martes, 18 de agosto de 2015

La visión en los animales (I): Halcones

¿Es cierto que las águilas y los halcones tienen tan buena visión, o es sólo una leyenda urbana?. Pues es totalmente cierto, su agudeza visual es superior a la del ser humano (entre dos y cuatro veces más, según la especie); de hecho son los animales con la mejor calidad de imagen de todos. Eso quiere decir que presentan una gran resolución de la parte central de la imagen. Y que cuando sobrevuelan una presa, la ven con mucha más nitidez que si nosotros estuviéramos mirando a esa distancia. ¿Cómo lo consiguen?



La “superretina”
La retina es el fino tejido de la parte posterior del ojo que recoge la imagen. Hay unos receptores de luz que convierten la imagen proyectada en estímulos nerviosos. Cuanto más juntos están estos receptores, más pequeños son los “pixeles” de la imagen. Por tanto, cuantos más receptores hay en ese área determinada, mejor. Y así, de esa densidad de receptores se deriva (en condiciones ópticas óptimas) la resolución de imagen.

Pongamos unos números: en el ojo humano, la parte central de la retina (fóvea) tiene unos 150 mil o 200 mil receptores de luz. La fóvea de una rapaz, con un tamaño parecido, hay millón y medio de células receptoras. Un incremento muy importante. Tanta densidad de receptores trae unas importantes “necesidades logísticas”. Son células muy “caras” desde el punto de vista energético, necesitan mucho aporte sanguíneo y la anatomía del ojo humano no podría soportar tanta densidad de receptores.

A este efecto, estas aves poseen un tejido llamado pecten, una estructura vascular en forma de peine que se ancla en la retina y la pared del ojo y se proyecta hacia el interior. Además de función “alimenticia”, tiene otras funciones que favorecen la gran resolución de imagen de estos animales.

Ya que es más fácil ver el pecten (que no hace falta microscopio) que averiguar la densidad de conos, podemos afirmar que las aves con el pecten más desarrollado tienen mejor visión.



Un aparato óptico excepcional
Para que la imagen se proyecte en la retina, las lentes del ojo tienen que conseguir una imagen lo más nítida posible. Por muy buena que sea la retina, si la imagen llega borrosa, poco podremos hacer. Estas rapaces tienen un sistema excepcional de enfoque. Y no sólo por la precisión de las lentes: hay una característica especial de la que la mayoría de los demás animales carecemos. Para el enfoque de la retina periférica, el sistema funciona igual: la córnea y el cristalino son las lentes encargadas de hacer converger la imagen en la retina. Pero justo en la parte central (en la fóvea), las rapaces poseen una “lente nueva”. En su caso, la separación entre el vítreo (el gel transparente que rellena el ojo) y la retina tiene cierto poder de refracción. Al resto de animales no nos pasa: la interfase entre vítreo y retina no tienen importancia en la refracción, y la luz lo atraviesa sin modificación. Pero en estas aves, esta separación sí que induce una refracción, actuando como lente negativa y magnificando la imagen. Es decir, es como si tuvieran, justo delante de la fóvea, un “zoom”, un sistema que magnifica la imagen (que sería 1,45 veces el tamaño real).



…. y más cosas
La visión de estos animales es apasionante. De los sistemas que le dan mejor resolución de imagen, sólo he puesto los dos más importantes, pero hay más:
- La pupila juega un importante papel. Su pupila es más grande y entra más luz. Lo que en otros animales es una desventaja (porque entra luz por la córnea periférica, peor enfocada) en las rapaces significa mejor contraste.
- Además de la fóvea central, con la que tienen mejor resolución de imagen, estos ojos tienen una segunda fóvea, para la visión periférica. Algo totalmente inimaginable en el sistema visual humano: dos fóveas en cada ojo.

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