• En un planisferio observamos las dos zonas sísmicas más activas de la Tierra: la zona sísmica Circumpacífica y la zona sísmica Mediterránea.
La primera afecta a toda la parte occidental de América y la parte oriental de Asia y Australia. Esta zona coincide con las zonas orogénicas terciarias y con las dos zonas volcánicas de la Tierra.
La primera afecta a toda la parte occidental de América y la parte oriental de Asia y Australia. Esta zona coincide con las zonas orogénicas terciarias y con las dos zonas volcánicas de la Tierra.
Si los movimientos sísmicos son débiles, reciben el nombre de microsismos o temblores y cuando son violentos y catastróficos se llaman macrosismos o terremotos.
Causas que originan los movimientos sísmicos
Los movimientos sísmicos se producen por dos causas principales: la actividad volcánica y el diastrofismo.
La actividad volcánica
La actividad volcánica consiste en el desplazamiento del magma, o rocas en estado de fusión, desde las capas profundas hacia el exterior, a través de conductos y fisuras de la corteza terrestre.
El magma se desplaza con gran fuerza al impulso de los gases que contiene. Al rozar con la corteza terrestre la hace vibrar, produciéndose en estos casos los temblores de origen volcánico.
Estos temblores son frecuentes en las zonas donde existen volcanes en actividad.
El diastrofismo o movimiento de las placas
Es el movimiento que se produce en la corteza terrestre al impulso de las fuerzas geológicas que provienen desde el interior.
Es el movimiento que se produce en la corteza terrestre al impulso de las fuerzas geológicas que provienen desde el interior.
La corteza terrestre, formada por los continentes y los fondos oceánicos, se encuentra fraccionada en doce placas tectónicas, que podemos observarlas en el planisferio que se encuentra a continuación. Cada placa se desplaza en diferentes direcciones y con sus desplazamientos dan origen a los sismos, al vulcanismo y a la formación de las cordilleras o movimientos orogénicos.
Las placas tectónicas y el origen de los sismos
Frente a la Costa de Ecuador, Perú y Chile se encuentra la placa de Nazca, que se desplaza lentamente de oeste a este. Su frente oriental se encuentra en la fosa marina que se extiende paralela a la Costa, entre Ecuador y Chile.
Frente a la placa de Nazca se encuentra la placa Sudamericana, de gran extensión, que abarca desde la zona central del océano Atlántico y gran parte de América del Sur, hasta la fosa marina ya mencionada. Esta placa se desplaza en sentido contrario a la de Nazca, es decir de este a oeste.
Ambas placas, la de Nazca y la Sudamericana, se encuentran en las fosas marinas mencionadas. Ambas se sumergen en el interior de la corteza terrestre por estas fosas, a distintas velocidades. Al rozar ambas placas, a gran profundidad, producen vibraciones de la corteza terrestre, que dan origen a los movimientos sísmicos, cuyos epicentros se encuentran en el fondo del océano Pacífico.
Además, al haberse formado la cordillera de los Andes, desde hace sesenta millones de años y continúa todavía, el territorio peruano soportó la formación de muchas fallas geológicas sobre los Andes. En estas fallas geológicas o tectónicas tienen su origen los movimientos sísmicos cuyos epicentros no se encuentran en las fosas marinas. No está demás recordar que toda la parte occidental de América del Sur, ocupada por la cordillera de los Andes, es zona sísmica.
Las placas tectónicas y el origen de las cordilleras
Las placas tectónicas antes mencionadas se desplazan en sentido contrario a distintas velocidades. La placa Sudamericana, en su avance hacia las fosas marinas, encontró resistencia en la placa de Nazca y, por tanto, se plegó en la parte occidental de América, formando la cordillera de los Andes.
Los materiales sedimentarios acumulados en el interior de aquel gigantesco mar (geosinelinal) se plegaron sucesivamente durante los 60 millones de años y todavía no ha llegado a su fin.
También en el fondo del océano Atlántico se está formando una gigantesca cordillera conocida con el nombre de Mesoatlántica.
Esta cordillera se extiende de norte a sur, formando una gigantesca S.
La cordillera Mesoatlántica se forma por el afloramiento de magma o roca en estado de fusión, desde el interior de la corteza terrestre. El magma asciende por entre los frentes de dos placas tectónicas que se desplazan, a partir de esta cordillera, en direcciones opuestas.
La placa Sudamericana se desplaza en dirección oeste, para sumergirse por las fosas marinas situadas frente a la Costa peruana, conjuntamente con la placa de Nazca. Como resultado de este desplazamiento el fondo del Atlántico se está expandiendo y África se está alejando más y más de América del Sur.
Hipocentro y Epicentro
Cuando acontece un movimiento sísmico, se habla del hipocentro y del epicentro.
El hipocentro es el lugar en donde se origina el movimiento, es decir, en donde tiene lugar el rozamiento de los materiales que descienden por allí, o se produce el deslizamiento de las rocas que ocasionan las vibraciones. Está situado a varios kilómetros de profundidad de la superficie terrestre.
El epicentro viene a ser el punto situado sobre la superficie terrestre, pero en línea vertical del hipocentro, en donde el movimiento sísmico se registra con mayor intensidad y violencia.
Cuando el epicentro de un movimiento sísmico se encuentra en el fondo del mar toma el nombre de maremoto, cuyas manifestaciones son los tsunamis u olas gigantescas que invaden las costas de los continentes e islas, ocasionando grandes destrucciones.
La mayor parte de los terremotos van precedidos de un ruido sísmico, que se escucha a manera de un trueno lejano. Sin embargo, en muchos terremotos hay ausencia de tales ruidos, pues las sacudidas son violentas.
Después de un terremoto necesariamente se sucede en cadena otros movimientos de intensidades inferiores al primero. Estos movimientos se llaman réplicas y se producen por efecto del reacomodamiento de las rocas en el interior de la corteza.
Medición de la Intensidad de los Movimientos Sísmicos
Los movimientos sísmicos son medidos en su intensidad por los sismógrafos, aparatos que se basan en el principio de la inercia.
Para medir la intensidad de los movimientos sísmicos se ha establecido una escala valorativa,de acuerdo a sus efectos. La escala utilizada es la de Mercali modificada.
Las Zonas Sísmicas del Globo
Los movimientos sísmicos pueden ser registrados en cualquier lugar de la Tierra, pero la mayor parte de los epicentros se agrupan en dos zonas que coinciden con las dos zonas volcánicas del Globo, que son, a su vez, las dos zonas orogénicas terciarias y recientes.
La Zona Sísmica Circumpacífica
Esta zona coincide con el Círculo de Fuego del Pacífico y los plegamientos terciarios de los Andes; toda América Central y el oeste de América del Norte, y las Antillas. Finalmente, en las costas orientales de Asia y Oceania.
En esta zona se registran el 68% del total de los terremotos.
La Zona Sísmica Mediterránea
Esta zona coincide con los plegamientos terciarios curoasiáticos: Alpes, Balcanes, Cáucaso y los Himalaya. Se extiende desde la costa meridional de Portugal y norte de África, pasando por la zona del mar Mediterráneo, Asia Menor hasta la cordillera de los Himalaya, con ramificaciones a la Insulindia, Tibet y China. En esta zona se registra el 21% de los movimientos sísmicos. Fuera de estas dos zonas sólo tienen lugar el 11% restante.
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