciclos naturales puede tener repercusiones planetarias.

Un estudio realizado por 20 investigadores latinoamericanos, y publicado por la Reviews of Geophysics en 2021, identificó los cambios en estos ciclos hidrológicos que se produjeron en los últimos 30 años, basándose en los datos de seguimiento por satélite. Con las imágenes procedentes del espacio, se pudieron analizar las gigantescas dimensiones de la cuenca y la relación entre los procesos hidráulicos, señalando que la acción humana, como la deforestación del bosque y la minería, está influyendo en la distribución de las precipitaciones, las sequías, los periodos de inundación e incluso en la modificación de cursos fluviales completos.

El Río Amazonas y sus afluentes, vistos desde la Estación Espacial Internacional, tienen una hidrología intrincada y compleja. Una nueva revisión de los datos de los satélites presenta una imagen más completa del ciclo del agua en la Amazonía, a la vez que ayuda a entender las consecuencias de los impactos ambientales y los retos para la investigación futura en la región.FOTOGRAFÍA DE ALEXANDER GERST

La alteración de los ciclos hídricos naturales de la cuenca del Amazonas
El citado análisis señala que la acción humana y el cambio climático están alterando la distribución de las precipitaciones en la región de la cuenca del Amazonas, identificando zonas en las que las precipitaciones son cada vez más voluminosas mientras que, en otras, la sequía está más presente.

Según el estudio, los modelos hidrológicos y climáticos construidos a partir de imágenes de satélite indican más lluvias e inundaciones en el norte de la Amazonia y sequías más severas en el sur de la región. Por consiguiente, el cambio en el ciclo de las precipitaciones también influye en las crecidas y los caudales de los ríos, lo que afectaría tanto a la fauna como a las poblaciones humanas.

"Los datos apuntan a una reducción de los caudales medios de los ríos del oeste al sur del Amazonas. Mientras que en el norte, hay un escenario de aumento de las lluvias y, en consecuencia, de las inundaciones de los ríos que vienen de Perú y llegan a la Amazonía", expresó Rodrigo Paiva, doctor en Hidrología, Hidroquímica, Suelo y Medio Ambiente por la Universidad de Toulouse, Francia, y uno de los autores del documento.

Fotografía de 2017 obtenida por el satélite Copernicus Sentinel-2A del lugar donde el Río Amazonas se encuentra con el Océano Atlántico. El agua cargada de sedimentos aparece marrón a medida que fluye hacia el océano abierto.FOTOGRAFÍA DE AGENCIA ESPACIAL EUROPEA

Es importante destacar, sin embargo, que el cambio en la pluviosidad amazónica no significa que las lluvias en la región no sigan siendo intensas en toda la extensión de la cuenca. Los ciclos pluviométricos anuales varían significativamente, muy influidos por la latitud, el relieve y las características atmosféricas.

La precipitación media anual en la región es de 2.200 milímetros, pudiendo alcanzar valores superiores a los 6.000 milímetros anuales en los lugares denominados hotspots o "puntos calientes" pluviométricos, localizados en la transición entre los Andes y la Amazonía. A modo de comparación, la precipitación media anual de la ciudad de São Paulo es de 1616 milímetros, mientras que en la Ciudad de México puede oscilar entre los 600 y los 1.200 milímetros y, en Buenos Aires, no suele superar los 1.112 milímetros.

"El cambio más importante que observamos en el ciclo hidrológico es la intensificación de los fenómenos extremos", dijo en una videollamada con National Geographic Jhan Carlo Espinoza, doctor en Climatología e investigador peruano adscrito a la Universidad de Grenoble Alpes y al Instituto de Investigación para el Desarrollo, en Francia, y uno de los autores del estudio.

Lo que la combinación de observaciones desde el espacio y los estudios in situ están mostrando es, en realidad, un aumento de la intensidad de los procesos hidrológicos. "En los últimos años", informó Espinoza, "el período seco en la parte sur de la Amazonía se ha extendido, en media, un mes. Mientras que en el norte, las lluvias son mucho más intensas, provocando crecidas récord en los ríos".

Un ejemplo reciente ocurrió en junio de 2021, cuando el Río Guainía o Negro alcanzó un nivel de inundación severo, por encima de los 30 metros, en el puerto de Manaos, la capital y mayor ciudad del estado brasileño de Amazonas. Este nivel fue el más alto jamás registrado desde que comenzaron las mediciones hace 119 años, según advirtió el Servicio Geológico de Brasil.

El efecto de la deforestación en las precipitaciones de la Amazonía
Tal como cuenta Espinoza, la intensificación de algunas variables hidrológicas ha ido en aumento, sobre todo a partir de la década del 2000, con eventos extremos de inundación y sequía que se producen con poco tiempo de diferencia.

Las causas de estos cambios siguen siendo objeto de debate en la comunidad científica, debido a la complejidad del sistema hidráulico de la cuenca del Amazonas. Esto se debe a que las condiciones climáticas y atmosféricas de otras partes del mundo pueden tener consecuencias en la distribución de las precipitaciones en el Amazonas: "El aumento de las temperaturas oceánicas, por ejemplo, hace que llueva más en el norte de la región. Pero el cambio climático global no es el único factor, ya que éste también está muy relacionado con los cambios en la cobertura del suelo en la Amazonia, convertida de vegetación nativa a uso agrícola o minero", explica Espinoza.

