La enfermedad tropical chikungunya se inició en julio pasado, cuando se reportó el primer caso de transmisión local en la Florida. Detectada en el 2013 en el Caribe, la enfermedad se propagó de forma explosiva en las Américas en el 2014. La llegada del chikungunya a Panamá llevó a los científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) a examinar cómo la actividad humana propaga a su mosquito vector y las graves consecuencias que esto tiene en todas partes para la ecología de la enfermedad.
El chikungunya causa fiebre, fatiga e inflamación articular y es transmitido por el mosquito tigre asiático, Aedes albopictus. El mosquito tigre también propaga el dengue, por lo que el estudio publicado como un artículo de opinión en PLOS Neglected Tropical Diseases del 08 de enero también tiene una advertencia para los programas de erradicación del dengue que se dirigen principalmente a otro mosquito, vector principal del virus, el A. aegypti.
Las autoridades sanitarias panameñas detectaron por primera vez el mosquito tigre en el 2002 y llevaron un registro de su propagación desde la Ciudad de Panamá. Estos datos integrales —poco comunes en muchas naciones tropicales— complementados con años de estudios de mosquitos por el becario posdoctoral del Smithsonian y co-autor del estudio, José Loaiza, mostró que el mosquito tigre depende de la red de carreteras para dispersarse. Loaiza es también investigador del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá, Indicasat.
"El vector no se mueve orgánicamente a través del paisaje", comentó Matthew Miller, autor principal del estudio e investigador del Smithsonian en Panamá. Para frenar la propagación del vector, los autores recomiendan que las autoridades sanitarias fumiguen los vehículos en los puestos de control ya establecidos a lo largo de Panamá para prevenir que el gusano barrenador, la larva de mosca carnívora que ataca al ganado, se propague desde Colombia a América del Norte. La fumigación en los puestos de control podría prevenir que el mosquito tigre llegue a la Península de Azuero y Bocas del Toro en Panamá, donde no se ha detectado.
En mayo pasado, A. aegypti genéticamente modificados por la empresa británica Oxitec fueron puestos en libertad en un suburbio de la ciudad de Panamá por el Instituto Gorgas de Panamá para hacer inviable su descendencia, como se observó en pruebas de laboratorio. Se espera que los mosquitos modificados reduzcan considerablemente las poblaciones de A. aegypti.Dada la capacidad de Aedes de dispersarse a través de las redes de carreteras, las poblaciones de A. aegypti podrían restablecerse sin la liberación continua de mosquitos modificados. Otra posibilidad es que el mosquito tigre podría llenar el nicho que el A. aegypti ocupaba. Paralelamente, el primer caso de transmisión local de chikungunya apareció en Panamá ese mismo mes."Las dos especies de mosquitos son tan ecológicamente similares que, al reducir las poblaciones de A. aegypti, las posibilidades de que el A. albopictus los vaya a desplazar competitivamente puede aumentar", comentó Miller. "Esta investigación es relevante para el estudio de los vectores de enfermedades introducidas por todas partes."
El chikungunya causa fiebre, fatiga e inflamación articular y es transmitido por el mosquito tigre asiático, Aedes albopictus. El mosquito tigre también propaga el dengue, por lo que el estudio publicado como un artículo de opinión en PLOS Neglected Tropical Diseases del 08 de enero también tiene una advertencia para los programas de erradicación del dengue que se dirigen principalmente a otro mosquito, vector principal del virus, el A. aegypti.
Las autoridades sanitarias panameñas detectaron por primera vez el mosquito tigre en el 2002 y llevaron un registro de su propagación desde la Ciudad de Panamá. Estos datos integrales —poco comunes en muchas naciones tropicales— complementados con años de estudios de mosquitos por el becario posdoctoral del Smithsonian y co-autor del estudio, José Loaiza, mostró que el mosquito tigre depende de la red de carreteras para dispersarse. Loaiza es también investigador del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá, Indicasat.
"El vector no se mueve orgánicamente a través del paisaje", comentó Matthew Miller, autor principal del estudio e investigador del Smithsonian en Panamá. Para frenar la propagación del vector, los autores recomiendan que las autoridades sanitarias fumiguen los vehículos en los puestos de control ya establecidos a lo largo de Panamá para prevenir que el gusano barrenador, la larva de mosca carnívora que ataca al ganado, se propague desde Colombia a América del Norte. La fumigación en los puestos de control podría prevenir que el mosquito tigre llegue a la Península de Azuero y Bocas del Toro en Panamá, donde no se ha detectado.
En mayo pasado, A. aegypti genéticamente modificados por la empresa británica Oxitec fueron puestos en libertad en un suburbio de la ciudad de Panamá por el Instituto Gorgas de Panamá para hacer inviable su descendencia, como se observó en pruebas de laboratorio. Se espera que los mosquitos modificados reduzcan considerablemente las poblaciones de A. aegypti.Dada la capacidad de Aedes de dispersarse a través de las redes de carreteras, las poblaciones de A. aegypti podrían restablecerse sin la liberación continua de mosquitos modificados. Otra posibilidad es que el mosquito tigre podría llenar el nicho que el A. aegypti ocupaba. Paralelamente, el primer caso de transmisión local de chikungunya apareció en Panamá ese mismo mes."Las dos especies de mosquitos son tan ecológicamente similares que, al reducir las poblaciones de A. aegypti, las posibilidades de que el A. albopictus los vaya a desplazar competitivamente puede aumentar", comentó Miller. "Esta investigación es relevante para el estudio de los vectores de enfermedades introducidas por todas partes."
No hay comentarios:
Publicar un comentario