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viernes, 15 de noviembre de 2024

Nobel de Química 2024

Enviado por

Guillermo Florez Gonzalez

La Real Academia de las Ciencias de Suecia ha otorgado este miércoles el Premio Nobel de Química 2024, con una mitad a David Baker por “el diseño de proteínas con computación” y la otra mitad conjuntamente a Demis Hassabis y John Jumper por “la predicción de la estructura de las proteínas mediante el uso de inteligencia artificial”. El comité que ha otorgado el galardón ha destacado las potenciales aplicaciones de sus logros científicos en numerosos procesos en los que están implicadas las proteínas, desde el desarrollo más rápido de vacunas al descubrimiento de nuevos nanomateriales, pasando por el diseño de fármacos dirigidos para tratar el cáncer o la evolución hacia una industria química más verde. Para dar una idea del nuevo universo que abren a la ciencia los avances de Baker, Hassabis y Jumper, el presidente del comité, Heiner Linke, señaló que “si queríamos entender cómo funcionan las proteínas, primero había que saber qué aspecto tienen” e incidió en los grandes beneficios para la humanidad que traerá ese conocimiento.

El británico Demis Hassabis (Londres, 1976) y el estadounidense John Jumper (Little Rock, 1985) han utilizado con éxito la inteligencia artificial acelerar una carrera científica que llevaba medio siglo abierta, desde la empresa Google Deepmind de la que Hassabis es el consejero delegado. Con su modelo de inteligencia artificial AlphaFold2, presentado en 2020, han logrado predecir la estructura tridimensional de casi todas las proteínas identificadas hasta la fecha —unos 200 millones—, partiendo únicamente de la secuencia de aminoácidos que forma su cadena. Estas larguísimas cadenas se pliegan en formas tremendamente complejas, que determinan la función y actividad biológica de las proteínas, y predecir esas estructuras era un reto pendiente de la ciencia desde los años 1970.
El estadounidense David Baker (Seattle, 1962) ha aprendido a dominar los denominados bloques de construcción de la vida —los 20 aminoácidos— y a crear proteínas completamente nuevas que no existían en la naturaleza. Lo logró por primera vez en 2003 y, desde entonces, la imaginativa cocina de su grupo de investigación en el departamento de bioquímica de la Universidad de Washington ha diseñado proteínas a la carta, para usarlas como medicamentos, como nuevas vacunas —con éxito ya en modelos animales— o como diminutos sensores —que permiten, por ejemplo, detectar la presencia de la droga fentanilo en el ambiente. Tras ser felicitado por el comité de los Nobel que le ha otorgado el premio, Baker declaró sentirse muy “emocionado y honrado” y agradeció a los investigadores que le precedieron y acompañaron en su campo, citando la clásica frase que escribió en 1675 Isaac Newton: “Si he visto más lejos, ha sido subiéndome a hombros de gigantes”.

Para su descubrimiento, Baker desarrolló en su día una herramienta de computación llamada Rosetta, y hoy ha agradecido las contribuciones de los galardonados ayer con el Nobel de Física —por sus desarrollos para el aprendizaje automático con redes neuronales— como fundamentales para hacer realidad la predicción de la estructura de proteínas con IA, por la que Hassabis y Jumper se han llevado la otra mitad del Nobel de Química. Los tres nuevos nobeles de Química compartieron también en 2023 el premio Fronteras del Conocimiento, que otorga la Fundación BBVA, en la categoría de Biología y Biomedicina. Demis Hassabis y Geoffrey Hinton —nuevo Nobel de Física— fueron también dos de los cuatro galardonados en 2022 con el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica, “por sus desarrollos de redes neuronales fundamentales en todos los campos de la ciencia y la tecnología”.

La primera IA que revoluciona la ciencia: beneficios y riesgos
En una conferencia de prensa ofrecida por Google DeepMind, tanto Demis Hassabis como John Jumper expresaron su “increíble emoción y honor” porque la Academia Sueca haya reconocido las investigaciones a las que han dedicado su carrera científica. “La tarea de mi vida ha sido buscar aplicaciones de la inteligencia artificial que mejoren la vida de las personas y, en concreto, que aceleren los descubrimientos científicos”, declaró Hassabis, recordando cómo su interés de niño en el ajedrez y los ordenadores le llevó a desarrollar AlphaGo, una IA que derrotó en 2016 al campeón del mundo de go, un juego de tablero cuya complejidad de movimientos posibles supera a la del ajedrez.

AlphaGo fue el primer gran éxito de la compañía DeepMind, cofundada por Hassabis en 2010 y adquirida por Google en 2014, y sentó las bases de AlphaFold, la primera herramienta de inteligencia artificial que ha revolucionado la investigación científica. Hassabis hizo una reflexión general sobre la IA, horas después de conocer que había recibido el Nobel de Química por la aplicación de esa tecnología al estudio de las proteínas: “La inteligencia artificial es quizás la tecnología más poderosa que ha tenido la humanidad. Va a afectar a todos los ámbitos de nuestra vida y, con respecto a su uso, me defino como optimista cauto: tiene un enorme potencial para aplicaciones beneficiosas, pero también podrá usarse para hacer daño. Esto nos puede crear problemas sin precedentes y necesitaremos afrontar los riesgos de la IA”, afirmó el científico computacional, quien aprovechó la ocasión para pedir cooperación internacional para estar preparados para el reto que supondrá “la siguiente generación de herramientas de IA, que llegará en 10 años o así: tendrán más riesgos y habrá que estar más preparados. Vamos en la dirección correcta con las cautelas actuales, pero tenemos que ir más rápido”.

En la misma comparecencia, el también premiado John Jumper destacó que el secreto de que AlphaFold haya resuelto el problema de la estructura de las proteínas es que “la inteligencia artificial es increíblemente buena desentrañando patrones que las personas no podemos ver. Pero eso no se consigue ‘con solo darle al botón de la IA’. El desarrollo de AlphaFold ha sido un proceso iterativo muy complejo, desarrollado durante años por un grandísimo equipo y el premio reconoce el potencial de la biología computacional”. Para Jumper, la clave es que estas herramientas nos ayudarán a entender mejor las enfermedades y, sobre todo, a hacerlo mucho más rápido. Su colega Hassabis reconoció que, en esta nueva era científica que se abre, “tendremos que ser cautos: seguir usando los procedimientos científicos adecuados y, además, asegurarnos que entendemos estos sistemas y que podemos controlarlos”.

Limitaciones y transparencia de doble filo
José Antonio Márquez, investigador del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), ha manifiestado su satisfacción por “un premio Nobel muy merecido y que se ha otorgado muy poco tiempo después de que se lograran los avances ahora reconocidos”. Pero para Márquez, que trabaja dilucidando estructuras de proteínas del sincrotrón del EMBL en Grenoble (Francia), esta rapidez no ha sido ninguna sorpresa. “Este premio era algo que esperábamos, porque la comunidad científica ha absorbido en muy poco tiempo esos avances. Todos los laboratorios aplican ahora esa metodología por defecto: gracias a AlphaFold, conocer la estructura más probable de una proteína lleva segundos o minutos, mientras que antes eran meses o años de trabajo experimental”, explica este científico, quien aclara que para que esto sea posible ha sido fundamental el acceso abierto a los modelos de proteínas y al código del software usado tanto por David Baker como por Demis Hassabis y John Jumper.
Esta transparencia con la comunidad científica fue la seña de las dos primeras versiones de AlphaFold, que llevó en solo dos años consiguieron predecir la estructura de 200 millones de proteínas; cuando en los 60 años anteriores solo se había determinado la forma en 3D de unas 200.000 proteínas. Sin embargo, AlphaFold3 ha generado una cierta controversia porque su acceso gratuito es limitado para los investigadores y su código no está disponible. La gran novedad de la tercera versión de esta IA es que ahora permite predecir también las interacciones entre las proteínas y el resto de moléculas esenciales de la vida. Esto permitirá acelerar el desarrollo de nuevos medicamentos, pero ya no es algo que está a libre disposición de la comunidad científica.

