Enviado por Nayeli Zamora
Los cacahuetes pueden volver loco el sistema inmunitario de la gente, pero los microbios del intestino pueden ofrecer cierta protección.
Al albergar bacterias “Clostridium” en sus entrañas, los ratones son menos sensibles a legumbres notoriamente alergénicas más que los ratones sin los microbios. researchers report August 25 in the Proceedings of the National Academy of Sciences.
Durante años los científicos han sospechado que algunas bacterias del intestino frenan las alergias alimentarias, y que matar a estas bacterias buenas podría traer problemas. Pero ninguno sabía que bacterias o exactamente como trabajaban.
Cathryn Nagler de la Universidad de Chicago trató algunos ratones con antibióticos para erradicar las bacterias del intestino y entonces desató una alergia, como respuesta a las partículas de maní. Los cacahuetes aceleraron el sistema inmunológico de los animales libres de gérmenes —pero los animales con el microbio intestinal normal no obtuvieron ninguna reacción.
A los ratones libres de gérmenes se les dio una dosis de bacterias “Clostridium” que hizo a los animales más parecidos a sus contrapartes con flora intestinal normal. Los microbios estimulan las células del ratón para hacer moco que ayuda a sellar los intestinos, salvándole de las partículas de alimentos que de deslizarse en el torrente sanguíneo provocarían al sistema inmunológico.
Los seres humanos también albergan Clostridium, impulsando así los números de estas bacterias con probióticos — los cultivos vivos de bacterias en el yogurt y otros alimentos — pueden ayudar a prevenir o tratar las alergias alimentarias en las personas, sugiere el equipo Nagler.
Durante años los científicos han sospechado que algunas bacterias del intestino frenan las alergias alimentarias, y que matar a estas bacterias buenas podría traer problemas. Pero ninguno sabía que bacterias o exactamente como trabajaban.
Cathryn Nagler de la Universidad de Chicago trató algunos ratones con antibióticos para erradicar las bacterias del intestino y entonces desató una alergia, como respuesta a las partículas de maní. Los cacahuetes aceleraron el sistema inmunológico de los animales libres de gérmenes —pero los animales con el microbio intestinal normal no obtuvieron ninguna reacción.
A los ratones libres de gérmenes se les dio una dosis de bacterias “Clostridium” que hizo a los animales más parecidos a sus contrapartes con flora intestinal normal. Los microbios estimulan las células del ratón para hacer moco que ayuda a sellar los intestinos, salvándole de las partículas de alimentos que de deslizarse en el torrente sanguíneo provocarían al sistema inmunológico.
Los seres humanos también albergan Clostridium, impulsando así los números de estas bacterias con probióticos — los cultivos vivos de bacterias en el yogurt y otros alimentos — pueden ayudar a prevenir o tratar las alergias alimentarias en las personas, sugiere el equipo Nagler.
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