Estamos viviendo la sexta extinción masiva del planeta y al menos 515 especies de vertebrados están amenazadas, pues tienen poblaciones de mil individuos o menos, afirmó Gerardo Ceballos González, investigador del Instituto de Ecología.
En un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) de Estados Unidos, el científico y sus colegas revisaron especies en peligro de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces, y confirmaron la grave pérdida de poblaciones de fauna en el orbe.
“La cifra es muy conservadora, pues de muchos animales no hay datos. Son grupos que están al borde del abismo y en muy poco tiempo pueden desaparecer. Son muchísimas especies si recordamos que en los últimos 500 años se han extinguido 600 y hoy tenemos 515 en riesgo”, señaló.
Si éstas se acaban, las tasas de extinción de los últimos 150 años se irían al doble. “Las especies que desaparecieron en los últimos cien años debieron haberlo hecho en 10 mil años”.
En el estudio, Ceballos y sus compañeros también evaluaron aquellas que tienen cinco mil individuos y confirmaron que corresponden a las mismas áreas de las de mil individuos. “Significa que tenemos colapsos de la biodiversidad regionales, áreas geográficas totalmente afectadas”.
Las que están en peligro crítico básicamente son zombis, es decir, fauna muerta viviente. “Son tan pocos los especímenes, que han perdido el papel que desempeñaban para mantener la estructura y función de los ecosistemas”, resaltó.
En un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) de Estados Unidos, el científico y sus colegas revisaron especies en peligro de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces, y confirmaron la grave pérdida de poblaciones de fauna en el orbe.
“La cifra es muy conservadora, pues de muchos animales no hay datos. Son grupos que están al borde del abismo y en muy poco tiempo pueden desaparecer. Son muchísimas especies si recordamos que en los últimos 500 años se han extinguido 600 y hoy tenemos 515 en riesgo”, señaló.
Si éstas se acaban, las tasas de extinción de los últimos 150 años se irían al doble. “Las especies que desaparecieron en los últimos cien años debieron haberlo hecho en 10 mil años”.
En el estudio, Ceballos y sus compañeros también evaluaron aquellas que tienen cinco mil individuos y confirmaron que corresponden a las mismas áreas de las de mil individuos. “Significa que tenemos colapsos de la biodiversidad regionales, áreas geográficas totalmente afectadas”.
Las que están en peligro crítico básicamente son zombis, es decir, fauna muerta viviente. “Son tan pocos los especímenes, que han perdido el papel que desempeñaban para mantener la estructura y función de los ecosistemas”, resaltó.
Causas y soluciones
Las principales causas de esta aniquilación biológica son la destrucción del hábitat y el tráfico ilegal, problemas que originaron la pandemia que estamos viviendo, y que han causado en los últimos 30 años cerca de 50 brotes epidémicos de enfermedades emergentes, virales o bacterianas que afectan al ser humano.
“Es claro que la vacuna contra estos males son los ambientes naturales. Cada vez que los devastamos y traficamos con especies estamos destruyendo las barreras naturales que permitían que los humanos nos mantuviéramos a salvo de virus y bacterias que se encuentran en la naturaleza”, subrayó.
Ceballos recordó que las poblaciones naturales silvestres se mantienen estables y reguladas por los depredadores, parásitos y enfermedades. “Pero con la destrucción de hábitats y el comercio ilegal rompemos el equilibrio y, por lo tanto, tenemos problemas como la pandemia que enfrentamos”.
Para el experto de la UNAM, la solución inmediata es detener de tajo esas acciones fuera de la ley. “No podemos seguir permitiendo esta situación, que ocurre especialmente en países de Asia como China y Vietnam”.
Solamente en China se trafica con cien millones de animales silvestres al año, según datos del gobierno de esa nación, lo que significa que están autorizados. Esto genera 74 mil millones de dólares, cifra más grande que todo el comercio de carne en Estados Unidos, e involucra a 14 millones de personas en el gigante asiático.
“El asunto es grave, pero no lo es más que la pandemia que vivimos, porque apenas estamos viendo los primeros estragos.”
Que los científicos sigan insistiendo en el tema es una cuestión de ética, de moral. “En México y en todo el mundo debemos entender que lo que no hagamos los ciudadanos no lo hará el gobierno. Es necesario un movimiento ciudadano liderado por la ciencia, por los datos que nos indican qué se tiene que hacer y cuáles son los derroteros correctos”.
Para lograrlo, Ceballos y un grupo de ambientalistas y filántropos ya preparan la iniciativa Stop Extinction, que aspira a construir el año entrante un movimiento ambiental tan fuerte como el del cambio climático, para crear conciencia de la aniquilación biológica en el orbe.
Las principales causas de esta aniquilación biológica son la destrucción del hábitat y el tráfico ilegal, problemas que originaron la pandemia que estamos viviendo, y que han causado en los últimos 30 años cerca de 50 brotes epidémicos de enfermedades emergentes, virales o bacterianas que afectan al ser humano.
“Es claro que la vacuna contra estos males son los ambientes naturales. Cada vez que los devastamos y traficamos con especies estamos destruyendo las barreras naturales que permitían que los humanos nos mantuviéramos a salvo de virus y bacterias que se encuentran en la naturaleza”, subrayó.
Ceballos recordó que las poblaciones naturales silvestres se mantienen estables y reguladas por los depredadores, parásitos y enfermedades. “Pero con la destrucción de hábitats y el comercio ilegal rompemos el equilibrio y, por lo tanto, tenemos problemas como la pandemia que enfrentamos”.
Para el experto de la UNAM, la solución inmediata es detener de tajo esas acciones fuera de la ley. “No podemos seguir permitiendo esta situación, que ocurre especialmente en países de Asia como China y Vietnam”.
Solamente en China se trafica con cien millones de animales silvestres al año, según datos del gobierno de esa nación, lo que significa que están autorizados. Esto genera 74 mil millones de dólares, cifra más grande que todo el comercio de carne en Estados Unidos, e involucra a 14 millones de personas en el gigante asiático.
“El asunto es grave, pero no lo es más que la pandemia que vivimos, porque apenas estamos viendo los primeros estragos.”
Que los científicos sigan insistiendo en el tema es una cuestión de ética, de moral. “En México y en todo el mundo debemos entender que lo que no hagamos los ciudadanos no lo hará el gobierno. Es necesario un movimiento ciudadano liderado por la ciencia, por los datos que nos indican qué se tiene que hacer y cuáles son los derroteros correctos”.
Para lograrlo, Ceballos y un grupo de ambientalistas y filántropos ya preparan la iniciativa Stop Extinction, que aspira a construir el año entrante un movimiento ambiental tan fuerte como el del cambio climático, para crear conciencia de la aniquilación biológica en el orbe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario