domingo, 11 de mayo de 2025

Curiosidades sobre las salamandras

Ocho curiosidades sobre las salamandras


Una salamandra es un tipo de anfibio con piel húmeda que parece un cruce entre una rana y un lagarto. Hay más de 600 especies y todas con diferentes características. Hoy desvelamos ocho curiosidades sobre este enigmático animal.

Las salamandras son anfibios muy diversos.

Las salamandras son anfibios que se parecen más o menos a los lagartos con sus cuerpos delgados, patas cortas y colas largas. Hay, al menos, 656 especies de salamandras, con 475 casi amenazadas o peor, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Todas son carnívoras y predominantemente nocturnas, la mayoría muy pequeñas. Más allá de eso, son muy diversas. Ni siquiera comparten el mismo aparato respiratorio, ya que algunas tienen branquias, algunas absorben oxígeno a través de la piel y otras respiran por los pulmones. Repasamos ocho curiosidades sobre las salamandras, unos animales que incluso pueden regenerar sus extremidades y partes de sus pulmones y cerebro.

Hay, al menos, 656 especies de salamandras. Foto: IStock.

1. LAS PRIMERAS ESPECIES DE SALAMANDRAS VIVIERON ANTES QUE LOS DINOSAURIOS

Triassurus sixtelae vivió hace 230 millones de años durante el período Triásico. Un fósil de una de estas salamandras de tallo de la era Triásica, descubierto en Kirguistán en 2020, es el ejemplar más antiguo jamás encontrado.

Muestra el desarrollo temprano de estos animales y brinda antecedentes sobre la divergencia entre las salamandras y otros anfibios modernos, como las ranas. Antes del descubrimiento de 2020, los primeros fósiles que datan del período Jurásico se encontraron en China.
2. EL AJOLOTE CONSERVA CARACTERÍSTICAS JUVENILES

A diferencia de la mayoría de las otras especies de salamandras, el ajolote único y en peligro crítico es pedomórfico, lo que significa que mantiene sus características juveniles hasta la edad adulta. Estas salamandras neoténicas no sufren una metamorfosis completa; en cambio, conservan sus colas con aletas y las estructuras branquiales plumosas a los lados de la cabeza.
El ajolote pasa toda su vida bajo el agua.

Mientras que otras especies crecen de larvas acuáticas a adultos terrestres, el ajolote pasa toda su vida bajo el agua.

3. ALGUNAS ESPECIES TIENEN MÁS DE METRO Y MEDIO
Aunque la mayoría de las salamandras son de tamaño pequeño, hay varias especies gigantes que se consideran los anfibios más grandes del mundo. Se sabe que la salamandra gigante japonesa casi amenazada crece hasta el metro y medio de largo, por ejemplo, mientras que la salamandra gigante china aún más grande, endémica de los arroyos y lagos de  las montañas rocosas en la cuenca del río Yangtze, puede crecer hasta casi los dos metros.  Se cree que hay cinco especies distintas de salamandras gigantes, aunque algunas ya podrían estar extintas. 10

4. LAS SIRENAS TIENEN BRANQUIAS Y PULMONES, PERO NO PATAS TRASERAS
Las sirenas tienen cuerpos parecidos a las anguilas.

Hay un suborden de salamandras llamadas sirenas. Pero no atraen con sus canciones, aunque dos especies pueden producir vocalizaciones. Tienen cuerpos parecidos a anguilas con pequeñas patas delanteras vestigiales y sin patas traseras. Y también, a diferencia de la mayoría de las otras salamandras, tienen branquias externas incluso en la edad adulta. Todas las sirenas se encuentran en los Estados Unidos. Si bien son especies de menor preocupación, están amenazadas localmente en algunas áreas.

5. HIBERNAN EN CLIMAS FRÍOS
En áreas con clima frío, hibernan enterrándose profundamente en la hojarasca o hundiéndose en el lodo del fondo de los arroyos y ríos. La increíble salamandra siberiana tiene una habilidad aún más increíble para sobrevivir al clima frío. Puede tolerar -58 grados Fahrenheit durante tres días y períodos más largos a temperaturas de alrededor de -31 grados.

En períodos secos o en sequías, las salamandras excavan bajo tierra y entran en letargo para conservar la humedad

En períodos secos o en sequías, las salamandras excavan bajo tierra y entran en letargo para conservar la humedad. Esto no siempre funciona, y se enfrentan a la presión de la extinción, debido al aumento de las sequías provocadas por el cambio climático.
La salamandra tigre de California (Ambystoma californiense) es un anfibio en peligro de extinción.