Combinando los datos de satélite sobre las precipitaciones y el uso del suelo en la región del Amazonas, fue posible relacionar el nivel de deforestación con la cantidad de precipitaciones en una región. Y lo que los investigadores analizaron es que cuanto más se deforesta, menos llueve: "Además de llover menos, las precipitaciones se retrasan más, es decir, el período seco se alarga", explica Gabriel Abrahão, investigador de meteorología aplicada de la Universidad Federal de Viçosa, en Minas Gerais, Brasil.

La eliminación de la cubierta vegetal interrumpe el flujo de humedad del suelo a la atmósfera, lo que influye directamente en la temporada de lluvias. Según Abrahão, la diferencia en el inicio de la temporada de lluvias es clara al comparar regiones cercanas, donde una está más preservada que la otra y puede tardar más de una semana en llegar la lluvia a la región más deforestada.

"Lo interesante, o quizás preocupante, es que si la cuenca del Amazonas en su conjunto tiene un año en el que llueve bien, el nivel de deforestación no supone ninguna diferencia. Llueve bien en todas partes", dice Abrahão. "Pero en los años en que la lluvia llega más tarde", añadió, "la diferencia es enorme, puede retrasarse hasta 30 días en los lugares más deforestados. Esto es catastrófico para la agricultura y la ecología de la región".

El aumento de la estación seca también está relacionado con el tamaño de la zona deforestada. Según el análisis de las imágenes de satélite de la Misión de Medición de Lluvias Tropicales de la NASA (TRMM, por sus siglas en inglés), considerando un área con un radio de 28 kilómetros cuadrados, las pequeñas fracciones deforestadas, hasta un límite del 57% de deforestación, provocan un ligero aumento de las precipitaciones. Sin embargo, una vez superado este límite, la precipitación media comienza a descender. En grandes áreas (por encima de 224 kilómetros cuadrados), la deforestación conduce sistemáticamente a una reducción lineal de la precipitación media de 4,1 milímetros al año.

La extinción de un río pone en riesgo a la Pororoca
La observación de la cuenca del Amazonas a través de satélites permite identificar eventos hidromorfológicos que no se entenderían o que, al menos, serían mucho más difíciles de comprender sólo con estudios de campo. Un ejemplo es el cambio de curso de un río que hizo desaparecer un tramo de 100 kilómetros de su caudal.

Utilizando imágenes del Landsat (el programa de satélites de la NASA para observar la Tierra e investigar los recursos naturales), los investigadores han observado recientemente cómo el curso del Río Araguari, en el estado brasileño de Amapá, fue absorbido por el Río Amazonas.



"Un río con un caudal enorme, que desembocaba en el mar, y que simplemente desapareció en un periodo de dos o tres años", lamentó Abrahão. Según los autores del estudio, el Araguari, cuyo caudal era cinco veces superior al del Río Doce (un importante río del sudeste de Brasil) y que tenía un flujo en su desembocadura de 900 metros cúbicos por segundo, comenzó a desaguar en otros lugares hasta desaparecer, dejando a cientos de personas sin agua, medios de subsistencia y transporte.

El acontecimiento no sólo provocó la desaparición del río, sino que también acabó con la Pororoca, uno de los fenómenos más famosos del Amazonas. Derivado del tupí, pororoca significa "rugido" y corresponde a un acontecimiento natural que consiste en la formación de grandes y violentas olas al encontrarse las aguas de un río con el océano.

La razón de la desaparición: riveras destruidas por la cría de búfalos, la implantación de tres represas hidroeléctricas y la construcción de canales de riego para las granjas cercanas. "El desvío se produjo debido a acciones humanas, como la degradación de la vegetación y el pisoteo de los animales, que crearon las condiciones para que se formara el canal, llevando casi toda el agua hacia el Amazonas", explicó Abrahão.

"El tramo del Araguari era donde se daban las mayores pororocas del Amazonas y ahora simplemente ya no existe, porque el río se ha secado", comentó Alice Fassoni-Andrade, doctora en Recursos Hídricos de la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS) y coautora de la investigación.

Las ventajas de estudiar la Amazonía desde el espacio
En las últimas décadas, el Amazonas ha sufrido importantes cambios medioambientales. Las extensas zonas de bosque tropical taladas para su conversión en pastos, tierras de cultivo o para la actividad minera han afectado no sólo al régimen de lluvias de la región, sino también a procesos como la evapotranspiración (transferencia de agua a la atmósfera mediante la evaporación del agua del suelo y la transpiración de las plantas), el transporte de sedimentos, el caudal y el color de los ríos.