Para Alfonso Valencia, director de Ciencias de la Vida en el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona (BSC) el Nobel de Química 2024 “reconoce lo que se ha convertido en el avance más significativo de la inteligencia artificial. Los métodos implementados por Demis Hassabis y John Jumper para la predicción de la estructura de proteínas a partir de su secuencia se han convertido en un recurso imprescindible en biotecnología y biomedicina”. Valencia ha explicado, en declaraciones a SMC España, que una diferencia fundamental entre AlphaFold y otras populares herramientas de IA, como por ejemplo ChatGTP y sus respuestas no demasiado fiables, “es que estas predicciones de estructura [de las proteínas] vienen acompañadas de un índice de confianza en la calidad del resultado”.

Márquez recuerda que, “a pesar del alto grado de fiabilidad de AlphaFold al predecir la estructura del 80% de proteínas, hay algunos tipos de ellas con las que es mucho menos fiable”. Además, este investigador recuerda otra limitación fundamental de estas herramientas de IA que usan redes neuronales: “Son muy hábiles encontrando patrones, pero no nos explican cómo lo hacen. Así que para nosotros es un avance brutal tener predicciones fiables de las estructuras, y tan rápido, pero seguimos sin entender por qué las proteínas se pliegan de esa manera y no de otra”.

El galardón está dotado con 11 millones de coronas suecas, unos 950.000 euros. Tras los galardones de Medicina y de Física, conocidos el lunes y el martes, con el de Química continúa la ronda de anuncios, que culminará el jueves con el de Literatura y el viernes con el de la Paz. En 2023, los premiados fueron el francés Moungi Bawendi, el estadounidense Louis E. Brus y el ruso Alexei Ekimov, por el descubrimiento de los puntos cuánticos.

Desde 1901, el Premio Nobel de Química se ha otorgado 116 veces y ha quedado desierto en ocho ocasiones —la última, en 1942—. Como este premio puede ser compartido cada año entre hasta tres laureados, un total de 195 personas lo han recibido. Solo ocho de ellas son mujeres: la primera fue Marie Curie, en 1911; y la última, Carolyn Bertozzi, en 2022. Y únicamente han ganado dos veces el Nobel de Química los científicos Frederick Sanger (en 1958 y 1980) y Barry Sharpless (en 2001 y 2022).

jueves, 14 de noviembre de 2024

Describen el mecanismo del ADN circular extracromasómico para impulsar el cáncer

Enviado por

PAULINA BRAVO CIRILO

Se llama ADN circular extracromosómico (ADNec) y tres investigaciones recogidas este miércoles en la revista Nature describen el agresivo mecanismo por el que impulsa el cáncer, con nbase en el estudio de 15.000 pacientes con 39 tipos diferentes de tumores.

El ADNec es un tipo de molécula de ácido desoxirribonucleico circular y disociativo que se ha identificado en el citoplasma de diferentes tipos de células cancerosas.

Los científicos consideran que amplifica los llamados “oncogenes” (genes que sufrieron una mutación y tienen el potencial de causar cáncer), y está implicado tanto en la progresión de la enfermedad como en la resistencia a fármacos.

Los hallazgos parten de un grupo internacional de investigación llamado eDyNAmiC, que dirige el catedrático de patología de la universidad de Stanford, Paul Mischel, y que ha contado con una subvención de 25 millones de dólares de centros públicos del Reino Unido y Estados Unidos para descifrar los mecanismos del ADNec.

Mayor prevalencia de lo esperado
Hasta hace poco, se creía que solo alrededor del 2 % de los tumores contenía cantidades significativas de ADNec, pero los trabajos del equipo de Mischel demostraron, en 2017, que el ADNec estaba muy extendido y, probablemente, tenía un papel importante en el desarrollo del cáncer, en la resistencia a los tratamientos y en la existencia de metástasis.

El pasado año describieron cómo la presencia de ADNec hace que células precancerosas se transformen en cancerosas.

En los sucesivos estudios, han identificado antecedentes genéticos y rastros de las mutaciones que dan las claves de cómo se origina y prospera el ADN circular extracromasómico.

Han visto que ADNec se segrega sin interrupción durante la división celular “como unidades de varios círculos a las células hijas”.

“Esto pone en entredicho la regla de Gregor Mendel (el naturalista que definió por primera vez la herencia genética a través de estudios con guisantes) de la distribución independiente de genes que no están físicamente vinculados por secuencias de ADN”, afirma Mischel.

El investigador lo explica comparándolo con “conseguir una buena mano en el póquer: las células cancerosas que reciben esa buena mano de cartas reciben una ventaja y hemos descubierto el mecanismo por el que la logran”.

Un punto débil
Los científicos han visto un punto débil en este proceso ventajoso para las células cancerosas: “Existe una tensión inherente entre la transcripción y la replicación celular, cuando esos dos procesos chocan, la réplica se detiene y la célula activa puntos de control internos para detener la división celular hasta que se resuelva el conflicto”.

Así, uno de los artículos publicado este miércoles explica cómo el bloqueo de la actividad de una proteína llamada CHK1 logra provocar la muerte de las células tumorales que contienen ADNec (cultivadas en el laboratorio) y causa la regresión tumoral en experimentos con ratones con cáncer de estómago.

El inhibidor de CHK1 se encuentra ya en fase inicial de ensayos clínicos, haciendo cada vez más cercana la posibilidad de encontrar una cura al cancer.

viernes, 8 de noviembre de 2024

Estas proteínas han estado manejando secretamente nuestras células

Cada segundo que respiramos, dormimos, comemos y hacemos nuestra vida, en nuestras células se producen millones de reacciones bioquímicas. Entre el ajetreo de los intercambios químicos se encuentran los que adhieren (o retiran) pequeñas moléculas de carbono a las proteínas, las grasas y el ADN, entre otros. Añadir o quitar estas pequeñas moléculas es esencial para muchas reacciones que permiten a las células sobrevivir, crecer y dividirse.

Quizá el objetivo más interesante y estudiado de estas adiciones y sustracciones se encuentre en el bullicioso núcleo, donde varias enzimas añaden o eliminan dos pequeñas moléculas —grupos metilo y grupos acetilo— en las histonas, las bobinas de proteína alrededor de las cuales se enrolla nuestro ADN.

Durante décadas, se pensó que añadir o eliminar grupos metilo o acetilo de las histonas era clave para determinar cuándo y dónde se activan los genes.

Pero cada vez hay más pruebas de que esto es solo una parte de la historia. Aunque añadir grupos metilo y acetilo a las histonas está estrechamente relacionado con la actividad de genes cercanos en algunos lugares del genoma, en muchas otras regiones no tiene ningún efecto. Esto sugiere que regular la actividad de los genes no es la única función de estos adornos de las histonas —quizá ni siquiera la principal—.

De hecho, las nuevas investigaciones sugieren que estas modificaciones de las histonas desempeñan papeles clave en los procesos bioquímicos de la célula — su metabolismo—, funcionando como una forma de que la célula se ocupe de las pequeñas moléculas de carbono que se producen durante las reacciones bioquímicas.

Los investigadores proponen que, en el caso de los grupos acetilo (formados por dos carbonos, tres hidrógenos y un oxígeno), las histonas sirven como una especie de banco o repositorio al que la célula puede recurrir cuando necesita más acetilos para las reacciones químicas.

Y en el caso de los grupos metilo (un átomo de carbono y tres hidrógenos), sugieren que las histonas sirven como sumideros, donde se pueden depositar los metilos para que no entorpezcan las reacciones químicas. Sin este sumidero, muchas moléculas que necesitan perder un grupo metilo para pasar al siguiente paso de una ruta bioquímica se atascan, causando problemas a la célula.