6. PUEDEN REGENERAR MIEMBROS Y ÓRGANOS
Estos animales pueden regenerar sus extremidades y, a diferencia de los mamíferos, no cicatrizan. Esta capacidad depende de la edad y la especie. 

No solo pueden regenerar extremidades, sino que también pueden reemplazar partes dañadas de su corazón, pulmones y cerebro

Una salamandra terrestre más vieja puede tardar más de un año en regenerar una extremidad. Un ajolote joven puede regenerar la misma extremidad en tan solo 40 días. Además, no solo pueden regenerar extremidades, sino que también pueden reemplazar partes dañadas de su corazón, pulmones y cerebro.

7. NO TIENEN CUERDAS VOCALES
Las salamandras no tienen cuerdas vocales. En cambio, chillan, hacen clic o hacen ruidos parecidos a los de un beso, al chasquear la mandíbula o dejar escapar exhalaciones agudas cuando se sienten amenazados. En su mayoría, se comunican a través del tacto y señales químicas. Algunas investigaciones sugieren que pueden comunicarse con clics de alta frecuencia, aunque no parecen tener las estructuras auditivas necesarias para detectar esos sonidos. 

8. SON ESPECIES CLAVE
Las salamandras son un barómetro de su hábitat. Foto: IStock.

Las salamandras protegen la salud de un ecosistema y son un barómetro del hábitat. Como especie clave, a menudo son los depredadores más numerosos. Comen mosquitos, insectos y otras plagas, incluidas las musarañas. También sirven como alimento para especies depredadoras más grandes. Construyen madrigueras, aireando el suelo para las plantas, y éstas sirven como hogar para otras especies.

Las poblaciones de este anfibio reflejan la salud de los ecosistemas y sirven como un sistema de alerta temprana cuando disminuyen

lunes, 5 de mayo de 2025

Descubren en Nueva Zelanda cangrejos de río gigantes de hace 20 millones de años: triplicaban el tamaño de los actuales

 Noticia enviada por: Melanie Danae Bailon De La Rosa 

Un grupo de científicos ha descubierto mandíbulas fósiles que revelan la existencia de cangrejos de río gigantes en Nueva Zelanda hace 20 millones de años, cambiando todo lo que sabíamos sobre sus antiguos ecosistemas.


Hace unos 20 millones de años, en lo que hoy es el sur de Nueva Zelanda, una comunidad de criaturas acuáticas se movía en silencio entre los sedimentos de antiguos lagos. Sus cuerpos eran robustos, sus pinzas poderosas y sus mandíbulas, aunque diminutas, escondían un secreto que millones de años después se convertiría en clave para desvelar su existencia. No eran criaturas cualesquiera. Se trataba de gigantes de agua dulce: cangrejos de río prehistóricos que podrían haber alcanzado longitudes de hasta 25 centímetros, más del triple que las especies actuales del archipiélago. Este reciente hallazgo, liderado por un equipo internacional de paleontólogos de instituciones como la Universidad de Flinders y la Universidad de Canterbury, no solo amplía el conocimiento sobre la fauna extinta de Nueva Zelanda, sino que también reescribe una parte de su historia ecológica. Porque estos crustáceos, pese a su tamaño y presencia en los ecosistemas acuáticos del Mioceno, habían permanecido invisibles para la ciencia. Hasta ahora. 

Un paisaje extinto lleno de vida

El yacimiento de St Bathans se ha convertido, desde que comenzaron las excavaciones en 2001, en una fuente inagotable de sorpresas paleontológicas. Esta zona, que en su día fue el fondo de un gran lago, conserva una impresionante variedad de restos fósiles de aves, peces, reptiles e incluso mamíferos terrestres. Ahora, a esa lista se suman los antiguos cangrejos de río, que probablemente desempeñaban un papel clave en la cadena alimentaria acuática.

En aquel entonces, las aguas de estos lagos estaban habitadas por peces similares a las truchas, cocodrilos de agua dulce y aves que buceaban en busca de alimento. Los grandes cangrejos de río habrían sido presas valiosas, pero también actores fundamentales en la limpieza y reciclaje del fondo lacustre, tal como lo hacen hoy sus descendientes.

Junto con las mandíbulas, el equipo también identificó por primera vez en Nueva Zelanda las llamadas “yabbie buttons”, estructuras calcificadas que se forman en el estómago de los cangrejos de río para almacenar calcio, esencial para la regeneración de su caparazón tras la muda. Estas estructuras, redondeadas y compactas, habían sido durante décadas confundidas con dientes fósiles de peces, un error comprensible pero que ahora queda corregido gracias a este nuevo enfoque.

