Según la forma del volcán, podemos describir hasta cinco tipos de volcanes. Según su erupción, muchos más. Te hablamos de sus principales características.
Los volcanes son rupturas en la corteza terrestre que permiten que el magma fluya hacia arriba y se clasifican tanto por el tipo de estructura del mismo como por el tipo de actividad o erupción que presentan. Hay que tener en cuenta, que un mismo volcán puede combinar distintas estructuras e ir cambiando de tipo de erupción. La clasificación oficial según su forma es:
Volcanes compuestos o estratovolcanes
Principal característica: explosión periódica
Se conoce como estratovolcán porque los estratos compuestos o la estructura en capas se forman debido al material eruptivo; es decir, estas formaciones volcánicas tienen lugar debido a la cantidad de erupciones que se producen durante varios miles de años. Las coladas de lava de estos volcanes presentan una gran pendiente. Los estratovolcanes tienen lados relativamente empinados y suelen tener una forma de cono muy pronunciada. Se forman a partir de lava viscosa y pegajosa que no fluye fácilmente, por lo que esta se acumula alrededor del respiradero formando un volcán con impresionantes picos. El tipo de roca más frecuente en los estratovolcanes es la andesita (llamada así por la Cordillera de los Andes). Teniendo en cuenta que el magma es muy viscoso y fluye lentamente, puede obstruir el cráter y, tras aumentar la presión, provocar una erupción explosiva. Es el tipo de volcán más común en nuestro planeta.
Estratovolcanes conocidos: Pico del Teide, volcán Arenal, Popocatépetl, Misti, Krakatoa, Monte Helena, Monte Vesubio o Chimborazo...
Volcanes en escudo
Principal característica: baja explosividad de la lava
Estos enormes volcanes se forman en zonas donde la lava es expulsada de forma fluida; es una lava líquida de baja viscosidad. Su base es muy amplia y presentan una pendiente suave, como resultado de las distintas coladas. Sus pendientes, por tanto, están muy desarrolladas horizontalmente. La mayoría de los volcanes en escudo se forman a partir de flujos de lava basáltica fluida y son el resultado de muchas capas de flujos de lava. Son estructuras grandes que tienen forma de abanico circular por naturaleza, de ahí que parezcan un escudo. A pesar de que pueden alcanzar tamaños bastante significativos, no son tan peligrosos como podría parecer. Esto se debe a que la erupción de lava de los volcanes en escudo no va acompañada de material piroclástico (estallidos de gas y partículas). Estos volcanes se acumulan lentamente con el tiempo y sobre miles de flujos de lava. El magma no entra en erupción de forma explosiva y el cono se puede formar en un área muy pequeña (menos de 5 kilómetros cuadrados).
Volcanes en escudo conocidos: Mauna Kea, Mauna Loa. Hualalai, volcán Kohala, Killauea, Cerro Azul...
Calderas
Principal característica: un gran cráter
Se trata de grandes depresiones volcánicas de entre 5 y 15 kilómetros de diámetro formadas a causa de una explosión o hundimiento de la cámara magmática o incluso por erosión. El magma se queda almacenado debajo del volcán en una cámara de magma. Cuando ocurre una erupción explosiva muy grande que vacía la cámara de magma, el techo de la cámara de magma puede colapsar y formar una depresión o cuenco con paredes muy empinadas en la superficie. Lo que queda es la caldera. Los volcanes de caldera se caracterizan por tener magma riolítico que se forma a temperaturas relativamente bajas (750–850ºC) y es espeso.
Calderas conocidas: Monte Tambora, volcán Taupo, volcán Rotorua, caldera de Bandama, Gran Canaria, caldera de Yellowstone...
Domos de lava
Principal característica: hasta 100 metros de altura y presentan fuertes pendientes
En los domos de lava, la lava viscosa no es muy fluida, no puede salir fácilmente del respiradero cuando se extruye. En cambio, se amontona encima del respiradero formando una gran masa de material en forma de cúpula. A diferencia de los estratovolcanes como el monte Fuji y de escudo, como el Pūhāhonu, los domos de lava son de una estatura significativamente menor. Se forman cuando la lava es demasiado viscosa para fluir a gran distancia. A medida que la cúpula de lava crece lentamente, la superficie exterior se enfría y endurece a medida que la lava continúa amontonándose en su interior. Normalmente, estos domos de lava se encuentran en los flancos de volcanes compuestos más grandes. Los domos de lava crecen principalmente desde dentro y pueden ser peligrosos porque a medida que el magma fresco llena su interior, la superficie exterior se rompe y hace que las rocas calientes y los gases se derramen desde la ladera de la montaña.
Domos de lava conocidos: monte Merapi, volcán Soufrière Hills del Caribe, cúpula de lava Chaitén, pico Lassen...
Conos de ceniza y escoria
Principal característica: pequeños y muy comunes en nuestro planeta
Este tipo de volcán no tiene capas horizontales, sino una colina cónica empinada de tefra o piroclasto (escombros volcánicos) que se acumula alrededor desde el respiradero. El material del que están hechos los conos de ceniza es bastante suelto. Incluso los que entran en erupción suelen tener un impacto menor que los estratovolcanes, por ejemplo. No suelen tener más de 350 a 500 metros de altura. Siendo menos peligrosos, los conos de ceniza generalmente se crean a partir de una sola abertura, cuyas pendientes están formadas por las cenizas fragmentadas y erupcionadas que caen cerca de la chimenea o respiradero.
Conos de ceniza y escoria conocidos: Paricutín en México, Surter I y Surter II de Islandia, Lava Butte...
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