Muchos de esas características y alteraciones sólo fueron descubiertas e interpretadas tras el inicio de la era de la exploración espacial. "El Amazonas sirvió de gran laboratorio para el desarrollo de técnicas de monitorización remota por satélite", afirma Rodrigo Paiva, coautor del estudio. Explica que la región era atractiva y funcionaba como un "conejillo de Indias" por tener fuertes signos hídricos, como lluvias muy intensas y voluminosas, ríos enormes y gran amplitud en el nivel del agua, incluso con diferentes colores entre ellos. Por eso, añadió, se trata de un lugar "muy adecuado para probar y desarrollar estas técnicas. Permitió un estudio del entorno y una comprensión de los procesos hidráulicos que no sería posible sólo con mediciones de campo".

Según los investigadores, hay más factores para los cambios hidráulicos en la cuenca del Amazonas que la acción humana en la selva, aunque éste sea un factor importante. Sin embargo, la identificación de la relación entre la explotación del medio ambiente, el cambio climático y los cambios en la hidrología es un subproducto de la investigación que ha recurrido a las misiones espaciales para comprender mejor la inmensidad del Amazonas.



El seguimiento de los eventos hidráulicos en la Amazonía exige datos que son difíciles de adquirir in situ, tanto por la necesidad de recursos humanos y financieros, como debido al difícil acceso. Dado que el principal medio de transporte en la cuenca es a través de los ríos, lo que puede suponer días de viaje para una medición, la teledetección, como se denomina al uso de sensores de satélite para captar información desde el espacio, permite la recogida de datos sin necesidad de estar en el lugar.

Alice Fassoni-Andrade, coautora de la investigación, añade que hubo procesos hidrológicos que sólo se pudieron observar con el uso de satélites: "Hasta hace 20 años no sabíamos cuánto llovía realmente en el Amazonas". Además, en la región de los Andes, por ejemplo, "se necesitaría una red colosal de monitores terrestres para poder obtener toda la distribución espacial y temporal de las precipitaciones", añadió.

Los satélites como herramientas para la conservación
Además de la comprensión del clima, los autores del estudio también señalan que el seguimiento por satélite puede ser algo más que una herramienta de estudio. El alcance de la visión desde el espacio también es relevante en cuestiones de gobernanza, teniendo el potencial de ser un aliado útil para las políticas públicas, especialmente en los esfuerzos de conservación.

"Poder relacionar, por ejemplo, el impacto que la acción humana tiene en la Amazonía es fundamental, porque muchas de estas cosas son incluso criminales", asegura Abrahão, refiriéndose principalmente a la acción de la minería (y especialmente la de oro), que es común en algunos lugares de la región, como en los ríos que componen la cuenca del Tapajós, en Mato Grosso. A menudo se trata de actividades ilegales y no registradas.

A veces se trata de operaciones pequeñas y, por lo general, utilizan técnicas de bajo coste, como chorros de agua y dragas, que pueden causar altos niveles de degradación del suelo y contaminación del agua.

Para Tainá Conchy, magíster en Clima y Medio Ambiente de la Universidad del Estado de Amazonas y miembro del Laboratorio de Recursos Hídricos y Altimetría Espacial de la Amazonia (RHASA), que no participó en el estudio, la importancia de la teledetección para estudiar la región radica en la propia urgencia que implica entender el equilibrio ecológico amazónico para mejorar su preservación: "Todos y cada uno de los cambios, ya sean climáticos, naturales o antropogénicos, pueden desencadenar alteraciones que afectarán no sólo al ciclo hidráulico amazónico, sino al clima en general".

Entre el 30% y el 40% del agua que llueve en la Amazonía vuelve a la atmósfera a través de la transpiración de las plantas y la evaporación del suelo húmedo y la vegetación. Este proceso es el principal responsable de mantener la humedad de la selva tropical y otras partes del continente sudamericano.

Si no fuese por la humedad de la Amazonía, por ejemplo, las regiones de la Cuenca del Plata (sur, sureste y centro-oeste de Brasil, Paraguay, Uruguay y partes de Argentina y Bolivia) serían desérticas. El ciclo hidrológico de la Cuenca Amazónica evita un fenómeno recurrente en otros lugares del mundo que se encuentran en latitudes cercanas a los trópicos de Capricornio (Hemisferio Sur) y Cáncer (Hemisferio Norte). Las grandes zonas continentales de estas regiones suelen recibir muy pocas masas de aire húmedo y se convierten en desiertos, como los desiertos de Monjave y Sonora, en los Estados Unidos.

Además, la Amazonía alberga aproximadamente el 40% de la selva tropical del mundo y cerca del 15% de la biodiversidad terrestre del planeta. También es el hogar de un gran número de pueblos originarios, que dependen en gran medida de los ríos como corredores de transporte y utilizan estos entornos para su subsistencia.

El futuro de la conservación de la Cuenca Amazónica
Hasta ahora, los datos de teledetección utilizados en el estudio proceden de misiones con objetivos diferentes, pero podrían utilizarse para comprender el ciclo hidráulico en la Amazonia. Sin embargo, los investigadores señalan la necesidad de que las misiones lanzadas específicamente para estudios hidráulicos mejoren las lecturas espaciales.

Este año, la NASA planea lanzar el satélite Surface Water and Ocean Topography (SWOT, por sus siglas en inglés) y la misión NASA-ISRO (NISAR). Ambas iniciativas aportarán nuevas oportunidades de estudio en la zona con equipos dedicados a las observaciones hidráulicas.

