miércoles, 31 de mayo de 2017

Aparato Respiratorio (II)

La verdadera respiración, la respiración celular o catabolismo, precisa de un continuo aporte de oxígeno y la eliminación del bióxido de carbono producido. La incorporación de oxígeno puede presentarse en los animales de cinco maneras diferentes.
· Difusión directa. Consiste en la absorción del oxígeno a través de la superficie celular, que se da solo en organismos de organización sencilla (protozoarios, cnidarios, esponjas). El oxígeno puede incorporarse desde el aire o desde el agua
· Respiración traqueal. El oxigeno es conducido por tubos quitinosos (tráqueas) que se abren en la superficie del cuerpo y se ramifican llegando a todas las células del animal. Es la respiración típica de los insectos.

Este aparato está formado por una serie de tubos, las tráqueas, producidas por invaginaciones del tegumento, en las que el aire entra a través de unos pequeños orificios de la superficie del cuerpo, llamados estigmas.
Las tráqueas se van ramificando y disminuyendo de diámetro, hasta que contactan directamente con las células, donde se realiza el intercambio gaseoso por difusión. No necesitan por tanto, un aparato circulatorio para el transporte de gases.

· Respiración cutánea. El oxigeno es incorporado a través de la piel, tanto desde el aire como desde el agua, como en la lombriz de tierra, la rana


· Respiración branquial. Es propia de animales acuáticos, poseedores de branquias. Estas son láminas de epitelio fino que por un extremo toman el oxígeno del agua y por otro este gas es recogido por los capilares sanguíneos del sistema circulatorio.

Las branquias son proyecciones de la superficie externa del cuerpo o de la capa interna del intestino hacia el exterior del animal, y por tanto, proceden evolutivamente por evaginación.


Hay dos tipos de branquias: externas e internas. Las primeras evolutivamente son más primitivas.


Las branquias externas tienen la ventaja de que su simple movimiento moviliza el agua, pero pueden ser fácilmente dañadas por los agentes externos.

Las branquias internas, están situadas en una cavidad protectora por lo que es necesario un sistema de ventilación de la superficie de intercambio. 

La forma de conseguirlo en los distintos grupos zoológicos es muy variado: cilios, sifones, apéndices variados, movimientos contracorriente, etc.

En los peces, cuyas branquias son siempre internas, se da una asociación entre éstas y una serie de hendiduras, las hendiduras branquiales.


En los peces más evolucionados, que son los peces óseos, las branquias están formadas por unas laminillas muy vascularizadas que se insertan en el arco branquial y están tapadas por el opérculo. El agua penetra por la boca y saldrá por el opérculo, en este trayecto, las branquias toman el O2 disuelto en el agua.


· Respiración pulmonar. Es propia de animales superiores, poseedores de pulmones o sacos huecos rodeados de una red de capilares que recogen el oxígeno incorporado desde el aire.

Los pulmones son invaginaciones de las superficies respiratorias rodeadas de capilares sanguineos. Son bolsas de finas paredes, que sirven para realizar el intercambio gaseoso, para lo que se conectan con el exterior mediante una serie de conductos.



Según se asciende en la escala animal, los pulmones van incrementando su superficie interna, desde los anfibios, cuyos pulmones son sacos sin ninguna tabicación, por lo que complementan esta respiración con la cutánea, hasta llegar a las aves y los mamíferos, cuyos pulmones son los más desarrollados debido a los sacos aéreos de las aves y a los alvéolos en mamíferos.

Estos mecanismos permiten a estos dos grupos de vertebrados un considerable aumento de la superficie respiratoria.

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