Al estilo de algunos superhéroes que son capaces de restituir los miembros perdidos, o incluso curar heridas y escoriaciones a velocidad de vértigo, la hidra parece inmortal. No en vano, la sorprendente capacidad regenerativa de las hidras ha interesado a los biólogos desde el siglo XVI.
La hidra de agua dulce, de la que existen tres especies en Europa, es una criatura acuática que vive en los estanques, los pantanos y los lagos y que se fija sobre un soporte vegetal.
Es móvil y puede desplazarse, lo que hace muy a menudo en sus primeras fases. La hidra de agua dulce constituye un ejemplar idear para los estudiantes de zoología, que pueden practicar sobre ella cierto número de investigaciones biológicas.
Los tentáculos de la hidra llevan células urticantes, que el animal puede proyectar muy rápidamente sobre una presa que se encuentre cerca. Para desplazarse sobre el soporte, la hidra se desliza lentamente sobre su pie. Cuando tiene prisa, puede avanzar dando una serie de volteretas.
Los científicos aún no han podido explicar porqué, cada cinco minutos aproximadamente, la hidra de agua dulce se contrae completamente hasta formar una verdadera bola esférica, volviéndose enseguida a su forma primitiva. La alimentación de la hidra de agua dulce comprende una gran variedad de larvas de insectos y de otros animálculos que flotan en el plancton. Devora también dafnias e incluso alevines de peceillos que acaban de hacer eclosión, así como renacuajos.
La víctima queda paralizada por el veneno de las células urticantes, lo que permite a la hidra absorber su sustancia con su ancha boca, situada en el centro de la corona de tentáculos.
La hidra se reproduce por gemación y de forma sexuada.Posee el poder regenerador más desarrollado del reino animal. En 1740, el científico ginebrino Trembley demostró que una hidra cortada en trozos produce tantas hidras nuevas como fragmentos se le hayan cortado.
Las hidras se pasan la mayor parte del tiempo con los tentáculos extendidos, esperando que pase por delante alguna presa. Miden unos pocos milímetros y son depredadores. Pero si le cortas uno de los tentáculos, volverá a crecer. Hasta aquí, sorprendente. Pero si de verdad quieres que se te caiga la mandíbula al suelo, entonces puedes pasar una hidra por una picadora de carne, contemplar el resultado, y descubrir que, poco a poco, de la masa triturada va formándose de nuevo el cuerpo. Como el T-1000 de Terminator 2. ¿Cuál es su secreto?
Ulrich Technau y sus colegas de la Universidad de California en Berkeley llevaron al límite la capacidad regenerativa de las hidras, descubriendo que el secreto reside en mantener la cabeza indemne. Las hidras usan sus cabezas para enviar constantemente señales diciendo al resto de sus células dónde ir y en qué deben convertirse.
Cuando una hidra se convierte en puré, la cabeza se encuentra dispersa en trozos. Pero sólo que unas pocas células conserven su identidad como células de la cabeza, es suficiente para volver a formarse, lo que pone en evidencia de nuevo hasta qué punto existe la individualidad (la de la hidra, y también la nuestra).
Según Technau y sus colegas, la hidra solo necesita entre cinco y veinte de estas células para formar un nuevo cuerpo. Debido a que hay muchas más de veinte células en la cabeza de la hidra original, y debido a que estas células se repartirán al azar cuando el animal se triture, estas células crearán órdenes para hacer nuevos cuerpos independientes. Y entonces un individuo se conviertirá en muchos individuos.
Las hidras son las criaturas más asombrosas en lo tocante a regeneración, pero no son las únicas: de los 34 grandes grupos de animales reconocidos actualmente, 16 pueden reconstruir su cuerpo a partir de fragmentos y 17 pueden recuperar partes amputadas.
Grupo: Celenterados
Clase: Hidrozoos
Orden: Hidroideos
Familia: Hidras
Género y especie: Hydra fusca (hidra parda)
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