El método de impresión en 3D utiliza una tinta especial hecha con copos de plata conductivos que se imprime a temperatura ambiente para no quemar la piel. Durante la realización, la máquina se ajusta a trabajar aunque la persona se mueva un poco, ya que antes de hacerlo, se colocan una serie de marcadores temporales para escanear la zona del cuerpo en que se hará.
Por ahora uno de los primeros usos está enfocado en colocar sensores en el cuerpo de los soldados durante el campo de batalla para detectar agentes químicos o biológicos, aunque esta nueva tecnología también podría aplicarse a impresión de hidrogeles con células biológicas para ayudar a sanar heridas. Para este último caso ya se hicieron pruebas en ratones heridos que resultaron exitosas.
El precio no resulta caro, pues la impresora portátil cuesta menos de 400 dólares, y el tiempo que dura en la piel depende del que la persona quiera portarlo, ya que para quitárselo solamente basta despegarlo con unas pinzas o tallando y enjuagando con agua.
"Imaginamos que un soldado podría sacar esta impresora de una mochila e imprimir un sensor químico u otros productos electrónicos que necesite, directamente sobre la piel. Sería como una 'navaja suiza' del futuro con todo lo que necesitan, todo en una herramienta portátil de impresión en 3D “,MICHAEL MCALPINE, AUTOR PRINCIPAL DEL ESTUDIO PUBLICADO EN LA REVISTA ACADÉMICA ADVANCED MATERIALS.
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