Se trata de un hito histórico para la ciencia que ha tenido lugar a las 17.04 | Los primeros análisis realizados por la ESA han determinado, sin embargo, que los arpones que sujetan la sonda a la superficie no se han activado
Misión Rosetta cumplida y felicidad máxima en la Agencia Espacial Europea (ESA) por cumplir un hito histórico para la ciencia y la exploración espacial. El módulo Philae ya se encuentra en la superficie helada del cometa 67P desde las 17.04 y ahora los investigadores de la misión aún están analizando el cómo y dónde se ha posado exactamente Philae, lo que se conocerá en las próximas horas. Nunca antes una nave había aterrizado en un cometa. Philae puede aportar ahora una valuosísima información sobre los cometas, elementos primigenios del universo que pueden ofrecer muchos detalles sobre el origen del Sistema Solar.
Parece ser, sin embargo, que el aterrizaje ha sido más accidentado de lo que se creía en un primer momento. "Los arpones se han disparado. Estamos en la superficie. Estamos en el cometa", anunciaba Stefan Ulamec, director del proyecto Philae. Pero parece ser que la información no era del todo exacta.
Los primeros análisis realizados por la ESA a las señales de telemetría enviadas por la sonda Philae desde el cometa 67P//Churyumov-Gerasimenko han determinado que sus arpones que sujetan el aparato a la supeficie no se han activado.
Según apuntan los expertos, Philae está ahora sujeta a la roca sólo con los tornillos. Según informa la propia ESA en su cuenta de Twitter, se "están buscando opciones" para solucionar este problema. También ha utilizado la red social para señalar que su aterrizaje ha sido muy suave y se ha logrado gracias a la amortiguación del tren de aterrizaje.
También lo han confirmado en la cuenta de Philae: "Estoy en la superficie pero mis arpones no han funcionado. Mi equipo está trabajando duro para tratar de saber por qué", han escrito. Todavía son escasos los datos sobre esta hazaña espacial. La ESA espera ahora las primeras imágenes de la sonda, con el fin de conocer el punto exacto donde se encuentra y si éste es el correcto.
Más allá de los arpones, las primeras palabras de Jean-Jacques Dordain, director general de la Agencia Espacial Europea, ilustran la importancia del momento: "Este es un gran paso para la civilización humana".
Los diez instrumentos que la sonda Philae lleva a bordo permitirán analizar la composición química del cometa 67P y su estructura interna, además de transmitir por primera vez imágenes desde la superficie de un cometa. Estos datos deben aclarar si los cometas trajeron el agua de los océanos y las materias primas de la vida a la Tierra en los primeros tiempos del Sistema Solar.
Los responsables de la misión Rosetta no saben cuánto tiempo sobrevivirá la sonda Philae en el cometa 67P, ya que dependerá de las condiciones que haya encontrado allí. En previsión de que la sonda dure poco, han definido un programa de trabajo científico urgente para los próximos tres días. Después, tienen un programa de observaciones más prolongadas para las semanas siguientes. En el mejor de los casos calculan que Philae puede resistir hasta marzo de 2015.
El cometa 67P mide unos 4 kilómetros de longitud y viaja ahora, al igual que Rosetta y Philae, a unos 120.000 kilómetros por hora respecto al Sol. Su forma, con dos esferas unidas por un cuello, ha sorprendido a los científicos de la misión Rosetta. La sonda Philae ha aterrizado en la menor de las dos esferas, llamada la cabeza del cometa.
Una jornada intensa
A lo largo de la jornada, Philae y Rosetta debían superar una serie de hitos complejos para que la sonda pudiera llegar sana y salva a la superficie del cometa. Entre ellos, un cambio de trayectoria de la nave nodriza para apuntar hacia el destino elegido, una separación precisa entre Philae y Rosetta para hacer diana en el cometa y un aterrizaje de alto riesgo en que la sonda debía amarrarse con un arpón y tres tornillos para no salir despedida hacia el espacio.
A las 09.06, el primer obstáculo se superaba con éxito. La nave Rosetta completaba la maniobra de cambio de trayectoria para enviar la sonda Philae hacia el cometa 67P. Antes estaba en una órbita circular alrededor del cometa, y en ese momento ya apuntaba directamente hacia el astro.
El segundo de los obstáculos principales se salvaba pocos minutos después, a las 09.35. Philae se desacoplaba de Rosetta con éxito, aunque en el centro de control de la misión en Darmstadt (Alemania) tuvieron que esperar 28 angustiosos minutos (que es el tiempo que tarda en llegar a la Tierra la información que envía Rosetta desde una distancia de 510 millones de kilómetros) para tener la confirmación.
Finalmente, sin embargo, la buena noticia llegaba.
Andrea Accomazzo, director de vuelo de la misión Rosetta, máximo responsable de que la maniobra de separación de la nave Rosetta y la sonda Philae haya ido bien, recibía una calurosa ovación de sus colegas en el centro de control. Abrazos, más aplausos, felicitaciones. La sonda Philae ya volaba sola hacia el cometa 67P.
Tras la separación, Rosetta y Philae seguían volando juntas durante 40 minutos en dirección al cometa 67P. Después, cuando se han acercado a unos 20 kilómetros de la superficie del astro, la nave Rosetta cambiaba de rumbo para volver a situarse en una órbita circular alredeodor de 67P.
Ha habido un momento especialmente crítico. Sucedía a las 10:14. En ese preciso instante, el centro de control perdía el contacto con la sonda Philae, tal y como estaba previsto. Philae se comunicaba hasta ese momento a través de la nave Rosetta, de la que se acababa de separar.
A las 12.06, sin embargo, la tranquilidad volvía al centro de control. Accomazzo, director de vuelo, apretaba el puño como diciendo: "¡Lo hemos conseguido!". Philae seguía con vida.
Casi seis horas después, las que ha necesitado Philae para aproximarse y llegar finalmente al cometa 67P, concretamente a las 17.03, llegaba la información al centro de control de que Philae había aterrizado correctamente sobre el 67P. Reto superado para la ciencia mundial.
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