Antes se consideraba que las histonas eran un mero andamiaje estructural para los genes: algo que podía mantener en orden los densos pliegues de cadenas de ADN. Luego se consideró que intervenían en el control de los genes — facilitando o bloqueando el desdoblamiento del ADN que permite que se copie—. Ahora, si la nueva investigación da sus frutos, también se demostrará que están profundamente entrelazadas con el funcionamiento metabólico de las células.

Según los científicos, esto podría ayudar a desvelar cómo y por qué evolucionaron las histonas.

Las células necesitan lugares donde depositar los grupos metilo —un sumidero de metilo— para que el metabolismo no se atasque.

Tiempos de abundancia
Hace más de una década, Benjamin Tu, bioquímico de la UT Southwestern, cultivaba células de levadura en su laboratorio cuando vio algo interesante: la actividad de más de mil genes oscilaba en función de la cantidad de oxígeno que consumían las células. La actividad de los genes y la actividad metabólica cambiaban de forma coordinada.

Tu también observó que cuando los genes implicados en el crecimiento celular alcanzaban su máxima actividad, esto coincidía con un elevado número de grupos acetilo adheridos a sus histonas. Y cuando los genes se silenciaban en la siguiente fase del ciclo celular, los grupos acetilo desaparecían. “Fue muy emocionante”, afirma Tu.

Fue emocionante porque los grupos acetilo son producidos por la mitocondria, el orgánulo generador de energía de la célula. La célula utiliza los grupos acetilo para producir moléculas como los ácidos grasos, que se emplean como fuente de energía o para construir las membranas celulares. Lo que parecía estar ocurriendo era que los acetilos servían de señal de la mitocondria al núcleo celular de que eran tiempos de abundancia, con mucha energía y bloques de construcción químicos disponibles. Al adherirse a las histonas, aumentaban la actividad de los genes implicados en el crecimiento celular. Después de todo, tiene sentido crecer y dividirse en épocas de abundancia.

Tu también vio indicios de que los acetilos de las histonas también podían actuar como un banco — una fuente de energía a la que la célula podía recurrir en épocas de vacas flacas—. Observó que, cuando las células pasaban hambre, disminuía la cantidad de una importante sustancia química llamada acetil-CoA, fundamental en la generación de energía. Para producir energía, las células consumían los grupos acetilo que se habían desprendido de las histonas. Los grupos acetilo que quedaban se reorganizaban para activar genes que produjeran más acetil-CoA.Esta ilustración muestra un modelo del movimiento de los grupos acetilo en diferentes condiciones celulares.

Otros trabajos del grupo de Tu sugieren que las histonas pueden desempeñar un papel aún más central en las rutas metabólicas, esta vez en relación con los grupos metilo. De nuevo en la levadura, los científicos estudiaron una sustancia química que transporta grupos metilo, cuyo nombre abreviado es SAM. Cuando la SAM cede un grupo metilo, se convierte en una sustancia química necesaria para producir el aminoácido cisteína. Pero cuando la célula no tiene un lugar al que ceder sus grupos metilo, se produce muy poca cisteína, lo que afecta a la capacidad de crecimiento de la célula. Las histonas actúan como receptoras de grupos metilo.

Mantener el metabolismo en marcha
Más pruebas de la función metabólica de las histonas provienen de un estudio de 2023 en el que el bioquímico de la Universidad de Oxford Peter Sarkies y su colega Marcos Francisco Pérez examinaron toda una serie de enzimas diferentes que añaden grupos metilo a las histonas.

Cada enzima añade grupos metilo en un lugar único de la histona, una parte flexible llamada cola de la histona. Dependiendo de dónde se añadan los metilos, el efecto puede asociarse a una actividad génica activada, a una actividad génica suprimida o a ningún cambio en absoluto. Sarkies razonó que, si lo que se pretende es eliminar los grupos metilo para que el metabolismo pueda seguir su curso, lo que importa es la suma de la actividad de todas estas enzimas —y no la de una enzima concreta o un efecto particular sobre un gen cercano—.

Esto es exactamente lo que observó su equipo cuando examinó varias líneas celulares de cáncer. Cada línea celular había elevado o reducido la actividad de distintas combinaciones de esas enzimas metilantes, de modo que podían depositar grupos metilo en las histonas para apartarlas y mantener el metabolismo a buen ritmo.

Los científicos también descubrieron que muchas de las enzimas metilantes estaban bajo la influencia de un gen llamado Rb, conocido por su papel en la supresión del cáncer (suele estar mutado en las células cancerosas). Esto sugirió a Sarkies que Rb desempeña un papel central en el aumento o la disminución de la velocidad a la que se depositan los grupos metilo en las histonas y, por tanto, en la regulación de las vías bioquímicas y el crecimiento.

“Lo que descubrimos es que la célula utiliza la metilación de las histonas no solo para regular los genes, sino también el metabolismo”, afirma Sarkies.

Más posibilidades
Los investigadores también han aprendido recientemente que las histonas a veces pueden implicarse en otros aspectos de la bioquímica celular. En un estudio publicado en 2017, el equipo del biólogo de la cromatina Marcus Buschbeck, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras de Barcelona, demostró que un tipo de histona llamada macroH2A1.1 puede ayudar a preservar una sustancia química llamada NAD+, que es esencial en muchas reacciones bioquímicas. Esto deja más NAD+ a disposición de las mitocondrias generadoras de energía.

El equipo del bioquímico Siavash Kurdistani, de la Universidad de California en Los Ángeles, demostró en 2020 que las histonas funcionan como enzimas que convierten los iones de cobre oxidados (Cu2+) en iones de cobre reducidos (Cu1+). Los iones de cobre reducidos son la forma que necesita la mitocondria para producir energía. Estos iones habrían sido difíciles de conseguir en los albores de la evolución de las células eucariotas complejas, como la nuestra, porque el cobre se oxidaba a medida que aumentaban los niveles de oxígeno en la atmósfera.

A medida que descubren este vínculo entre histonas y metabolismo, los investigadores también especulan sobre cómo surgió la relación.

Observan que en los microbios llamados arqueas — a partir de los cuales se cree que evolucionaron las células eucariotas— existe una gran variedad de histonas. Pero muy pocas de ellas tienen las colas flexibles que tienen nuestras propias histonas, en las que se colocan las marcas de metilo y acetilo. Por eso, los científicos están interesados en saber cómo funcionaban las histonas en nuestros antepasados arqueas.La mayoría de las histonas de las formas de vida unicelulares llamadas arqueas no tienen cola o tienen una cola corta.

Se barajan diversas posibilidades. Kurdistani sugiere que el primer papel de las histonas arqueas podría haber sido producir esos preciados iones de cobre reducidos. El biólogo de la cromatina Tobias Warnecke, del Imperial College de Londres, que estudia la evolución de las histonas en las arqueas, sugiere que las histonas arqueas podrían ayudar a evitar que el ADN se rompiera en los entornos extremos en los que viven las arqueas, como el calor intenso. Las histonas también podrían haber protegido el ADN de las arqueas de los virus que intentaban insertarse en él, añade Warnecke.

Más tarde, tras la aparición del ancestro de los eucariotas actuales hace unos 1.500 millones de años, las histonas evolucionaron hacia colas más largas que se modificaron químicamente de diversas formas, entre ellas con grupos acetilo y metilo. Según Tu, es posible que tales modificaciones surgieran para gestionar los metabolitos producidos por las mitocondrias en aquellos primeros eucariotas. Algunas sustancias químicas producidas en las mitocondrias son muy reactivas y podrían adherirse espontáneamente — y dañar— moléculas importantes como el ADN. Tal vez la célula desarrolló enzimas para eliminar estas pequeñas moléculas de carbono de los lugares donde podrían ser perjudiciales y pegarlas en su lugar en lugares como las colas de las histonas, donde no causarían ningún daño.