NISAR, por ejemplo, tendrá una cobertura mundial y períodos de revisión de 12 días (el intervalo de tiempo que demora el satélite hasta pasar por el mismo lugar), lo que aumentará la disponibilidad de datos. También cuenta con sensores específicos capaces de vigilar las aguas superficiales (ríos, arroyos, lagos) de la Amazonía con mayor claridad.

El SWOT, por su parte, permitirá una observación sin precedentes a lo largo de la red fluvial y en los principales lagos y llanuras de inundación. Dedicado a captar muestras de ríos de más de 100 metros de ancho y lagos de más de 250 metros cuadrados, el satélite será "un gran avance para la vigilancia de las aguas transfronterizas y los humedales de Amazonía", afirma Fassoni-Andrade.

Para el investigador, estos lanzamientos ayudarán a que estas técnicas de vigilancia a distancia se popularicen y sirvan de base para tomar decisiones sobre la región: "La esperanza es que en el futuro, al igual que utilizamos la meteorología en nuestra vida cotidiana, estos datos puedan dar pie a pensar en políticas públicas para la gente que vive en la región y para la preservación del medio ambiente".

La expectativa es que, haciendo uso de los avances tecnológicos disponibles, sea posible democratizar la comprensión de los cambios ambientales en la Amazonía, fortaleciendo las iniciativas para un futuro verdaderamente sostenible en la mayor cuenca fluvial del mundo.

El descubrimiento del "Mar Dulce"
"Un río cuya desembocadura es tan grande como un mar", habría exclamado el capitán español Vicente Pinzón, protagonista del primer encuentro de un europeo con el Río Amazonas. En su libro Vicente Pinzón y el Descubrimiento de Brasil (Topbooks, 2001) el periodista Rodolfo Espínola narra cómo el enorme caudal de agua dulce impresionó al navegante, que llegó a la desembocadura del Amazonas a la altura de la Isla de Marajó en el actual estado brasileño de Pará.

Entre enero y febrero de 1500, Pinzón se encontraba buscando una ruta hacia el Oriente, según estiman los historiadores, a partir de mapas y cartas de la época. El español se cuenta entre los primeros navegantes europeos en llegar a las Américas, ya que participó en el primer viaje de Cristóbal Colón en 1492 como capitán de la carabela La Niña.

Pinzón bautizó al lugar con el nombre de Santa María de la Mar Dulce, pero no imaginó la dimensión verdaderamente colosal que este río, del tamaño de un mar, encerraba tras la densa selva tropical que enmarañaba sus orillas. Se trata de la mayor cuenca fluvial del mundo, con siete millones de kilómetros cuadrados.

La cuenca del Río Amazonas se extiende por el territorio actual de ocho países sudamericanos (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela) y un territorio francés de ultramar (Guayana Francesa). Es la cuenca con mayor volumen de agua dulce del mundo y está compuesta por más de mil afluentes, cuatro de los cuales se encuentran entre los 10 mayores ríos del planeta: el Madera, el Guainía (también llamado Río Negro), el Caquetá (llamado Japurá en Brasil) y, por supuesto, el Amazonas.

jueves, 18 de julio de 2024

La separación de residuos, una responsabilidad de todos

Tenemos que comprender que el cuidado del ambiente no es una moda, es un estilo de vida”. Para Kenia Valderrama Díaz, curadora educativa del Museo Universum, Museo de las Ciencias de la UNAM, ése es el primer paso, el cual es necesario entender para hacer de manera correcta el procesamiento de nuestros desechos y basura, ya que es indispensable “integrar conocimientos, actitudes y habilidades”.

La experta añadió que este cambio de actitud en nuestra vida diaria debe extenderse más allá de conocer las indicaciones que dicta la normatividad –en este caso la Ley de Residuos Sólidos de la Ciudad de México– hasta olvidarnos de “la flojera” o pensar “que lo haga quien lo tenga que hacer”.
Errores básicos

“El primero es que generamos basura”, afirmó la bióloga y continuó: “cuando digo esto es porque revolvemos todo: ponemos papeles de baño con desechos de comida junto a productos que pueden ser reciclados o reutilizados. Si yo estoy iniciando en este estilo de vida, ayudemos y sigamos la norma que nos marca la ley de clasificar nuestros desechos y no generar basura.

“Al inicio, cuando se implementó la Ley de Residuos Sólidos, nos marcaban que la separación era orgánicos e inorgánicos, conforme se fue evaluando esta ley nos dimos cuenta que no nada más era orgánicos e inorgánicos, porque hay otros que son de manejo especial.”

De acuerdo con la especialista, un segundo error está ligado a nuestra actitud: “Es de los peores, porque ni siquiera estoy dispuesto o dispuesta a colaborar”. El tercero, que los conocimientos que hemos adquirido a lo largo de nuestras vidas no se aplican, se aprenden sin ponerlos en acción.

