Enviado por Diana Laura Soto Tovar
Tal como una nube condensa el aire y la hace llover, Fresh Water utiliza las partículas del aire para entregar agua potable a personas que no tienen acceso a ella.
Una de cada 10 personas en el mundo no tiene acceso a un vaso de agua en su casa debido a la lejanía de ríos y lagos, las principales fuentes de agua potable hoy en día. En la mayoría de las ciudades el agua se ha trasladado desde estas fuentes naturales a nuestras casas, invirtiendo un margen de energía y recursos en el camino. Pero hay mucha gente que simplemente no puede acceder a una fuente de agua o solo cuenta con agua de mala calidad o contaminada, y no tiene los recursos para solucionar de manera tradicional este problema.
Tres ingenieros chilenos se reunieron para superar esta barrera con el sueño de llegar a una solución efectiva, simple, rápida y autosustentable, considerando que el 80 por ciento de las enfermedades en los países en desarrollo se deben a la mala calidad del agua que ingieren. Fresh Water funciona por principios de condensación, emulando el ciclo natural del agua. En resumen, crea una nube, enfriándola y haciéndola llover, para luego pasar por procesos de filtración, purificación y esterilización obteniendo entre 9 y 30 litros de agua sin sodio, sin fluoruro, sin minerales pesados, químicos ni conservantes, a un costo de 20 a 25 pesos (chilenos) por litro.
Héctor Pinto es uno de ellos, ingeniero forestal experto en temas de agua y director Ejecutivo de Fresh Water, comenzó la investigación años atrás movido por la necesidad de conseguir agua purificada sin sodio para su hija que padecía de una deficiencia en los riñones, desarrollando esta tecnología junto a Alberto González, diseñador industrial con experiencia en proyecto aeronáuticos y Carlos Blamey, ingeniero experto en submarinos y tecnología militar.
"Creemos que ésta es una instancia válida para democratizar el agua en el mundo, desde Chile, con materiales chilenos e ingeniería chilena, pero la idea es replicar este desarrollo y moldes de innovación tecnológica social en otros países, de forma de encajar los costos asociados al transporte y exportación", cuenta Héctor.
Fresh Water llegó al pueblo de San Pedro de Atacama, ubicado en medio del desierto más seco del mundo con el objetivo de probar el sistema en condiciones remotas, donde logró generar cerca de 9 litros diarios de agua pura. Asimismo, también fue probado en la localidad de Petorca, en condiciones de tipo costero, con una producción de entre 9 y 28 litros al día.
Ambas experiencias fueron evaluadas como positivas por el equipo, ya que el rendimiento obtenido fue en lugares con una humedad relativa de un 25 por ciento a un 30 entre las 8 pm y las 8 am, lo que significa que en cualquier lugar con mayor humedad Fresh Water puede ser aún más eficiente.
En la tecnología militar, una de estas máquinas puede costar hasta tres millones de pesos chilenos (cuatro mil 800 dólares), mientras que Fresh Water 200.000 pesos chilenos (320 dólares).
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