La Tierra tiene unos 4500 millones de años y se cree que solo después de 4300 millones de años el planeta desarrolló las condiciones adecuadas para sustentar la vida, según un trabajo de la Universidad de Chicago, una de las instituciones que más investiga sobre el origen de la vida.
Sin embargo, los fósiles más antiguos conocidos solo tienen 3700 millones de años. Durante esa ventana de 600 millones de años, la vida puede haber surgido en repetidas ocasiones, solo para extinguirse por colisiones catastróficas como choques con asteroides y cometas que golpean el planeta con mayor frecuencia y sin la resistencia actual de la atmósfera, afirma el artículo de la institución académica.
De las hipótesis que intentan explicar el origen de la vida, tres destacan en la historia de la ciencia.
Las primeras teorías sobre el origen de la vida
La opinión predominante durante siglos es que la vida comenzó por generación espontánea, afirma la Enciclopedia Britannica, una plataforma de datos del Reino Unido centrada en la educación. Esta teoría, también conocida como teoría de la abiogénesis, afirmaba que la vida surgió de la materia inanimada, es decir, de un material sin vida. El filósofo griego Aristóteles, por ejemplo, era partidario de esta teoría, que fue ampliamente aceptada por la ciencia.
Según esta hipótesis, crear un ser vivo era bastante sencillo. Por ejemplo, se podían generar gusanos, escarabajos y avispas a partir de queso, madera, estiércol animal o cualquier otra materia putrefacta si se dejaba reposar unos días.
Con el tiempo, los conocimientos modernos de biología y anatomía hicieron que se descartara esta teoría. Pero para refutarla, fueron necesarios varios experimentos y avances en los métodos científicos. Por ejemplo, Britannica afirma que la generación espontánea fue objeto de gran controversia entre famosos científicos del siglo XIX, como el francés Louis Pasteur.
Pasteur, por ejemplo, pudo demostrar que hasta los seres más diminutos, como los que fermentaban los zumos o la cerveza, procedían de "gérmenes" que flotaban en el aire pero a los que se podía impedir el acceso a los alimentos mediante una filtración adecuada. Los resultados de los experimentos de Pasteur fueron definitivos para refutar la teoría de la abiogénesis, dejando claro que un ser vivo solo nace de otro preexistente (reproducción), es decir, que la vida no surge espontáneamente de la materia no viva.
¿La vida en la Tierra vino del espacio?
Refutada la hipótesis de la generación espontánea, otra teoría ha cobrado fuerza: la de que algunas moléculas importantes para la vida pueden haberse producido fuera de la Tierra y que llegaron al planeta haciendo autostop en meteoritos o cometas, dice la Britannica.
A finales del siglo XIX, según la enciclopedia del Reino Unido, el químico sueco Svante Arrhenius sugirió que la vida en la Tierra surgió de la panspermia, lo que significa que las semillas microscópicas de vida que existen en todo el universo son capaces de viajar por el espacio, de planeta en planeta o de sistema solar en sistema solar.
Y hay pruebas que apoyan esa teoría. Según la Universidad de Chicago, investigaciones del Centro de Investigación Ames de la NASA han publicado estudios que demuestran que los compuestos orgánicos complejos se producían fácilmente en condiciones similares a las que probablemente existían en el sistema solar primitivo, cuando se formaron muchos de los meteoritos conocidos.
En 1969, por ejemplo, el meteorito Murchison, que cayó en Australia, contenía docenas de aminoácidos diferentes, partículas que forman las proteínas y se consideran los componentes básicos de la vida.
En 2019, según la Universidad de Chicago, un equipo de investigadores de Francia e Italia informó del hallazgo de material orgánico extraterrestre conservado en sedimentos de 3300 millones en Sudáfrica. El equipo sugirió que los micrometeoritos eran la fuente probable de este material. En 2022 surgieron más pruebas de este tipo a partir de muestras del asteroide Ryugu, traídas a la Tierra por la misión Hayabusa 2 de la Agencia Espacial Japonesa. El recuento de aminoácidos hallados en las muestras de Ryugu superó los 20 tipos diferentes.
Esta teoría, de confirmarse, sería un hito importante para responder a otra pregunta sobre el origen de la vida, que es si estamos solos en el universo o si es posible que haya otras formas de vida ahí fuera.
La vida surgió de una "sopa primordial"
Por último, una de las teorías más aceptadas en la actualidad sobre el origen de la vida es que los primeros seres surgieron por la acción de procesos químicos posibilitados por las condiciones de la Tierra primitiva.
La teoría, según la Britannica, afirma que la composición de la atmósfera terrestre y las condiciones térmicas de su primer millón de años de existencia permitieron la producción no biológica de moléculas orgánicas.
La primera simulación experimental de las condiciones de la Tierra primitiva fue realizada en 1953 en la Universidad de Chicago, informa el periódico de la institución, por un estudiante de posgrado, Stanley Miller, y su profesor, el químico Harold Urey.
De acuerdo a la institución, se cree que en los primeros tiempos del planeta había una abundancia mucho mayor de hidrógeno, que luego se perdió en el espacio. Y que, probablemente, había átomos de carbono, nitrógeno y oxígeno en forma de metano, amoníaco y agua.
Así que los investigadores Miller y Urey inyectaron amoníaco, metano y vapor de agua en un recipiente de cristal cerrado para simular este escenario, formando algo que se conoció como "sopa primordial". A continuación, hicieron pasar chispas eléctricas por el recipiente para simular los relámpagos, que también se cree que fueron mucho más frecuentes en la Tierra primitiva.
Este procedimiento dio lugar a varios aminoácidos e hidroxiácidos, sustancias químicas familiares en la vida contemporánea en la Tierra, lo que indica que este proceso podría haber allanado el camino para las moléculas necesarias para producir vida.
Los científicos creen ahora que la atmósfera primitiva de la Tierra tenía una composición química diferente a la receta de Miller y Urey, informa la Enciclopedia Britannica. Sin embargo, incluso en experimentos más recientes, con mejores simulaciones de la atmósfera de hace miles de millones de años, se pudieron producir la mayoría, si no todos, de los componentes básicos esenciales para la vida (proteínas, carbohidratos y ácidos nucleicos).
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