“Estos conocimientos que tenemos se van quedando en diferentes niveles. Todos sabemos que hay una ley, que hay conferencias, talleres, programas y muchas iniciativas, pero no las ponemos en práctica en casa. Por ejemplo, voy a mencionar un programa que es viejísimo, las famosas tres erres: reduce, reutiliza y recicla, el cual vemos así, cómo ‘ay, qué flojera’.

“Por eso hablo de la actitud, debemos aprovechar todos estos programas que se tienen. Retomo lo del estilo de vida, porque estamos desafortunadamente en un medio de consumir, consumir, consumir y en ese consumir generamos una gama amplia de desechos, desperdiciamos y se quedan muchos de nuestros residuos”, subrayó la universitaria.

¿Basura o desecho?
La divulgadora de la ciencia recalcó que antes de iniciar con el proceso de separación en nuestro hogar es necesario distinguir entre los conceptos de basura, residuo o desecho.

Le llamamos basura a “todo lo que está revuelto, su aprovechamiento es complicado aunque no imposible, pero no dignificamos la vida de los que están en ese ámbito del procesamiento de los desechos”, comentó.

Mientras que desechar sucede cuando “tiro algo, ‘este cubrebocas lo desecho, adiós’, pero este desecho que generamos puede ser reutilizable o irse a la basura. Si yo lo lavo y lo vuelvo a usar, es funcional. Entonces puede ser un desecho o un desperdicio, lo estoy desperdiciando porque todavía no está gastado.

“Es otra diferencia entre reusar y reciclar, puedo lavar y volver a usar un frasco. Reciclar es cuando transformamos toda esa materia prima, como el vidrio, el cartón, algunos plásticos”, distinguió.

¿Beneficios?
Al iniciar con la separación de residuos en casa, explicó Valderrama Díaz, hacemos de este proceso parte integral de nuestras vidas, se convierte en una costumbre que extiende sus beneficios más allá del hogar. “Desde nuestra trinchera debemos de hacer algo; es responsabilidad de todos en la escuela, en casa, en la oficina, porque es una decisión propia. Hay que entender que este estilo de vida es un proceso educativo que va enriqueciéndose en el día a día”.

La investigadora propuso iniciar con un reto sencillo: “¿Qué harían si en un mes nadie recoge su basura o sus desechos? Yo me espantaría. Ésa es la primera pregunta, ¿qué haríamos ante ese reto? Los beneficios los vamos a encontrar primero si nosotros separamos nuestros desechos y nosotros los manejamos. Si generamos desechos y no basura, vamos a dignificar la vida de las personas que trabajan en la colecta, en toda esta cadena de manejo de desechos urbanos, porque ya no tienen que andar escarbando entre basura, pueden llevarlos a centros de reciclado, esto hace que nosotros colaboremos en el reciclado, ayudamos a que el material se vuelva otra vez materia prima”.

“Al facilitar el reciclado de ciertos materiales y/o reusar para no generar tanta, tanta basura, otro beneficio es que tendríamos alimentos saludables. Porque no nos damos cuenta que toda esta basura, si la dejo en el suelo, contamina los cuerpos de agua de donde extraemos para riego de los alimentos.

“También si los desechos se depositan al aire libre o enterrados, generan malos olores porque se van degradando. Contaminan no sólo el suelo, sino que además se van a mantos freáticos en el subsuelo. Recordemos que en la Ciudad de México nuestra principal fuente de agua son mantos acuíferos y les estamos dando en la torre. Es importante separar nuestros desechos en casa, porque es donde estamos generando mucha basura o muchos desechos poco aprovechables”, argumentó.

Asimismo, llamó a que, como ciudadanos, presionemos para que “industrias y empresas de reciclado crezcan. Es importante porque nos hace falta mucho desarrollo en ese sentido: tecnológico, empresarial o de emprendimiento para el manejo de basura”.

La académica universitaria aconsejó extender este reto a los plásticos que se juntan en casa y a separar estos en dos grupos: evitables y los no evitables. “Cuando hablamos de evitables, por ejemplo, las palomitas de microondas dejan un chorronal de plástico, igual las galletas, los dulces, etcétera. Los inevitables son estos empaques donde si yo compro algo no hay opción, me lo dan empaquetado.

“Esto sirve mucho para reflexionar sobre todo lo que hacemos. No es sólo ya no usar bolsas y llevar las propias, te das cuenta que en otras partes del consumo también generas muchos plásticos. El plástico es el residuo de mayor porcentaje, con las nuevas leyes le íbamos ganando y estábamos entrándole con frecuencia a no usar tantos plásticos. Pero con la pandemia, pedimos la comida con estos empaques otra vez”, lamentó y agregó:

“Hay que retomar el rumbo, sin satanizar muchas cosas… Hay recursos, los utilizamos, pero no hay que acabarlos. Debemos pensar en el equilibrio, en una manera sostenible.”
Tenemos que dejar de revolver todo porque su aprovechamiento es complicado aunque no imposible.

