La miel de abejas es utilizada principalmente para endulzar y preparar algunos alimentos, pero además de ser rica, nos puede ayudar a mantenernos sanos. Si bien, aporta pocos minerales y vitaminas, posee una gran variedad de antioxidantes.
Los minerales más frecuentes son calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, zinc, fósforo y potasio. Están presentes también alrededor de la mitad de los aminoácidos existentes, ácidos orgánicos (ácido acético, ácido cítrico, entre otros) y vitaminas del complejo B, vitamina C, D y E.
La miel posee también una variedad considerable de antioxidantes (flavonoides y fenólicos).
El color de la miel varía entre los diferentes tipos. El color de la miel está determinado, principalmente, por la fuente floral; sin embargo, no se han podido identificar exactamente cuáles son los agentes responsables de impartir el color al néctar y posteriormente a la miel. No obstante, se sabe que además de los minerales que se obtienen del suelo, los pigmentos de origen vegetal pueden contribuir al color de la miel.
Aparte de cómo alimento, se puede utilizar la miel de otras muchas formas para beneficiar a su salud. El Dr. Ron Fessenden, un médico jubilado y presidente del Comité para la miel y la Salud en los Estados Unidos (una organización sin ánimo de lucro), es un experto en los beneficios fisiológicos de la miel. En una de sus múltiples conferencias informó sobre las propiedades de la miel, tales como la regulación del azúcar en la sangre, reducir el estrés metabólico y promover la recuperación del sueño.
1. La miel regula el azúcar en la sangre
Parece contrario a la intuición que la miel regule el azúcar en la sangre. Pero el secreto de su capacidad para hacerlo está en la balanza de fructosa y glucosa. Cuando se consume la miel, la porción de fructosa permite que la glucosa sea captada por el hígado para formar glucógeno, que pasa a estar disponible para el cerebro, el corazón, los riñones y las células rojas de la sangre.
Esto mejora el funcionamiento de los órganos y tejidos esenciales, eliminando la glucosa de la circulación y por tanto reduciendo el azúcar en la sangre. Los estudios han demostrado que la miel no aumenta apenas el azúcar en la sangre o los niveles de insulina, produciendo más glucógeno por gramo de miel que cualquier otro alimento.
2. El consumo de miel natural reduce el estrés metabólico
Todo estrés, sea emocional, psicológico o fisiológico se traduce en el cuerpo como estrés metabólico. Una función de la glándula suprarrenal es producir adrenalina y cortisol, que estimula la descomposición de la proteína muscular en aminoácidos para hacer nuevos azúcares. Esto ocurre cuando el cerebro piensa que está en peligro de quedarse sin combustible, por ejemplo cuando se realiza ejercicio físico o durante el sueño nocturno. La miel natural produce glucógeno en el hígado, que es la reserva de la energía que necesita el cerebro para su normal funcionamiento.
Tendremos reservas suficientes de glucógeno si consumimos miel natural en el desayuno, antes de acostarnos y a intervalos regulares durante todo el día (especialmente antes y después de hacer ejercicio), estas reservas de glucógeno del hígado evitará la liberación de hormonas del estrés.
3. La miel natural promueve la recuperación del sueño
Si consumimos miel antes de acostarnos, almacenamos glucógeno en el hígado, que lo irá suministrando a la sangre cuando lo necesite el cerebro, evitando que éste desencadene la crisis cuando detecta niveles bajos de glucógeno. Además, consumir miel natural estimula la relajación nocturna y el sueño. El azúcar natural que contiene la miel produce una ligera secreción de insulina, lo que permite al triptófano entrar en el cerebro con más facilidad y así permitir la secreción de melatonina, una hormona vital para la regulación diaria del sueño-vigilia. Por ello es muy recomendable consumir una cucharada de miel con un vaso de leche caliente (que contiene triptófano) antes de acostarse, para tener un sueño reparador. La melatonina además regula los ritmos cardiacos, ayuda a mejorar la inmunidad y facilita la reconstrucción de los tejidos durante la noche. El Dr. Fessenden recomienda de 3 a 5 cucharadas de miel al día, sin que se tenga efectos secundarios, riesgos o consecuencias negativas para la salud.
4. La miel como tratamiento para el estreñimiento
La miel tiene un elevado contenido en fructooligosacáridos (FOS), que aunque tienen una función principalmente energética, al llegar al colon se comportan de una forma similar a la fibra vegetal: captan el agua aumentando el volumen de las heces y originan gases que incrementan el peristaltismo o movilidad intestinal. Por lo que ejercen un efecto laxante suave. Además son el alimento preferido de las bacterias beneficiosas que habitan en el colon (nuestra flora intestinal) responsable de la fermentación y putrefacción de de los residuos alimenticios que darán lugar a las heces.
5. La miel natural mejora la función cerebral
Tener un cerebro que funcione correctamente y que esté sano es uno de los objetivos de un ser humano. Cómo conseguirlo es un problema más complicado. Hay que suministrarle la energía que necesita para que sus células realicen sus funciones correctamente. La función del calcio en el cerebro es importantísima, ya que las neuronas utilizan el calcio para originar la señal eléctrica, que se conduce de una neurona a otra para comunicar los mensajes. Si no hay suficiente calcio, el cerebro no funcionara correctamente. Hay información científica que ha demostrado que la miel natural ayuda a absorber y fijar el calcio en el cuerpo, favoreciendo una correcta función cerebral. Además de para el cerebro, al ser un excelente recalcificante, también ayuda a prevenir la osteoporosis y los problemas óseos.
6. El acné y otros problemas cutáneos
La mayoría de la gente sufre de acné al menos una vez en la vida. Las causas más importantes son el desequilibrio hormonal y la colonización bacteriana de la piel. Algunos remedios naturales proporcionan cobertura antibacteriana comparable a la de productos comerciales, con la ventaja de que son tolerados de mejor manera que los agentes químicos convencionales. De estos remedios naturales, la miel es una de las mejores opciones para el tratamiento del acné causado por bacterias.
¿Cómo la miel trata el acné? Como agente antimicrobiano, la miel actúa por medio de diversos mecanismos: Priva a los microbios de la humedad que necesitan para sobrevivir Actúa como un agente quelante, alterando los procesos celulares de las bacterianas que requieren hierro. Las abejas además añaden una enzima llamada glucosa-oxidasa. Al aplicar la miel sobre la herida, esta enzima produce la liberación local de peróxido de hidrógeno. Este peróxido se comporta de manera similar al popular medicamento contra el acné, el peróxido de benzoilo: rompe las paredes celulares de las bacterias. Reduce el pH de la superficie de la piel sobre la que se aplica. La miel tiene un pH entre 3,2 y 4,5. Esta acidez es suficiente para matar la mayoría de los microbios.
7. Minimiza las alergias
Tomar miel de la zona donde se habita dos meses antes de la floración de la zona, puede disminuir las alergias. Las abejas llevan el polen de las flores que empeoran las alergias estacionales, y parte de este polen se incorpora a la miel. El consumir miel natural de la zona antes de la temporada de alergias, puede ayudar al cuerpo a aceptar sin rechazo el polen y que la alergia desaparezca.
8. Heridas, quemaduras y úlceras
La propiedad antibacteriana de la miel permite prevenir la infección de quemaduras o heridas menores. La densidad de la miel protege contra bacterias y suciedad que entran en una herida. Aplique la miel en el corte o herida y cúbrela con una venda.
9. Piel seca
La miel es un ingrediente excelente para usar en el baño gracias a sus propiedades curativas y suavizantes. Se puede aplicar directamente sobre la piel áspera, o disolver la miel en el agua y añadir la mezcla en el agua del baño.
10. Labios secos
Aplicar un poco de miel en los labios secos o agrietados, y se deja durante unos minutos para que se ablanden.
11. El ciclo menstrual
La miel estimula la producción de ácido graso omega – 6, que regula los procesos hormonales en nuestro cuerpo. Como se puede ver, la miel natural es uno de los alimentos más puros, naturales y con mayor cantidad de beneficios sobre nuestra salud, y todavía hoy día se están haciendo muchas más investigaciones científicas al respecto porque se piensa que aún hay más beneficios importantes que no han podido ser corroborados.
12. Estimulante del sistema inmunológico
La miel tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas que la hacen ideal para estimular el sistema inmunológico, no sólo cuando se es ingerida, sino también cuando se aplica tópicamente sobre la piel. Estas propiedades ayudan a que las heridas y cortes estén limpios y a mantenerlos libres de infección, por lo que es un buen antiséptico natural.
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