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PAULINA BRAVO CIRILO
En la profundidad del océano, donde apenas llega la luz solar y las temperaturas y presiones son extremas, los científicos han realizado un descubrimiento sorprendente. Bajo el fondo marino, ocultos en pequeñas cuevas subterráneas, se encontraron larvas de gusanos tubícolas, caracoles marinos y gusanos poliquetos. Este hallazgo, descrito en un nuevo estudio realizado por el Schmidt Ocean Institute, revela que la vida animal no solo prospera sobre el lecho marino, sino también en el misterioso paisaje que se oculta debajo de él.Este descubrimiento marca un punto de inflexión en la biología marina, ya que, si bien se sabía de la existencia de microbios en estas áreas subterráneas, es la primera vez que se reportan animales más grandes habitando este entorno. Investigadores afirman que este ecosistema subterráneo es mucho más complejo de lo que se pensaba, y abre nuevas puertas a la exploración de la vida en las profundidades marinas.
Ecosistemas complejos interconectados
El hallazgo de vida animal bajo el fondo del océano desafía las ideas previas sobre la separación de los ecosistemas marinos. Los científicos creen que lo descubierto sugiere una interconexión entre la vida sobre y debajo del fondo marino. Estas pequeñas cuevas, llenas de agua cálida mezclada con magma, podrían ser clave para la dispersión y desarrollo de especies como los gusanos tubícolas. Las larvas de estos gusanos podrían moverse a través de estas cavidades, creciendo en grietas del fondo marino o permaneciendo dentro de las cuevas hasta alcanzar su madurez.
Este intercambio de vida entre la superficie y el subsuelo resalta la complejidad de los ecosistemas alrededor de los respiraderos hidrotermales. Estos organismos dependen no del sol, sino de los nutrientes que se generan cuando el agua de mar se mezcla con el magma bajo la corteza terrestre. De esta manera, las corrientes de agua fría y caliente que fluyen entre ambos niveles facilitan la prosperidad de los gusanos tubícolas y otras especies, lo que confirma la existencia de un ecosistema único y conectado en estos ambientes extremos.
Hábitat bajo fuentes hidrotermales
Las fuentes hidrotermales son aberturas en el fondo marino donde las placas tectónicas de la Tierra se encuentran, permitiendo que el agua de mar se mezcle con el magma que se encuentra debajo de la corteza terrestre. A lo largo de los años, estos respiraderos han sido conocidos por albergar formas de vida extremas, denominadas extremófilos, organismos capaces de sobrevivir bajo condiciones de temperatura y presión extremas. Hasta ahora, los científicos habían documentado una explosión de vida alrededor de estas fuentes, con comunidades de camarones, cangrejos, mejillones y gusanos tubícolas, pero no se había descubierto vida por debajo de la superficie del fondo marino.
El nuevo estudio, llevado a cabo en la Dorsal del Pacífico Oriental, ha revelado un ecosistema oculto bajo estas mismas fuentes hidrotermales. Cavidades de unos diez centímetros de profundidad, llenas de agua cálida y rica en nutrientes, resultaron ser el hogar de varias especies antes solo conocidas en la superficie del fondo marino. Este descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre la extensión y complejidad de estos hábitats subterráneos, y cómo estas especies se adaptan a las duras condiciones de estos ambientes extremos. Además, proporciona una nueva perspectiva sobre cómo los flujos de agua mezclada con magma crean condiciones ideales para la vida en las profundidades del océano.
Desafíos y tecnología de exploración
Explorar las profundidades del océano siempre ha sido un reto debido a las condiciones extremas y la inaccesibilidad de muchas áreas. Sin embargo, los avances tecnológicos han permitido a los científicos alcanzar mayores profundidades y realizar descubrimientos revolucionarios, como el reciente hallazgo de vida bajo el fondo marino. En esta investigación, un equipo liderado por la bióloga marina Sabine Gollner, del Instituto Real Holandés de Investigación Marina, utilizó un robot operado a distancia (ROV) para explorar los respiraderos hidrotermales en la Dorsal del Pacífico Oriental, a más de 2.500 metros bajo la superficie.