Más tarde, la célula podría haber pasado a depender de estas modificaciones de las histonas para su regulación metabólica.

¿Y más tarde aún? La historia de la evolución de las histonas parece ser una historia de reutilización. Si las células se toparon primero con una forma de regular su metabolismo con histonas, dice Sarkies, un proceso similar podría haber llevado a utilizarlas para controlar los genes. En el caso de las histonas, sugiere, “la regulación metabólica es más fundamental que la regulación génica”.

jueves, 17 de agosto de 2023

Trucos Psicológicos Para Activar Tus Sustancias Químicas De La Felicidad

1. DOPAMINA
Es la sensación de placer y recompensas químicas.

Para aumentar los niveles de dopamina:
- Ejercicio
- Escucha música
- Completa tareas
- Duerme suficiente
- Dieta alta en proteína
- Celebra pequeñas victorias

Niveles bajos de dopamina = baja motivación

2. OXITOCINA
La hormona del amor, la excitación, la confianza y la ansiedad.

Para aumentar tus niveles de oxitocina:
- Sé social
- Habla cara a cara
- Pasa tiempo con tu mascota
- Besa y abraza a tus seres queridos

Nivel bajo de oxitocina = deficiencia social

3. SEROTONINA
El químico feliz responsable de regular el equilibro del estado de ánimo.

Para aumentar los niveles de serotonina:
- Ejercicio
- Luz solar
- Meditación
- Dieta saludable
- Conecta con la naturaleza

Un nivel bajo de serotonina puede causar depresión.

4. ENDORFINAS
Este poderoso químico es el analgésico natural de tu cuerpo.

Para aumentar tu nivel de endorfinas:

- Ríe
- Ten sexo
- Sal a correr
- Escucha música
- Come picante y chocolate

Los bajos niveles de endorfinas provocan dolores de cabeza y dolores corporales
Personalmente las duchas frías y no pasarme el día con el móvil me han ayudado a sentirme mucho mejor.

Cualquier otro consejo que le pueda servir a alguien esríbelo en los comentarios

martes, 2 de mayo de 2023

Insulina


LA INSULINA ES UNA HORMONA QUE PERMITE A LAS CÉLULAS DE NUESTRO CUERPO UTILIZAR LA GLUCOSA O AZÚCAR EN SANGRE (PROVENIENTE DE LOS HIDRATOS DE CARBONO) COMO FUENTE DE ENERGÍA.

Para mantener el azúcar en sangre controlada durante la noche, en ayunas y entre comidas, el cuerpo libera un nivel bajo, de fondo de insulina. Cuando come, hay una gran explosión de insulina. Este pico de insulina es necesario para desechar todos los carbohidratos o azúcar que se está absorbiendo de la comida. Todo esto sucede automáticamente.

La insulina se libera continuamente desde el páncreas hacia la corriente sanguínea. A pesar de que la insulina se destruye rápidamente (5-6 minutos) el efecto sobre las células puede durar 1-1/2 horas. Cuando el cuerpo necesita más insulina, los niveles en sangre se elevan rápidamente, y, al contrario, cuando necesita menos, los niveles en sangre caen rápidamente. —La situación es diferente cuando tiene diabetes y está bajo terapia de reemplazo de insulina. Una vez que se inyectó una dosis de insulina, va a absorberse en su corriente sanguínea la necesite o no.

Durante la hora de la comida, se libera un poco de insulina aunque apenas esté oliendo o masticando por primera vez la comida. Esto prepara al cuerpo para recibir la carga de azúcar de la comida. Luego, a medida que come y se digiere la comida, los niveles de azúcar se elevan, lo que causa una ráfaga de insulina. Los niveles de insulina suben rápidamente y llegan a un pico en aproximadamente 45 minutos a 1 hora, antes de volver a caer a los niveles de fondo o basales –La situación es diferente cuando tiene diabetes y está bajo terapia de reemplazo de insulina. Tiene que calcular cuántos carbohidratos va a comer y cuánta insulina necesitará. Y tiene que tratar de imitar la liberación natural de insulina durante la noche, en ayunas (o entre comidas) y a la hora de la comida, con insulina inyectada.


En el caso de la Diabetes tipo 1 y en algunos casos de Diabetes tipo 2, es necesario aplicar insulina para facilitar la utilización del azúcar en sangre y evitar que se acumule, lo que puede tener efectos nocivos para la salud.

Existen diferentes tipos de insulina, de acuerdo a su inicio de acción, el momento en el que alcanzan su punto máximo, y su tiempo de duración.La insulina de acción rápida comienza a actuar aproximadamente 15 minutos después de la inyección, alcanza su punto máximo en aproximadamente una o dos horas después de la inyección y dura entre dos y cuatro horas.

La insulina regular o de acción corta generalmente llega al torrente sanguíneo dentro de los 30 minutos posteriores a la inyección, alcanza su punto máximo entre dos y tres horas después de la inyección y es efectiva durante aproximadamente tres a seis horas.

La insulina de acción intermedia generalmente llega al torrente sanguíneo aproximadamente de dos a cuatro horas después de la inyección, alcanza su punto máximo de cuatro a 12 horas más tarde y es efectiva durante aproximadamente 12 a 18 horas.

La insulina de acción prolongada llega al torrente sanguíneo varias horas después de la inyección y tiende a reducir los niveles de glucosa hasta 24 horas.

La acción ultralarga llega al torrente sanguíneo en seis horas, no alcanza su punto máximo y dura aproximadamente 36 horas o más.

En las personas con diabetes tipo 1, el páncreas ya no produce insulina. Las células beta se han destruido y necesitan inyecciones de insulina para utilizar la glucosa de las comidas. Las personas con diabetes tipo 2 producen insulina, pero sus cuerpos no responden bien a ella. Algunas personas con diabetes tipo 2 necesitan pastillas para la diabetes o inyecciones de insulina para ayudar a sus cuerpos a utilizar la glucosa como energía.

sábado, 1 de abril de 2023

Lo que no sabías del fosforo (2): Ciclo del fosforo

El ciclo del fósforo o ciclo fosfórico es el circuito que describe el movimiento de este elemento químico dentro de un ecosistema determinado. El fósforo (P) es un elemento no metálico, multivalente y sumamente reactivo. Se encuentra en la naturaleza en diversos sedimentos rocosos inorgánicos y en el cuerpo de los seres vivientes, en los que forma parte vital aunque a baja escala.

El ciclo del fósforo forma parte de los ciclos biogeoquímicos, en los que la vida y los elementos inorgánicos mantienen un balance para que diversos elementos químicos sean reciclados. Este ciclo no sería posible en rápidos términos sin las cadenas tróficas de los distintos ecosistemas.

Sin embargo, en comparación con los ciclos del nitrógeno, el carbono o el agua, se trata de un ciclo sumamente lento, ya que el fósforo no forma compuestos volátiles que puedan desplazarse con facilidad del agua a la atmósfera y de allí de vuelta a la tierra, de donde es originario.

Las plantas también cumplen un rol vital en la fijación y transmisión del fósforo, como se verá cuando analicemos sus distintas etapas.

Importancia del ciclo del fósforo
El fósforo es un elemento abundante en minerales terrestres. Aunque juega un rol indispensable en los seres vivos, está poco presente en el cuerpo de los seres vivos.. Forma parte de las macromoléculas de mayor importancia, como el ADN, el ARN o el ATP (adenosín trifosfato).

En consecuencia, el fósforo resulta imprescindible para la obtención de energía a nivel bioquímico, así como para la replicación de la vida y la transmisión hereditaria. El ciclo del fósforo es indispensable para la vida tal y como la conocemos.