Separación correcta
Valderrama Díaz indicó que hay dos grupos muy claros, los orgánicos y los inorgánicos, al momento de separar nuestros residuos: “Cuando hablamos de orgánicos se ha ido afinando más, son los orgánicos composteables –desechos de frutas, verduras, cascarón de huevo, café, tés, etcétera.–; dicen que todo lo que tenga carbón es orgánico, pero el papel también es orgánico y este va en otro proceso, nos vamos directo con restos de comida.

“Luego, están los reciclables, ahí están las latas de todos los metales, los vidrios, el cartón y los plásticos, dentro de éstos hay una gama diversa de números, unos sí son reciclables otros no lo son.

“Siguen los de manejo especial y los de volumen, como las baterías, pilas, aceites, colchones, madera y electrónicos. Hay muchos programas, como nuestro Reciclatón, donde podemos llevar todos estos desechos electrónicos. Ahorita se manejan cuatro compartimentos en la Ley de Residuos Orgánicos. Es un buen avance colaborar con esa separación”, complementó.

Tarea de todos
Para Kenia Valderrama Díaz uno de los errores del pasado ha sido pensar que únicamente las generaciones más jóvenes deben involucrarse en este tipo de procesos porque a éstas les pertenece el futuro, eliminando la responsabilidad de los demás grupos generacionales.

“Es importante involucrar no sólo a los niños…Muchos de los problemas son responsabilidad de todos, cada uno de nosotros tiene que aportar su granito de arena”, reiteró.

“Lo que pasó apenas en Monterrey, es toda una noticia, lo del agua, pero antes de eso le habría preguntado a las personas qué hacían por el cuidado de ese recurso. A lo mejor los estudiantes de bachillerato o licenciatura ya recibieron muchas pláticas, muchos talleres, conferencias, leyeron la Gaceta, revistas, libros, tienen mucha información. Hace falta que papás y autoridades ayuden a poner en marcha todos esos conocimientos, esa buena actitud que se tiene, esas habilidades”.

La investigadora universitaria pidió asumir la responsabilidad, “participemos en la separación. Cuando inició la Ley de Residuos Orgánicos, hicimos un sondeo para saber qué opinaban sobre ella y si les gustaría participar. El cien por ciento dijo que sí y que estaba muy bien, conforme; pasó la ley y como no hubo sanciones, la gente se fue desanimando. Es importante no sólo tener leyes, sino además que se dé seguimiento a las sanciones. Desafortunadamente aprendemos a la mala; ya que tenemos el problema, que estamos sufriendo, es cuando dicen: ‘Ah, caray, creo que sí debo de hacer algo’.

“La UNAM tiene una responsabilidad, estamos en Ciudad Universitaria y tenemos nuestra planta de reciclado de agua, la de composteo, camiones que pasan por la basura, el Programa Universitario de Medio Ambiente. La UNAM ha hecho cosas, nos falta unir esfuerzos y fortalecerlos”.

jueves, 16 de mayo de 2024

Contaminación de acuíferos afecta a 3 mil millones de personas

Enviado por 

Luisa Fernanda Gonzalez Castillo

La contaminación de las fuentes de agua agrava el problema de la escasez de recursos hídricos para la inmensa mayoría de la humanidad, hasta 3 mil millones de personas más de lo que se calculaba hasta ahora, según un nuevo informe publicado ayer.

La creciente contaminación provoca que los acuíferos sean inseguros para los humanos y la vida silvestre, explicaron en un informe investigadores de Alemania y Países Bajos.

Hasta ahora, el panel de científicos climáticos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) había calculado que alrededor de la mitad de la población mundial enfrenta una escasez severa de agua durante al menos un mes al año.

Pero si se añade la contaminación causada por fertilizantes, que provoca un incremento de la tasa de nitrógeno en las aguas, el número de áreas afectadas por la escasez de agua aumenta drásticamente.
La contaminación del agua realmente se está convirtiendo en un problema más y más importante que hace que el líquido no sea seguro para la naturaleza y los humanos, declaró el autor principal Mengru Wang, de la Universidad de Wageningen & Research.

Las actividades humanas están vertiendo grandes cantidades de nitrógeno, patógenos, productos químicos y plásticos en los sistemas hídricos.

El estudio, publicado en la revista Nature Communications, analizó las cuencas de los ríos de todo el mundo, que son fuentes clave de agua potable y centros de actividades urbanas y económicas.

Según sus modelos informáticos, el número de subcuencas –unidades más pequeñas en los cauces de los ríos– con una escasez severa de agua era el doble de lo que se pensaba hasta ahora y podría aumentar en las próximas décadas.

En lo que respecta a la contaminación por nitrógeno, los expertos estiman que en 2010 el número de subcuencas afectadas por el problema era de 2 mil 517, en lugar de 984.

Esa cifra podría aumentar hasta 3 mil 61 para 2050, según los autores, con lo que hasta 7 mil 800 millones de personas se verían afectadas, es decir, la gran mayoría de la humanidad (unos 9 mil millones de personas).