Este redescubrimiento no solo aporta claridad a colecciones paleontológicas de todo el mundo, donde probablemente existan decenas de “yabbie buttons” mal catalogadas, sino que también redefine qué tipo de fósiles debemos buscar si queremos rastrear la presencia de cangrejos de río en otros continentes.



De dinosaurios a aves: así se formaron las primeras plumas

 Noticia enviada por: Melanie Danae Bailon De La Rosa 

Un equipo suizo logró recrear en embriones de pollo una estructura muy similar a las plumas primitivas de los dinosaurios, revelando cómo la evolución fortaleció este rasgo clave de las aves.

¿Qué pasaría si pudiéramos mirar con lupa la historia evolutiva y detenernos justo en el momento en que “nacieron” las primeras plumas?

Eso fue lo que logró este grupo de investigación en su laboratorio, con la ayuda de una vía genética que tiene un nombre peculiar: Sonic Hedgehog.

El hallazgo fue publicado en la revista PLOS Biology y liderado por el equipo del profesor Michel Milinkovitch. Su laboratorio ya había sorprendido años atrás al activar la vía de señalización Shh (por sus siglas en inglés) y transformar escamas en plumas.

Las proto-plumas: más que moda jurásica 

Antes del vuelo, hubo calor. Antes de alas, hubo adornos. Las primeras plumas no surgieron para volar, sino como una solución evolutiva para sobrevivir y comunicar en un mundo sin aves. 

Según explica el estudio, estas proto-plumas eran filamentos cilíndricos, sin el sofisticado sistema de barbas y ganchos de las plumas modernas. Servían, probablemente, para retener el calor o impresionar a potenciales parejas.

La paleontología ha sugerido su presencia en dinosaurios hace unos 200 millones de años, y quizás incluso antes, en los antecesores de los pterosaurios.

Los investigadores suizos consiguieron que los embriones de pollo desarrollaran estructuras muy similares al detener temporalmente el trabajo de la vía Shh.

Las estructuras que obtuvimos son coherentes con lo que se esperaría si se detuviera el proceso en una etapa evolutiva temprana”, detalla la publicación.

Fue como presionar “pausa” en la evolución para observar con detalle uno de sus primeros borradores. 

Referencias de la noticia:

- Cooper RL, Milinkovitch MC (2025) In vivo sonic hedgehog pathway antagonism temporarily results in ancestral proto-feather-like structures in the chicken. PLOS Biology.

- Universidad de Ginebra. (2025). From dinosaurs to birds: the origins of feather formation. Publicado en la seccióin de noticias del sitio web de la institución.


Los dinosaurios no estaban desapareciendo antes del asteroide, sino que el registro fósil estaba sesgado

 Noticia enviada por: Melanie Danae Bailon de la Rosa

Un nuevo estudio sugiere que los dinosaurios no estaban en declive antes de su extinción, sino que el registro fósil nos ha estado "engañando" durante décadas.


Durante décadas, la imagen predominante ha sido clara: cuando el asteroide impactó contra la Tierra hace 66 millones de años, los dinosaurios ya estaban viviendo sus últimos días. Se asumía que su diversidad se reducía, sus poblaciones menguaban y su extinción era inminente. Sin embargo, una nueva investigación publicada en Current Biology por un equipo internacional liderado por científicos del University College London (UCL) está revolucionando esa narrativa. Lejos de hallarse en declive, los dinosaurios podrían haber estado prosperando… hasta que el cielo literalmente se les vino encima. 

¿Una caída en picado o un error de percepción?

La idea de que los dinosaurios estaban disminuyendo antes del impacto del asteroide proviene, en gran medida, del registro fósil. Al analizar los restos de estos gigantes del Mesozoico, los científicos observaban una disminución en el número de fósiles datados en los últimos millones de años del Cretácico. La interpretación parecía evidente: menos fósiles, menos dinosaurios, menos diversidad.

Pero este nuevo estudio, titulado “The structure of the end-Cretaceous dinosaur fossil record in North America”, introduce un enfoque metodológico radicalmente distinto. En lugar de simplemente contar fósiles, los autores aplicaron modelos de ocupación, una técnica estadística desarrollada en ecología para estimar la presencia de especies en función de su detección. Esta herramienta permite distinguir entre la verdadera ausencia de un organismo y la imposibilidad de detectarlo debido a condiciones adversas.

