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Podría ser una tecnología revolucionaria para las personas que luchan por moverse, a pesar de este debilitante trastorno cerebral.
El tratamiento fue desarrollado por investigadores suizos que antes habían utilizado implantes en la médula para ayudar a varias personas con paraplejia a caminar de nuevo.
El paciente, Marc, de 62 años y quien vive en Francia, padece el mal desde hace unos 30 años.
Al igual que más de 90 por ciento de las personas con Parkinson avanzado, Marc tiene grandes dificultades para caminar.
Lo que se conoce como episodios de congelación, durante los cuales los pacientes quedan temporalmente sin moverse, lo pone en riesgo de caer, son terribles, dijo a Afp.
“Si tienes un obstáculo o si alguien pasa frente a ti inesperadamente, comienzas a ‘congelarte’ y caes”, agregó Marc, quien no quiso revelar su apellido.
Aún se desconocen muchos aspectos de la enfermedad y tratar esos síntomas ha sido difícil. Sin embargo, pueden afectar seriamente la vida de los pacientes, a veces confinándolos a la cama o a una silla de ruedas.
Así que cuando surgió la oportunidad de someterse a una cirugía invasiva en Suiza con el objetivo de resolver el problema, Marc no dudó en aprovecharla.
Ahora puedo caminar de un punto a otro sin preocuparme por cómo llegaré allí, destacó.
Puedo dar un paseo, salir de compras por mi cuenta, puedo hacer lo que quiera, añadió.
El equipo suizo de investigadores implantó un sistema complejo de electrodos llamado neuroprótesis en puntos claves a lo largo de la médula espinal de Marc.
Desarrollamos una neuroprótesis que redujo los problemas de marcha, de equilibrio y la congelación, explicó el equipo liderado por la cirujana Jocelyne Bloch y el neurocientífico Gregoire Courtine.
La más reciente investigación, publicada en Nature Medicine, funcionó casi según el mismo que en el caso de los usados en parapléjicos.
En el caso de los pacientes paralizados, el trauma proviene de un accidente, que corta la comunicación entre el cerebro y la médula espinal.Pero para Marc y otros pacientes con Parkinson, esta comunicación aún existe.
Sin embargo, la señal del cerebro se ve afectada por la progresiva desaparición de las neuronas que generan el neurotransmisor dopamina.
En este caso la neuroprótesis tenía que hacer algo más que enviar una estimulación eléctrica que provocara el movimiento. También debía asumir el papel del cerebro al generar esa estimulación en el momento adecuado, de modo que el movimiento resultante se corresponda con los deseos del paciente.
La idea es medir los movimientos residuales, es decir, la intención de caminar, con pequeños sensores que se encuentran en las piernas, indicó Courtine a Afp.
Gracias a esto, sabemos si la persona quiere seguir o detenerse, y podemos ajustar la estimulación en consecuencia, destacó Courtine, un investigador en el Instituto Federal Suizo de Tecnología de Lausana.
La neuroprótesis fue probada primero en primates y luego implantada en Marc, quien la ha utilizado alrededor de ocho horas al día durante casi dos años.
Contó que ahora puede caminar mucho más fácilmente; incluso planea un viaje a Brasil, pero enfatizó que todavía requiere concentración, en especial al subir escaleras.
El equipo suizo ha ampliado su experimento a un grupo de seis enfermos. Han lanzado una empresa emergente para investigar su futura comercialización.
David Dexter, director de investigación de Parkinson’s UK, concluyó: es bastante invasiva, pero podría ser una tecnología revolucionaria para ayudar a restaurar el movimiento en casos avanzados.
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