Pero, según el otro autor del estudio, Benjamin Bodirsky, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, con fertilizantes más eficientes, dietas más vegetarianas y mejores redes de tratamiento de aguas, la situación podría incluso revertirse hasta cierto punto.

lunes, 1 de abril de 2024

Más allá del dióxido de carbono: Los otros gases de efecto invernadero

Al hablar de cambio climático, normalmente centramos la atención en las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el más conocido de los gases de efecto invernadero. Incluso en los estudios científicos, las emisiones de este tipo de contaminantes se contabilizan en toneladas de CO2 equivalente. Desde esta perspectiva, es fácil minimizar el papel contaminante de otros gases que, aunque presentes en menores cantidades, su potencial de calentamiento global es significativamente más alto que el CO2 porque, aunque menos abundantes, son mucho más efectivos atrapando calor en la atmósfera, lo que aumenta su relevancia en las estrategias de mitigación del cambio climático.

La amenaza oculta del metano y el óxido nitroso
Aparte del CO2, probablemente el gas que más curiosidad despierta es el vapor de agua. Sin embargo, el ciclo del agua es lo suficientemente activo en todo el planeta como para que su acumulación no sea un problema. Pero además hay otros gases, estos sí, contaminantes, que tienen un efecto invernadero mucho mayor que el dióxido de carbono.

La medida de CO2 equivalente es útil para comprender el potencial de calentamiento global (PCG) de un gas. El PCG compara el efecto radiactivo de una cantidad específica de un gas de efecto invernadero con la misma cantidad de dióxido de carbono durante un período determinado, normalmente 100 años. Así pues, el CO2 equivalente equivale a la cantidad de CO2 necesaria para generar el mismo efecto invernadero que una tonelada del gas que se está midiendo.

Por eso son tan relevantes el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), gases con un PCG considerablemente más alto que el CO2. El metano, según la investigadora Victoria Momyer, de la Universidad de Boston, y sus colaboradores, es 34 veces más potente que el CO2 en términos de PCG. Por su parte, el óxido nitroso tiene hasta 300 veces el potencial de calentamiento global del CO2.

Otros gases, como el clorodifluorometano, el tetrafluoroetano o el hexafluoruro de azufre, aunque presentes en cantidades menores, también son significativos debido a sus altos PCGs. Estos gases, frecuentemente utilizados en la industria y la manufactura, pueden tener un efecto desproporcionadamente grande en el calentamiento global, comparado con su concentración en la atmósfera.

¿De dónde vienen estos contaminantes?
El origen del metano es múltiple. Las fuentes conocidas más relevantes de emisiones de CH4 son proceden de la producción de carbón y gas natural. Estudios recientes, como el llevado a cabo por Hossein Maazallahi y colaboradores de la Universidad de Utrech (Países Bajos), han identificado áreas urbanas como fuentes importantes de emisiones de CH4 originadas principalmente por la red de distribución de gas natural y otras infraestructuras relacionadas con combustibles fósiles.

Pero la agricultura y, sobre todo, la ganadería también son fuentes de metano. En la ganadería, se produce principalmente durante la fermentación entérica en el tracto digestivo de los rumiantes y desde el estiércol almacenado. Por otro lado, los ecosistemas acuáticos como humedales y arrozales son fuentes notables de metano por la actividad de microorganismos metanogénicos en condiciones anaeróbicas.

Además, el permafrost, especialmente en Siberia, almacena grandes cantidades de metano que, en caso de descongelarse por el aumento de las temperaturas globales, podrían liberarse a la atmósfera causando un problema de contaminación masivo.

En cuanto al óxido nitroso, es emitido principalmente por procesos relacionados con la agricultura, como el uso de fertilizantes nitrogenados, y en menor medida por la combustión de combustibles fósiles, incluido el transporte motorizado. Parte de las emisiones de N2O también proviene de la descomposición de materia orgánica en suelos y aguas.

En España, en el año 2021 —la última actualización del Instituto Nacional de Estadística—, se estimó que las emisiones totales fueron de unas 234 000 toneladas de CO2, a las que se sumarían unas 1120 toneladas de CH4 (38 000 toneladas de CO2 equivalente) y casi 60 toneladas de N2O (18 000 toneladas de CO2 equivalente). Más del 25 % de estas emisiones proceden de la industria manufacturera, un 17 % más del sector primario, en torno al 15 % de los servicios de suministro, y casi el 13 % de los servicios de transporte y almacenamiento.

Un enfoque amplio en la lucha contra el cambio climático
Aunque la lucha contra las emisiones de CO2 es esencial para abordar el cambio climático, no es suficiente. Es necesario además impulsar medidas específicas de mitigación para el metano y el óxido nitroso, ambos gases con gran impacto en el calentamiento global.

Dado que la industria es la mayor fuente de emisiones de CH4 y N2O, se propone la puesta en marcha de tecnologías más limpias y eficientes, así como mejorar el tratamiento de residuos industriales.

En la agricultura y ganadería, se busca la promoción de prácticas agrícolas más sostenibles. En este sentido, el investigador Daniel Plaza-Bonilla, de la Universidad de Lleida, y sus colaboradores, tienen un trabajo prometedor donde abordan la reducción de emisiones de óxido nitroso en sistemas agrícolas.

