Superman hizo su aparición en Action Comics en junio de 1938. A partir de entonces este extraterrestre se convertiría en uno de los personajes de ficción más famosos. Y su influencia no se quedaría sólo en la ficción, por eso te traemos 5 formas en las que el cómic inspiró investigaciones e inventos:
1. El Supergen: En 1992, genetistas de la División de Biología del Instituto de Tecnología de California, bautizaron como Superman a un gen que provoca que quien lo tenga posea un número extra de órganos sexuales masculinos. Tal vez, un nombre más apropiado fuese el de Superplant, ya que se encuentra en la especie Arabidopsis thaliana. Pero en 2002, el biólogo Steven E. Jacobsen y sus colegas, de la Universidad de California, identificaron un gen que “inutiliza” al gen Superman: no podía ser otro que el gen Kriptonita.
2. El superhéroe fotosintético: Si hay genes de Superman en plantas terrestres, ¿por qué el “último hijo” de Kriptón no podría contar con genes de plantas que expliquen cómo, de acuerdo con los escritores del cómic, este superhéroe almacena y convierte energía solar en la energía que requiere para no morir de nuevo a manos de Doomsday y salvar a Lois Lane, su eterno y nada platónico amor? En febrero de 2011, estudiantes de física de la Universidad de Leicester propusieron que la “visión calorífica”, uno de los poderes de Superman, sería teóricamente posible para este superhéroe fotosintético, de funcionar como un láser orgánico: un láser generado por la vibración y rotación de una molécula de dióxido de carbono. Fuera de las páginas de los cómics, este láser es empleado en la industria de manera similar a la de Superman: para cortar, soldar y grabar metal.
3.
Recargando energía: Según los cálculos de estos físicos, si Superman puede transformar de manera completamente eficiente energía solar en visión calorífica, para poder emitir un haz calorífico que perforara un hoyo de tres milímetros de radio en una barra de acero de 5 cm de espesor, el Hombre de Acero requeriría “cargarse” tomando un baño de sol de siete minutos. Como en nuestro mucho menos “súper” mundo los láseres orgánicos tienen una eficiencia de tan solo 20%, Superman tendría que broncearse durante más de media hora.
4. La kriptonita: La kriptonita tampoco se quedó en un gen. Resulta que esa especie de cristal verde y reluciente que provenía del desaparecido planeta Krypton, para sorpresa de los enemigos de Superman, también existe en la Tierra. La composición de la kriptonita, de acuerdo con la descripción que se hace en la película Superman regresa, es “hidróxido de silicato de sodio litio boro con flúor”; la que se descubrió en la Tierra coincide con la descripción de la película, pero sin flúor. Se trata de un mineral hallado en Serbia. En realidad es blanquizo, terroso, no emite radiación y no proviene del planeta de roca y hielo. El minerólogo británico Chris Stanley, del Museo de Historia Natural de Londres, analizó los componentes de estas piedras que un grupo de mineros encontró en Río Tinto, y en su estructura identificó la mayoría de las características descritas en la película.
5. El secreto detrás de sus poderes: Pero, al final de cuentas, ¿por qué es tan poderoso Superman? Sus creadores nos explicaron que ello se debe a que Kriptón tenía una masa muchísimo mayor a la de la Tierra, por lo que aquí él saltaba como un astronauta terrícola en la Luna. ¿Y en el caso de la gravedad? En La ciencia de los superhéroes Lois Gresh y Robert Weinberg suponen que Superman es mil veces más fuerte que cualquiera, lo que significa que Kriptón tiene una gravedad mil veces más grande que la terrestre o una masa 3 mil veces mayor que la de nuestro Sol.
A pesar de las disparatadas premisas, y de que sepamos que la existencia de Superman es físicamente imposible, nada nos ha impedido buscar algo en el cielo de los cómics cada vez que leemos: “Es un ave,es un avión. No,es...SUPERMAN”
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