viernes, 4 de junio de 2021

La cierva blanca, Jorge Luis Borges

Resultado de un plácido sueño nace La cierva blanca, de Borges. Uno de los personajes más influyentes en la literatura del siglo XX expone ante nuestros ojos un ejemplar proveniente de las tierras más lejanas de los Oneiros. El poema parece representar con precisión la verde pradera de Arcadia.



¿De qué agreste balada de la verde Inglaterra,
de qué lámina persa, de qué región arcana
de las noches y días que nuestro ayer encierra,
vino la cierva blanca que soñé esta mañana?

Duraría un segundo. La vi cruzar el prado
y perderse en el oro de una tarde ilusoria,
leve criatura hecha de un poco de memoria
y de un poco de olvido, cierva de un solo lado.

Los númenes que rigen este curioso mundo
me dejaron soñarte pero no ser tu dueño;
tal vez en un recodo del porvenir profundo

Te encontraré de nuevo, cierva blanca de un sueño.
Yo también soy un sueño fugitivo que dura
unos días más que el sueño del prado y la blancura.

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