Etapas del ciclo del fósforo
Podemos estudiar el ciclo del fósforo en las siguientes etapas:Erosión y meteorización. El fósforo abunda en minerales terrestres, que se encuentran en tierra firme o en el fondo de los mares. Los efectos constantes de la lluvia, la erosión eólica y solar, así como la acción accidental de la minería del ser humano permiten que estas reservas de fósforo salgan a la superficie y sean transportadas hasta los diversos ecosistemas.

Fijación en las plantas y transmisión a los animales. Las plantas absorben el fósforo de los suelos y lo fijan en su organismo, tanto en el caso de las plantas terrestres, como de las algas y el fitoplancton que lo absorbe de las aguas marinas. A partir de allí es transmitido a los animales que se alimentan de las plantas, en cuyos cuerpos también es almacenado, y del mismo modo a los depredadores de dichos animales herbívoros y a sus depredadores, repartiéndose a lo largo de la cadena trófica.

Retorno al suelo por descomposición. Las excreciones de los animales son ricas en compuestos orgánicos que, al ser descompuestos por las bacterias y otros organismos del reciclaje natural, retornan a ser fosfatos aprovechables por las plantas, o transmisibles al suelo. Lo mismo ocurre cuando los animales mueren y se descomponen, o cuando la carroña dejada de la cacería es descompuesta. En todos estos casos, los fosfatos retornan al suelo para ser aprovechados por las plantas o para continuar escurriéndose en ríos y lluvias hacia el mar.

Retorno al suelo por sedimentación. Otra vía de retorno del fósforo del cuerpo de los animales hacia la tierra, (donde vuelve a formar parte de minerales sedimentarios) es mucho más larga que la permitida por acción de los animales, y tiene que ver con la fosilización de sus restos orgánicos y el desplazamiento tectónico de las reservas de fósforo de origen orgánico hacia las profundidades de la tierra. Pero tales levantamientos geológicos pueden demorar miles de años en ocurrir.

Alteraciones en el ciclo del fósforo
El ciclo del fósforo puede verse alterado en gran medida por las intromisiones humanas. Por un lado, la liberación de fósforo por la acción minera puede aumentar la presencia de este material en la superficie terrestre, dado que su extracción por vías naturales erosivas habría tomado miles de años más.

Por otro lado, la acción de los fertilizantes empleados en la agricultura (sean de origen natural o artificial) supone la inyección al suelo de muchos más fosfatos de los que normalmente recibiría. Semejante exceso es lavado por las aguas de lluvia o de riego, escurriéndose hacia los depósitos de agua, los ríos o al mar.

Por el aumento de los fosfatos y del nitrógeno, aumentan también las algas y microorganismos que lo aprovechan. Este proceso se llama eutrofización, que consiste en el aumento excesivo de nutrientes en un ecosistema acuático y que provoca el desbalancea la dinámica trófica, lo que genera una superpoblación de algas que compiten entre ellas hasta morir masivamente en la orilla. Al descomponerse generan contaminación y además aumentan las cantidades de fósforo circulantes en el agua marina.


sábado, 28 de enero de 2023

Estas son las moléculas de la vida

Resulta extremadamente definir lo que es la vida. Podríamos decir que los organismos vivos son sistemas metabólicos que extraen del entorno la energía y los materiales necesarios para su supervivencia y replicación. Como bien sabemos, la vida evoluciona con el tiempo por selección natural: ante las limitaciones de recursos, sólo sobreviven aquellos que mejor se adaptan al medio.

Ahora bien, de toda la complejidad que podemos ver en los seres vivos, todos ellos requieren para su funcionamiento tres componentes clave: una membrana que controle todo intercambio de materia y energía con el exterior; un conjunto de enzimas que controlan las velocidades de los procesos metabólicos y el intercambio de información, y un conjunto de componentes genéticos a través de los cuales pueda transmitir información a futuras generaciones.

Toda ello se lleva a caba gracias a largas moléculas en las cuales un determinado patrón se repite una y otra vez, en ocasiones con pequeñas variaciones. En química se usa el término monómero para describir cualquiera de los muchos tipos de moléculas que pueden unirse para formar otras más grandes y más largas, los llamados polímeros. Así pues los monómeros serían como los eslabones de una cadena, el polímero. Entre los monómeros más importantes para la vida se encuentran los aminoácidos (que forman las proteínas); otros son los azúcares, los ácidos grasos y los nucleótidos.

Además, algunos de esos polímeros -como las proteínas- se pliegan de manera elaborada, compleja y extremadamente precisa. Esto les permite actuar como catalizadores, acelerando la velocidad de las reacciones químicas. A estos catalizadores se les llama enzimas.

Clasificando las moléculas de la vida

Moléculas de la vida
En esencia, podemos agrupar las moléculas de la vida en cuatro grupos: azúcares (que aportan la energía), lípidos (cuya función es principalmente estructural, como la formación de membranas), proteínas (que proporcionan la maquinaria que permite el funcionamiento celular, el metabolismo) y ácidos nucleicos (que portan la información).

Resulta sorprendente lo extraordinariamente selectiva que ha demostrado ser la vida a la hora de escoger las moléculas que necesita. Por ejemplo, del enorme número de aminoácidos posibles sólo utiliza 20. Si una proteína típica contiene del orden de un centenar de aminoácidos, entonces con esos veinte podríamos construir al menos 20100, un número muchísimo mayor que el de átomos que existen en nuestra galaxia. Sin embargo, y esta es una sorpresa, la mayoría de los organismos vivos usan menos de 100 000 tipos de proteínas. El número de combinaciones es tan gigantesco que es evidente que la construcción de la vida no puede resultar del simple y puro azar. Debe existir algún tipo de ley, algún principio auto-organizativo que guíe la formación de esas estructuras macromoleculares.

La clave: la duplicación
Una de las propiedades básicas de la vida es su habilidad para reproducirse a sí misma. A pesar de toda la diversidad que observamos, a nivel molecular la reproducción de todos los organismos sigue el mismo plan: un cierto tipo de polímero -un ácido nucleico- con forma de doble hélice, el ADN, gobierna el proceso a través de un mecanismo de ‘molde’.

Los eslabones -monómeros- con los que se construye el ADN se llaman nucleótidos, y están compuestos únicamente de un azúcar, un fosfato y uno de cuatro posibles carbohidratos llamados bases nitrogenadas. Podrían haberse utilizado muchas, pero la vida, otra vez, ha sido selectiva y sólo utiliza la adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T). Son las cuatro letras de nuestro código genético. Por contra, el azúcar y el fosfato son los mismos en esos 4 nucleótidos.

El ADN es donde se conserva y quien transmite la información biológica. Pero hay otro tipo de ácido nucleico, el ARN, fundamental para la supervivencia del individuo: se encarga principalmente de articular instrucciones fundamentales contenidas en el ADN, como la síntesis de proteínas.

Explicar de dónde vino toda esta organización es uno de los grandes retos del siglo XXI. Para hacernos una idea de nuestra ignorancia: no tenemos ni idea de cómo, a partir de los ladrillos básicos de la vida -como los aminoácidos o las bases de los ácidos nucleicos- aparecieron el ARN, el ADN. Ni, por supuesto, cómo apareció la primera célula.

viernes, 6 de enero de 2023

La celulosa: fibra estructural de plantas y árboles.

La celulosa es la flor estructural de plantas y árboles, se encuentra en la madera, el lino o el algodón. También, de forma modificada, en el papel. Es el compuesto orgánico más abundante en la naturaleza, puesto que aparece en todas las estructuras que soportan a las plantas.



Los hidratos de carbono.
Los hidratos de carbono son los compuestos más abundantes en la naturaleza. Representa un grupo más grande que el resto de los compuestos orgánicos conocidos. Se llaman hidratos de carbono o carbohidratos. También se les conoce como glúcidos, disacáridos o azúcares, por el sabor dulce de muchos de ellos.