Utilizando esta metodología, el equipo analizó cerca de 8.000 registros fósiles distribuidos en América del Norte y correspondientes a cuatro de los grupos más representativos de dinosaurios del final del Cretácico: los hadrosáuridos (los "dinosaurios de pico de pato"), los ceratópsidos (como el icónico Triceratops), los anquilosáuridos (acorazados y con colas en forma de maza) y los tiranosáuridos (sí, incluido Tyrannosaurus rex). 


Un mundo cambiante… y traicionero para los fósiles

La gran revelación del estudio no tiene tanto que ver con los dinosaurios como con las rocas que los conservan. El aparente descenso en diversidad no se corresponde con una menor ocupación del territorio por parte de estas especies, sino con una reducción significativa en la probabilidad de encontrar sus restos fósiles.

El problema es geológico. Durante los últimos millones de años del Cretácico, grandes cambios como la retirada del mar interior que dividía América del Norte y la elevación progresiva de las Montañas Rocosas redujeron las zonas donde podían depositarse y preservarse restos fósiles. La tierra emergida en ese período, además, tiende a estar hoy cubierta de vegetación o estructuras humanas, dificultando el acceso a formaciones rocosas clave.

Así, lo que parecía una disminución de dinosaurios es, en realidad, una disminución de las condiciones adecuadas para conservar sus huesos. El registro fósil se convierte en un espejo deformado, donde la falta de pruebas no implica la ausencia de vida, sino la imposibilidad de detectarla.

Según los modelos del estudio, no hay evidencia real de que estos cuatro grupos estuvieran desapareciendo. De hecho, su presencia en el territorio se mantuvo estable en el tiempo, y su diversidad no parece haber sufrido grandes alteraciones hasta el momento fatídico del impacto del asteroide.

Un dato revelador es que los ceratópsidos, particularmente adaptados a las llanuras, aparecen con mayor frecuencia en los registros más recientes. Esto se debe a que esas regiones fueron más propensas a conservar fósiles durante la etapa final del Cretácico. Por el contrario, los hadrosáuridos, que frecuentaban zonas fluviales, parecen haber disminuido, pero esto podría deberse simplemente a una menor conservación de restos en hábitats ribereños, que sufrieron grandes transformaciones geológicas.                             

                 

viernes, 2 de mayo de 2025

Orfeo y Euridice

Orfeo y Eurídice es un mito griego sobre una historia de amor con un final trágico. Una de las tantas historias griegas basadas en parejas que sufren irremediablemente por amor, como el caso de Dido y Eneas o Acis y Galatea… 

Esta es la historia de Orfeo y Eurídice, un mito griego sobre una historia de amor
Apolo, dios de la música y la poesía, uno de los dioses más bellos, vivía rodeado de musas. Fue con una de ellas, Calíope (musa de la poesía épica y la elocuencia), con quien tuvo un hijo al que pusieron de nombre Orfeo.

Su padre, Apolo, le regaló una lira, la misma que Hermes, mensajero de los dioses, le había regalado a él. Era una lira especial, pues tenía nueve cuerdas, en honor a las nueve musas, y estaba fabricada con el caparazón de una tortuga. Por supuesto, Apolo también le enseñó a tocarla. Su madre, por su parte, le enseñó a introducir versos en sus canciones…

Orfeo creció, convirtiéndose en un dios lleno de belleza y sensualidad. Era capaz de atraer a quien se propusiera con su canto. Dioses, hombres, mujeres… y hasta animales. Todos caían rendidos ante él. Orfeo era capaz de amansar hasta a una fiera con su música… Su lira podía mover piedras y hasta cortar el curso de un río… Y sí, así cayó rendida de amor Eurídice, quien terminó casándose con Orfeo.

La tragedia llega a las vidas de Orfeo y Eurídice
La pareja era feliz, pero la felicidad quedó truncada de forma imprevisible. Una serpiente mordió a Eurídice y ella murió. Desde ese momento, Orfeo solo podía tocar tristes y dolorosas melodías. Las ninfas le propusieron luchar por recuperar a Eurídice. Enamorado, fiel hasta la muerte…. decidió hacerles caso y buscar a su amada en el infierno.

Al llegar al inframundo, se encontró con Cancerbero, el guardián del infierno. Pero consiguió adormecerlo con su música. Y con su lira y su canto, también ablandó el corazón de Hades y su mujer Perséfone, dioses del inframundo, quienes accedieron a sus súplicas:
– Está bien- le dijo Hades a Orfeo- Puedes llevarte a Eurídice a tu mundo, pero con una condición: debe caminar detrás de ti. Y no puedes mirarla hasta que hayas llegado al mundo de la vida y el sol haya bañado a tu mujer. De lo contrario, ella morirá de nuevo y la perderás para siempre.