Otra fuente importante de emisiones es el suministro energético; en este sentido, los objetivos prioritarios pasan por transicionar a un modelo de producción basado cada vez más en fuentes de energía renovables y mejorar la eficiencia energética. Además, es necesario fomentar la preferencia por el transporte a pie, en bicicleta o en transporte público, para acercarnos a unas ciudades de quince minutos, más sostenibles y en las que se minimicen las emisiones por transporte.

Sin duda, todos estos avances son necesarios en la transición hacia un mundo más sostenible, pero aún no son suficientes. El decrecimiento es, también, una necesidad, en tanto que implica un cambio de paradigma para reducir emisiones y consumo, a cambio de producir lo realmente necesario, que termine en manos de quienes lo necesitan.

viernes, 10 de marzo de 2023

Pérdida de biodiversidad: ¿por qué es una preocupación y cuáles son sus causas? (1)

La biodiversidad, o la variedad de todos los seres vivos en nuestro planeta, ha estado disminuyendo a un ritmo alarmante en los últimos años, principalmente debido a actividades humanas, como los cambios en el uso de la tierra, la contaminación y el cambio climático.

La Comisión Europea presentó en mayo de 2020 la nueva estrategia sobre biodiverdad para 2030, siguiendo las demandas del Parlamento, que en enero del mismo año exigió abordar las principales causas de la pérdida de biodiversidad y establecer objetivos legalmente vinculantes.

En el pleno de junio de 2021, la Eurocámara fijó su posición sobre la "Estrategia de la UE sobre la biodiversidad de aquí a 2030: Reintegrar la naturaleza en nuestras vidas" para asegurar una mejor protección de los ecosistemas de aquí a 2050 y garantizar que se recuperan, son más resilientes y están mejor protegidos.

Los eurodiputados pidieron el 16 de enero de 2020 que se acuerden objetivos legalmente vinculantes para detener la pérdida de biodiversidad en la conferencia que la ONU celebrará en China en octubre de 2020. La conferencia reúne a las partes de la Convención de Biodiversidad de la ONU de 1993 para decidir su estrategia después de 2020. El Parlamento quiere que la UE vaya por delante y asegure que el 30 % de su territorio consiste en áreas naturales para 2030 y tenga en cuenta la protección de la biodiversidad en todas sus políticas.

La biodiversidad se define tradicionalmente como la variedad de vida en todas sus formas. Comprende el número de especies, su variación genética y la interacción de estas formas de vida dentro de ecosistemas complejos.

Los científicos advirtieron en 2019 que un millón de especies, del total estimado de ocho millones, están en peligro de extinción, muchas de ellas podrían extinguirse en unas décadas, según un informe de la ONU.

Algunos investigadores incluso consideran que estamos en medio del sexto proceso de extinción masiva en la historia del planeta. Las extinciones masivas conocidas anteriormente aniquilaron entre el 60 % y el 95 % de todas las especies. Los ecosistemas tardan millones de años en recuperarse.

¿Por qué es importante la biodiversidad?
Los ecosistemas saludables nos brindan muchos elementos esenciales que damos por sentado. Las plantas convierten la energía del sol y la ponen a disposición de otras formas de vida. Las bacterias y otros organismos vivos descomponen la materia orgánica en nutrientes proporcionando a las plantas un suelo sano para crecer. Los polinizadores son esenciales en la reproducción de las plantas, lo que garantiza nuestra producción de alimentos. Las plantas y los océanos actúan como grandes sumideros de carbono. El ciclo del agua depende en gran medida de los organismos vivos.

En resumen, la biodiversidad nos proporciona aire limpio, agua dulce, suelos de buena calidad y polinización de cultivos. Nos ayuda a combatir el cambio climático y adaptarnos a él, y reduce el impacto de los peligros naturales.

Dado que los organismos vivos interactúan en ecosistemas dinámicos, la desaparición de una especie puede tener un impacto de gran alcance en la cadena alimentaria. Es imposible saber exactamente cuáles serían las consecuencias de las extinciones en masa para los humanos, pero sí sabemos que por ahora la diversidad de la naturaleza nos permite prosperar.

Principales causas de la pérdida de biodiversidad
Cambios en el uso del suelo (por ejemplo, deforestación, monocultivo intensivo, urbanización).
Explotación directa como la caza y la sobrepesca.
Cambio climático.
Contaminación.
Especies exóticas invasoras.

¿Qué medidas propone el Parlamento?
Los eurodiputados celebraron que la UE se haya comprometido a conversar al menos un 30 % de las zonas marinas y terrestres de la Unión, que abarca bosques, humedales, turberas, pastizales y ecosistemas costeros, y a proteger estrictamente al menos el 10 % de las zonas marinas y terrestres de la Unión, incluidos todos los bosques primarios y maduros que aún persisten y otros ecosistemas ricos en carbono.

Los miembros del PE reiteraron que los objetivos deben ser vinculantes a nivel comunitario y nacional, en cooperación con los gobiernos regionales y locales.

Los miembros del Parlamento lamentaron que el descenso de los polinizadores no solo supone una pérdida de biodiversidad, sino también una amenaza para la seguridad alimentaria. Por eso, exigieron una revisión urgente de la iniciativa de los polinizadores de la UE,