Desempeñando funciones fundamentales:
1. Actúan como fuentes de energía en la mayor parte de los procesos biológicos.
2. Operan como soporte de las paredes celulares y de los tejidos fibrosos y leñosos de las plantas.

Los hidratos de carbono pueden ser monosacáridos, oligosacáridos o polisacáridos, en función de la complejidad de sus moléculas.

La celulosa.
La celulosa es un polisacárido de cadena lineal, formado por aproximadamente 30 monómeros de D-glucosa, que se repite lo largo de la cadena.

La D-glucosa es la glucosa ordinaria. A su vez representa dos isómeros cristalinos, que se diferencian en la rotación del plano de polarización de la luz en disolución acuosa.

La celulosa es muy parecido al almidón en su estructura. Pero las pequeñas diferencias existentes son las que hacen que la primera no sea digerible por el ser humano y la mayoría de los vertebrados.

Derivados de la celulosa.
Entre los derivados más comunes de la celulosa cabe destacar el papel, la seda artificial, el hilo de algodón o el hilo de rayón. También el acetato de celulosa, que es el material soporte de las células fotográficas.

1. El hilo de seda artificial o rayón se fabrica a partir de una disolución de celulosa en sosa y sulfuro de carbono.

2. A veces se habla de seda al acetato. Cuando se hace pasar una disolución de celulosa en acetona través de unos orificios muy finos realizados en una cubeta metálica.

3. La fibra de algodón, se obtienen directamente de la celulosa, sometiéndose a una fuerza de tensión y a un tratamiento en disolución de Sosa para aumentar su resistencia.

4. El papel está formado por fibras microscópicas de célula de origen madero. Son cementado con una carga neutra de yeso de sulfato bárico. La pasta forma se introducen una prensa para estirarla y laminarla.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Qué son los grados Brix y cómo nos ayudan a saber el azúcar que tienen alimentos como frutas y verduras

Queremos tomates que sepan a tomate, melocotones embriagadores y naranjas jugosas que son casi miel. El sabor de los productos hortofrutícolas viene determinado por diferentes factores, en los que el buen equilibrio entre azúcares y acidez es clave para ganarse el gusto del consumidor. La industria lo sabe y está poniendo el foco en recuperar sabores perdidos, pero se enfatiza, sobre todo el dulzor. ¿Y cómo se sabe si un tomate va salir dulce? Aquí es cuando los grados Brix entran en juego.

El nivel de azúcar de una fruta o una hortaliza no es lo único que importa a la hora de conseguir un buen sabor, de los de antes. Junto a los azúcares, factores como la mencionada acidez, aminoácidos o multitud de compuestos volátiles son los responsables, en conjunto, de unos sabores y aromas determinados.

Cuando la industria hortofrutícola comenzó a expandirse, a convertirse realmente en una industria como tal, se priorizaron valores más relacionados con el beneficio comercial que con las cualidades organolépticas. Es decir: alta rentabilidad, menor estacionalidad, mayor conservación, resistencia a plagas y enfermedades, tamaño de los frutos y atractivo visual. Se buscaba ganar al consumidor por la vista antes que por el gusto, lo que provocó el lamento generalizado resumido en "ya no hay tomates que sepan a tomate".

La industria busca potenciar el dulzor natural de frutas y verduras, cuya demanda ha aumentado

Melocotones de corchopán, tomates muy bonitos que no saben a nada, manzanas insulsas, naranjas ácidas, fresas desabridas... El consumidor reaccionó volviéndose más exigente, y la industria respondió. Ya hace tiempo que se está revalorizando el sabor de los productos, creando variedades nuevas que destacan el nivel de dulzor natural de estos alimentos. Frutas y hortalizas muy dulces que, además, dirigen la atención a los niños, con campañas publicitarias en las que a menudo se comparan las frutas con golosinas naturales.

El profesional necesita controlar muchos parámetros de sus cultivos, empezando por la elección de las semillas. Los productores de semillas ofrecen un catálogo muy amplio de variedades en los que se destacan los puntos fuertes de cada uno, y el sabor dulce es uno de los más solicitados. Ese dulzor, normalmente, se indica mediante los grados Brix que pueden alcanzar.


Ya en el campo, controlar el nivel de grados Brix también es esencial para conocer el desarrollo del fruto, y si la maduración está yendo como se esperaba. Asimismo, interviene en la decisión del momento de la cosecha, que depende también de si son productos climatéricos o no.

Qué son y qué miden exactamente los grados Brix
El Brix (símbolo °Bx) es una unidad de cantidad que mide los sólidos o materia seca total disuelta en un líquido determinado. Se utiliza sobre todo en la industria alimentaria para medir los azúcares disueltos en productos hortofrutícolas, zumos, mermeladas y jaleas y otras bebidas.

Según esto, 1 grado Brix (°Bx) correspone a 1 gramo de sacarosa en 100 g de solución. Es decir, una solución de 25 °Bx tiene 25 g de azúcar (sacarosa) por cada 100 g de líquido. Así, en 100 g de solución habrá 25 g de sacarosa y 75 g de agua.

Los grados Brix indican la proporción de azúcar que contienen frutas, verduras y otros alimentos

La sacarosa es un hidrato de carbono simple, un disacárido formado por dos monosacáridos, fructora y glucosa, presentes de forma natural en frutas y verduras. La sacarosa se identifica también con el llamado azúcar de mesa. El azúcar tiene un valor Brix del 100%; por ejemplo, una manzana con 11 grados Brix tendrá 11 g de azúcares naturales por cada 100 g.

En el caso de las frutas y verduras, este valor nos indica la cantidad de azúcar (sacarosa) presente, algo que influye determinantemente en su sabor. Medir la cantidad de azúcar en la fruta fresca es esencial para conocer su estado de madurez y el momento óptimo de su cosecha, según el tipo de producto y su variedad concreta. Existen normativas nacionales e internacionales de calidad que establecen unos grados Brix mínimos para la comercialización adecuada de cada producto.
Para la medición se colocan unas gotas de la solución a probar en el prisma, sin dejar burbujas, antes de cerrarlo para que se reparta homogéneamente. El valor Brix se lee viendo la escala a través del visor ocular.

Para medir los grados Brix se pueden emplear diferentes instrumentos, aunque el más común sigue siendo, a día de hoy, el refractómetro. Este aparato mide la refracción de la luz en los jugos de la fruta siguiendo esta variable: cuanto mayor sea el contenido de azúcar mayor es el ángulo de refracción. Es una herramienta sencilla, portátil y muy práctica para usar a pie de campo, básica para que el agricultor o productor pueda controlar al momento el grado de madurez de sus cultivos, y si se están desarrollando correctamente.

Existen otros aparatos con los que se pueden medir los grados Brix, como el picnómetro, el hidrómetro o el densímetro, que mide Brix por densidad y no por refractometría, pero, en la práctica, el refractómetro manual o digital sigue siendo el más sencillo de utilizar como medida de control, siempre bien calibrado y teniendo en cuenta variables como la temperatura, que los aparatos más modernos ya corrigen automáticamente.


La escala Brix lleva el nombre de su creador, el alemán Adolf Ferdinand Wenceslaus Brix (1798-1870), que perfeccionó la escala anterior más antigua, la Balling, usada aún hoy sobre todo para medir el contenido de azúcar del mosto en las fábricas de cerveza, aunque hoy es más común el grado Plato. Otras escalas empleadas por diferentes industrias para indicar el contenido de sacarosa en una muestra son la Oechsle y Baumé, más centradas en las bebidas fermentadas.


Por qué es importante conocer los grados Brix de frutas y verduras
El consumidor suele desconocer el número de grados Brix de los productos que adquiere, pero su gusto es determinante en ese valor, aún sin saberlo. Como se puede ver en la serie documental británica Food Undercover ('Comida al descubierto'), los supermercados exigen un número mínimo de Brix en alimentos como los tomates, que cada vez se buscan más y más y dulces.