Este robot, equipado con brazos mecánicos y cámaras de alta resolución, fue capaz de levantar secciones del fondo marino y examinar lo que se encontraba debajo. Inicialmente, el objetivo de la misión era recolectar muestras de rocas para estudiar las larvas de gusanos tubícolas. Sin embargo, al levantar las rocas, el equipo descubrió las cavidades llenas de líquido cálido y una diversidad de especies viviendo en su interior. Este tipo de exploración no sería posible sin tecnologías como los ROV, que permiten investigar de manera segura y precisa en zonas donde la presión es demasiado alta para que los humanos puedan acceder directamente.
El uso de esta tecnología ha abierto una ventana única al mundo submarino, permitiendo a los científicos comprender mejor los ecosistemas ocultos que prosperan en condiciones extremas y ampliando los límites del conocimiento sobre la vida en el océano profundo.
Protección del fondo marino frente a la minería
El descubrimiento de vida bajo el fondo marino llega en un momento crucial para la conservación de los océanos. Los científicos advierten que estos ecosistemas, únicos y frágiles, enfrentan una creciente amenaza: la minería en aguas profundas. Este tipo de minería, que busca extraer minerales como el cobalto y el níquel, esenciales para tecnologías como baterías y dispositivos electrónicos, se está expandiendo hacia las zonas más remotas del lecho marino, incluidas áreas cercanas a los respiraderos hidrotermales.
La extracción de estos minerales podría tener un impacto devastador en los ecosistemas de aguas profundas, eliminando hábitats enteros antes de que los científicos puedan comprender completamente su biodiversidad y funcionamiento. “No sabemos qué tan extensas son esas pequeñas cuevas conectadas”, afirmó Rachel Lauer, geóloga de la Universidad de Calgary, en diálogo con Schmidt Ocean Institute. “Aquí hay toda una capa más, literalmente”, señaló, destacando lo poco que aún se sabe sobre estos ecosistemas subterráneos. Proteger estas áreas es vital no solo para la preservación de las especies que viven allí, sino también para evitar la destrucción de posibles descubrimientos científicos sobre la vida en condiciones extremas.
Los investigadores insisten en que es necesario implementar una protección legal más amplia para el fondo marino antes de que las actividades humanas, como la minería, causen un daño irreparable. Sin embargo, este objetivo es complicado, ya que muchos de los ecosistemas que necesitan protección también contienen los minerales valiosos que impulsan el interés comercial. La protección del fondo marino no es solo un asunto ambiental, sino una cuestión de preservar el conocimiento científico que podría tener repercusiones más allá de la Tierra.
Posibilidades de vida fuera de la Tierra
El estudio de los ecosistemas extremos en el fondo del océano no solo amplía nuestro conocimiento sobre la vida en la Tierra, sino que también podría tener implicaciones más allá de nuestro planeta. Los extremófilos, como los encontrados en los respiraderos hidrotermales, son capaces de prosperar en condiciones que antes se consideraban inhóspitas para la vida. Esto ha llevado a algunos científicos a especular que ambientes similares podrían existir en otros cuerpos celestes, como la luna Europa de Júpiter, que alberga un océano bajo una gruesa capa de hielo.
Heather Olins, bióloga de Boston College, explicó en su estudio, que en nuestro sistema solar, los lugares que podrían albergar vida no dependen de la energía solar, como ocurre en la Tierra. En cambio, estos ambientes podrían estar alimentados por procesos geotérmicos, como ocurre en los respiraderos hidrotermales de nuestro planeta. “Sabemos que hay actividad volcánica y un océano” en Europa, dice Olins, lo que la convierte en un lugar potencial para formas de vida similares a los extremófilos terrestres.
El estudio de estos organismos en la Tierra no solo proporciona pistas sobre cómo podría formarse y sobrevivir la vida en otros lugares del sistema solar, sino que también destaca la diversidad de la vida y su capacidad de adaptación a entornos extremos. El futuro de la exploración espacial podría beneficiarse de las lecciones aprendidas en el fondo del océano, un recordatorio de que la Tierra aún tiene mucho que enseñar sobre los límites de la vida.
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