Un estudio de Greenpeace España afirma que cada año se generan aproximadamente 500,000 millones de botellas de plástico en todo el mundo y estima que para 2020 la cifra será superada, llegando a producir 900% más de plástico del que se generaba en 1980. Esto resulta alarmante si consideramos que el mundo enfrenta grandes retos de cara al mañana. Por fortuna, investigadores de Berkeley están tratando de cambiar las cosas.
Científicos del Laboratorio Nacional Lawrence de Berkeley y el Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE, por sus siglas en inglés) han creado un material plástico que es completamente reciclable. Se llama polidicetoenamina, pero los mortales podemos llamarlo PDK.
Se trata de un material que se puede deshacer a nivel molecular y luego volver a ensamblarse en otro objeto con una textura, color y forma diferentes las veces que se quiera, sin que se pierda su rendimiento o calidad.
Según Peter Christensen, investigador de postdoctorado del Molecular Foundry del Berkeley Lab: “La mayoría de los plásticos nunca fueron hechos para ser reciclados. Pero hemos descubierto una nueva forma de ensamblar plásticos que tiene en cuenta el reciclaje desde una perspectiva molecular”.
Como explica Berkeley Lab, los rellenos y los productos químicos utilizados en los objetos de plástico suelen estar estrechamente unidos a los monómeros (moléculas que se unen para formar grandes moléculas de plástico llamadas polímeros). Estos aditivos podrían llevar a propiedades inesperadas al mezclar varios plásticos para reciclarlos. Eso significa que los artículos que ya están hechos con plásticos reciclados podrían ser de una muy mala calidad y terminarían por desecharse.
Pero lo mismo no pasa con los PDK. Según Brett Helms, líder del equipo: “Con los PDK, los enlaces inmutables de los plásticos convencionales se reemplazan con enlaces reversibles que permiten que el plástico se recicle de manera más efectiva”.
Los objetos hechos con el PDK se pueden remodelar, recolocar y reciclar una y otra vez. Así, lo que un día es una botella al otro puede ser las puntas de unas agujetas o el mango de un sartén.
Los investigadores de Berkeley continuarán trabajando con el PDK para desarrollar variantes con una amplia gama de propiedades térmicas y mecánicas. Eso permitiría que el material se use para textiles, espumas, materiales impresos en 3D y otras aplicaciones.
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