En el mismo reportaje se acusa a ciertas empresas británicas de infringir la normativa europea sobre etiquetado al aplicar las mismas tablas de composición nutricional a todos los tomates, cuando hay variedades que superan las cifras medias de azúcar que tiene esta hortaliza. Los tipo cherry, especialmente los de rama, suelen ser extremadamente dulces, por encima de los 10 o 12 grados Brix (la cifra estándar para un tomate se considera que ronda los 6 grados Brix).

En realidad no es obligatorio indicar la información nutricional de productos hortofrutícolas sin procesar. Si bien es cierto que la cantidad de azúcar presente en las frutas y verduras cambia en función de factores como la variedad o el grado de maduración, no nos debería preocupar tanto si seguimos una dieta equilibrada y variada -salvo en el caso de enfermedades concretas-. El azúcar natural de los vegetales no se puede comparar al azúcar libre o añadido de otros alimentos.

Sí podría ser interesante conocer los grados Brix desde el punto de vista orgnaloéptico, pues es una cifra que influye determinantemente en el sabor y también la textura; podríamos aprender a escoger mejor los productos que más nos interesan, y no solo para consumir al natural. Si vamos a hacer mermelada o conserva de tomate, el número Brix de la materia prima nos puede dar resultados muy diferentes.


Por eso sí es un valor clave en la industria de zumos y productos similares, así como de mermeladas, jaleas y compotas, o mieles y otras conservas. La legislación establece unos valores mínimos para comercializar estos alimentos, ya que también influye en su seguridad alimentaria y conservación. Con estos ejemplos podemos hacernos una idea de cuáles son los grados Brix que se manejan:
Naranja natural. Valor normal: 10 grados Brix; valor alto: 16 grados Brix (más dulce, más adecuada para mesa).
Fruta en almíbar. Según se trate de un almíbar ligero o denso, los valores varían desde los 14 a los 20 grados Brix.
Mermelada de fruta. Se deben superar los 40 grados Brix.
Fruta confitada. Puede variar entre los 40 y los 75 grados Brix. Si es inferior a 70 grados, se debe someter a pasteurización.



Un refractómetro manual no es caro y puede ser un instrumento curioso para tener en casa y hacer pequeños experimentos, comparando el valor de grados Brix de las frutas y verduras que compramos, para la elaboración de conservas, bebidas fermentadas, vinos o si tenemos nuestro propio huerto.

sábado, 17 de julio de 2021

Medicamentos biosimilares

Desde los años ochenta, los medicamentos biológicos se utilizan para tratar un amplio número de enfermedades. Es el caso de la insulina, la hormona de crecimiento u otras terapias para enfermedades autoinmunes o cáncer. Todos contienen principios activos procedentes de una fuente biológica, tales como organismos o células vivas.

Por su parte, como explica la Asociación Española de Biosimilares (BioSIM), un medicamento biosimilar es un compuesto equivalente en calidad, eficacia y seguridad a un fármaco biológico original o de referencia, con la misma posología y vía de administración. Son fórmulas autorizadas y comercializadas en la Unión Europea, después de que haya vencido la patente del original. Así, al promover la competencia en el mercado farmacéutico, contribuyen a la sostenibilidad de los sistemas de salud y a incentivar la investigación de nuevos tratamientos. Y ello permite que un mayor número de pacientes puedan beneficiarse de este tipo de tratamientos.

Durante el abordaje de una determinada enfermedad, si el médico lo considera, puede decidir si empezar directamente un nuevo tratamiento con un medicamento biosimilar o bien sustituir un medicamento biológico de referencia por su equivalente biosimilar, siempre proporcionando al paciente toda la información necesaria.

Implementación equitativa
Las comunidades autónomas llevan años trazando estrategias para garantizar la implementación de estas terapias en todos los hospitales de forma equitativa. Unas estrategias que cada año son reconocidas en los Premios Best in Class (BiC), que otorgan Gaceta Médica y la Cátedra de Innovación y Gestión Sanitaria de la Universidad Rey Juan Carlos. En 2020, fue la Comunidad de Madrid la ganadora del premio al Mejor Proyecto de Innovación y Biosimilares, que cuenta con la colaboración de Novartis. Los BiC revisan en esta edición las regiones que cumplen con mayor determinación una serie de indicadores que permiten valorar su apuesta por estas terapias, en aras de la sostenibilidad.

En el marco de los galardones BIC, la subdirectora general de farmacia de la Comunidad de Madrid, María José Calvo, recalca dos claves básicas: la formación a profesionales y la información a los pacientes. Esta dualidad es necesaria, explica, para que los primeros transfieran su conocimiento y puedan abordar junto con los pacientes el tratamiento. También trabajan activamente con los especialistas de farmacia hospitalaria, sobre todo en la gestión, en las compras centralizadas y para potenciar que los biosimilares estén incluidos en todos los servicios de todos los hospitales como una de las principales alternativas.

Como asegura Calvo, estas moléculas de alto impacto “han propiciado grandes ahorros al sistema” por su gran eficacia. Precisamente, hace tiempo, la Comunidad de Madrid puso en marcha el Observatorio de Resultados, que ofrece información de utilidad a los ciudadanos sobre la utilización de estas terapias en cada hospital. “En definitiva, recomendamos, formamos y aconsejamos. Vamos de la mano de los profesionales, ayudándolos desde la parte de la formación y gestión, y ellos desde el convencimiento dentro de los hospitales”, concluye esta experta.

martes, 6 de julio de 2021

Drogas de síntesis (II): Extasis la droga del amor

La sustancia psicoactiva conocida como éxtasis es una droga de diseño. Esto quiere decir que se fabrica en un laboratorio a partir de componentes no naturales. En gran medida este tipo de drogas se elaboran así para evadir los controles legales. Los productores toman las sustancias ilegales y les hacen pequeñas variaciones en el laboratorio. Así dan lugar a una nueva fórmula química, que no es ilegal.

El nombre técnico del éxtasis es MDMA (Metilen-dioxi-metanfetamina). Se conoce popularmente como la “droga del amor” porque agudiza la percepción de colores y sonidos y además amplifica las sensaciones táctiles durante las relaciones sexuales. En las calles le dan otros nombres como “la droga del abrazo”, “sonrisa” y “claridad”, entre otros.

Esta droga tiene efectos destructivos sobre el cuerpo y la mente. Los nombres “empáticos” no son más que dispositivos publicitarios que emplean los traficantes para promocionar la sustancia.


El éxtasis y su historia
La primera vez que se elaboró el éxtasis fue en 2012, dentro de los laboratorios Merck, por el científico Anton Köllisch, en Estados Unidos. Allí se le bautizó como MDMA, por las iniciales de sus componentes. Se sabe que, durante los años cincuenta, la droga fue utilizada por el ejército estadounidense en interrogatorios y test psicológicos de combate.

En la década de los 60, el éxtasis se utilizó como droga terapéutica para superar las inhibiciones sociales. Solo hasta los años 70 comenzó a emplearse con fines “recreativos” en fiestas y otras reuniones sociales. Luego, en la década de los 80, se popularizó su consumo. Sin embargo, en 1985 se prohibió su distribución en los Estados Unidos.

A comienzos de los 90, los traficantes comenzaron a ponerle el nombre de éxtasis a diversas drogas sintéticas, muchas de las cuales poco tenían que ver con el original MDMA. Se han encontrado composiciones que contienen remedios para desparasitar perros y hasta veneno para ratas. Actualmente, un consumidor callejero realmente no sabe lo que ingiere cuando le venden éxtasis. Esto hace que sea una droga muy peligrosa.

En la actualidad, la mayor parte del éxtasis se produce en Europa, principalmente en Holanda y Bélgica. Una buena parte del tráfico está dominado por el crimen organizado de Rusia, asociado con delincuentes israelíes. Un importante porcentaje de la droga es adquirida por mayoristas en Estados Unidos.
Algunos datos sobre el consumo

Por lo general, el éxtasis viene en forma de pastilla. Sin embargo, también se encuentra en forma líquida o en polvo que puede diluirse para ser inyectado. Actualmente los productores y traficantes de esta droga la comercializan en distintos colores, diseños y formas. Buscan que sea atractiva a los ojos de los jóvenes, principalmente. Es una estrategia de marketing para potenciar las propiedades recreativas, escondiendo los peligros de la sustancia.


El éxtasis ha logrado un elevado número de consumidores en Estados Unidos. En el Estudio Nacional sobre consumidores de drogas y salud de 2007 se estableció que más de 12 millones de personas la habían tomado al menos una vez en su vida. Esto equivalía al 5% de la población de ese país, en esa fecha. Por su parte, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito indicó que al menos 20 millones de personas la consumieron esta droga en 2016.

El estudio de 2007 también estableció que hasta un 92% de quienes habían consumido éxtasis también pasaban a otras drogas como la cocaína, la heroína o las anfetaminas. Se encontraron consumidores de éxtasis desde los 12 años de edad.

Pese a lo preocupante de todos estos datos, la ONG Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies (MAPS) llevó a cabo un estudio dirigido por Andrew Parrott. El objetivo era evaluar si el MBMA podría tener un efecto positivo en ciertas terapias. La conclusión fue que parecía ayudar a algunos pacientes con estrés postraumático. Sin embargo, más adelante se evidenció que los daños de la sustancia son duraderos y no compensan sus pequeños beneficios.
Los efectos del éxtasis

El MDMA o éxtasis está clasificado dentro de las drogas alucinógenas psicodélicas. El efecto alucinógeno hace que los consumidores vean o perciban realidades que no existen. A diferencia de lo que muchos creen, esas alucinaciones no siempre son agradables. También es posible tener experiencias muy atemorizantes bajo el efecto de la droga.

El éxtasis provoca un rápido aumento de la temperatura corporal. Lo grave es que la misma droga impide percibir con claridad lo que sucede en el cuerpo. Si a eso se suma que usualmente se consume en fiestas, dentro de sitios cerrados y con mucha gente, no es de extrañar que lleve a una deshidratación severa en muchos casos.

El efecto psicodélico tiene que ver con la alteración de los sentidos. Los colores se perciben especialmente intensos y agradables, al igual que los sonidos y las sensaciones en la piel. De ahí que “la droga del amor” impulse al contacto físico y represente una experiencia “diferente” para muchos jóvenes.

El efecto típico se produce unos 20 minutos después de consumida la sustancia. Primero se experimenta un estremecimiento súbito, seguido de una sensación de calma. Esta droga también genera euforia. Hay una sensación de enorme vitalidad y de excitación. En ocasiones también provoca paranoia, ansiedad severa y confusión. También es posible que haya nauseas y vómito, así como arritmias y contracturas musculares.

Hay numerosas investigaciones que avalan científicamente todos estos efectos. Entre ellas, este estudio de 2015 que obtuvo como conclusión principal que el MDMA vuelve a las personas más sociales temporalmente. Además, en un experimento con 35 voluntarios, este grupo de investigadores demostró que la droga altera el contenido del habla. En concreto, promueve e uso de palabras emocionales y sociales durante un breve período de tiempo.

En el mismo sentido, otra investigación de 2010 sugiere que el MDMA puede ser útil para mejorar la terapia psicoterapéutica. En concreto, sobre aquellos trastornos cuya principal sintomatología gira entorno a la idea de desintegración social. Este estudio ahondó en los beneficios de esta droga de cara a producir sentimientos emocionales positivos hacia otras personas en pacientes con trastornos tales como el de personalidad antisocial o la esquizofrenia.

Efectos adversos y a largo plazo
Los efectos del éxtasis dependen mucho de la tolerancia que tiene el organismo de quien lo consuma. A veces una dosis alta no tiene grandes efectos en una persona, mientras que en otra, pequeñas cantidades dan lugar a molestias o problemas muy serios. Esto quiere decir que no hay una correlación directa entre la cantidad que se consume y los efectos que provoca.

Esta droga contribuye a liberar el neurotransmisor llamado “serotonina”. Esta sustancia mejora el estado de ánimo. Sin embargo, con el consumo de éxtasis se crea una barrera para recuperar esa hormona. Esto se conoce como el “síndrome de la serotonina” y consiste en que se genera una alta concentración de serotonina en el cerebro. La consecuencia de ello es confusión, agitación e hipertermia.

Uno de los efectos colaterales típicos es el bruxismo. Este es un apretamiento fuerte de las mandíbulas y rechinamiento de los dientes. Esto se debe a la gran tensión muscular que se desata con la droga. También es frecuente que se presente rigidez en el cuello, la espalda y los hombros. De ahí que sea habitual encontrar chupetes, chicles y aparatos para masajes en los sitios en donde se consume éxtasis.

Dentro de los efectos más graves a largo plazo se encuentran:
Daños cerebrales, que afectan la capacidad de aprender y la memoria
Trastornos del sueño
Sensación de confusión constante
Depresión y ansiedad severas
Insuficiencia renal
Colapso cardiovascular
Muerte

Adicción y riesgos del consumo
No existe evidencia de que el consumo de éxtasis genere dependencia desde el punto de vista físico. Sin embargo, sí existen peligros muy concretos para los consumidores habituales. El primero de ellos, como ya se ha mencionado, es el de ignorar qué contiene realmente cada pastilla de éxtasis que ingieren. Seguramente nunca alteran la fórmula original para mejorarla, sino para abaratar su producción.

El otro riesgo es que, por lo general, esta droga ocasiona un efecto de tolerancia a corto plazo: rápidamente se necesita consumir más cantidad para lograr los mismos efectos de la primera vez.

Por otro lado, el éxtasis genera un “bajón” cuando cesan sus efectos en el organismo. La sensación es más intensa cuando se ha consumido mayor cantidad. Esto hace que algunos consumidores recurran a otras sustancias para aliviar el malestar que experimentan. Por lo tanto, el éxtasis conduce de manera frecuente al consumo de otros psicoactivos.

Desde el punto de vista psicológico podría crearse una dependencia. Una persona podría llegar a adherirse al pensamiento de que solamente se siente bien si consume éxtasis. Por eso, a pesar de que comience a sentir efectos desagradables o note secuelas serias en su organismo, sigue tomando la pastilla por esa convicción.

Estudios sobre el impacto del éxtasis
En algunos estudios llevados a cabo en la John Hoskyns University, se comprobó que el MDMA provoca daños en las células cerebrales. Para probarlo se le dio la sustancia a un grupo de ratas y así se pudo evidenciar que hubo deterioro en la corteza de los axones serotoninérgicos, ubicados en las neuronas.

La observación practicada en humanos, mediante la técnica de escáner cerebral, mostró que hay una reducción drástica de serotonina en los cerebros de quienes usan éxtasis. Este efecto no ocurre solamente a los consumidores regulares, sino que también se aplica en aquellos que han tomado la pastilla una sola vez.

De igual manera, en un estudio llevado a cabo por el Centro de Investigación para el Trabajo Social de la Universidad de Texas, se encontró que los consumidores habituales de MDMA desarrollan con más frecuencia síntomas de depresión y dificultades para concentrarse. En muchos de ellos se observó nerviosismo y temblores frecuentes.

Por otra parte, en el Reino Unido se llevó a cabo un estudio en 2007 orientado por el científico David Nutt. La investigación pretendía catalogar las 20 drogas psicoactivas más peligrosas en orden descendente. El éxtasis ocupó el lugar número 18, lo cual fue interpretado por muchos como una muestra de que no es tan peligrosa. Sin embargo, debe recalcarse que uno de los grandes riesgos es la combinación o la adulteración con otras sustancias para su venta callejera.