Orfeo, emocionado ante la idea de recuperar a su amada, juró que no la miraría en todo el trayecto. Pero su corazón desbocado le jugó una mala pasada, y justo cuando casi llegan al final, olvidó la condición impuesta por Hades y Perséfone y se giró para contemplar a su amada, para asegurarse de que seguía allí. En ese momento, Eurídice se desvaneció para siempre, muriendo por segunda y última vez.

Orfeo se convirtió de esta forma en el amante más desgraciado del mundo. Decidió aislarse de todos y encerrarse en su dolor en soledad.
Un día, Orfeo visitó Tracia, su lugar de origen, y allí, tocando la lira, sedujo sin querer a unas bacantes, las ‘adoratrices’ del dios Baco (dios del vino, la fiesta y el jolgorio). Orfeo las rechazó y ellas, desesperadas, ciegas de pasión, lo mataron y despedazaron.

Cuando Zeus se enteró del triste final de Orfeo, decidió colocar en lo alto del firmamento su hermosa lira, para que todos le pudieran recordar.

Y recuerda que también puedes escuchar muchos mitos y leyendas narradas mediante podcast. Los encontrarás aquí:

jueves, 1 de mayo de 2025

Superpoderes genéticos 2: Los genes que permiten a los tibetanos sobrevivir a gran altura

Escasez de oxígeno, frío extremo, dieta muy limitada, … al conocer las condiciones que imperan en el Tíbet (y, en especial, su altura) cualquiera podría asumir que la vida humana en dicha región resulta casi imposible. Sin embargo, el pueblo tibetano ha logrado sobrevivir bajo estas duras circunstancias durante miles de años. Hace algunos meses, un artículo publicado en la revista PLOS Genetics, desvelaba las variantes genéticas que habrían permitido a esta población adaptarse con éxito a un medio tan hostil.

El estudio, liderado por la Universidad de Texas (EE.UU.), se basó en la secuenciación del genoma de 27 tibetanos y su comparación con el de representantes de otras cinco comunidades: europeos, peruanos, chinos, punyabís y yorubas (población perteneciente al África occidental). De esta manera, los investigadores buscaban identificar factores genéticos que supongan una ventaja evolutiva para la vida en lugares de gran altitud.

El secreto de los genes tibetanos
Los análisis efectuados dieron con cinco variantes genéticas frecuentes en las poblaciones que viven en las alturas del Tíbet y escasas en otros colectivos humanos que habrían permitido a este grupo asentarse al noreste del Himalaya.

Así, los responsables del trabajo señalaron dos genes involucrados con la escasez de oxígeno: PTGIS y KCTD12 y otros dos- EPAS1 y EGLN1– que ya se conocían por su relación con la supervivencia en las alturas. De hecho, la presencia de EPAS1, proveniente de los denisovanos (un grupo de homínidos extinto), ya había sido descrita en un artículo publicado en Nature en 2014.

Además, los investigadores también descubrieron una variante del gen responsable de ayudar al metabolismo a compensar la ausencia de vitamina D (VDR). Este hallazgo resulta relevante ya que la población tibetana suele presentar deficiencia de esta sustancia debido a la falta de exposición a la luz solar y a una dieta basada en cebada y carne de yak.

Por otra parte, este trabajo desvela algunas de las claves evolutivas de la población tibetana, y señala que los tibetanos se alejaron de la etnia han (la mayoritaria en China) hace más de 40.000 años, aunque ambos grupos siguieron relacionándose hasta hace 9.000 años, momento en el que cesó el flujo genético.

Be my Butterfly (Rebecca Pidgeon)

Rebecca Pidgeon (Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, 25 de octubre de 1965) es una cantante y actriz angloestadounidense.

Pidgeon, hija de un profesor escocés, se crio en Escocia. Se graduó en la escuela londinense Royal Academy of Dramatic Art. En los años 1980 formó parte de la banda británica de música Ruby Blue. Más tarde se mudaría a los Estados Unidos.

Pidgeon debutó en la obra de teatro de Broadway de David Mamet Old Neighborhood. Actuó en la película The Dawning (1988) junto a Anthony Hopkins, en el filme The Spanish Prisoner (1997) junto a Campbell Scott y Steve Martin y en la cinta Heist (2001) junto a Gene Hackman y Danny DeVito. En 1994 publicó su primer álbum en solitario The Raven, más tarde New York Girls' Club y en 1998 The Four Marys. En octubre de 2005 publicó el álbum Tough on Crime, en el que Billy Preston toca el teclado.

Pidgeon está casada desde 1991 con David Mamet y tiene dos hijos.