El experimento solo se ha realizado en ratones de laboratorio, aún no ha sido probado en seres humanos y los científicos afirman que deberá pasar pruebas clínicas de entre tres a cinco años para determinar si es realmente viable para la cura en los seres humanos.
Una de las dificultades a la hora de tratar el virus recae en las distintas variaciones que este representa, además de que se replica y resurge con rapidez si el tratamiento se detiene o posterga. La principal tarea de la comunidad científica ha sido buscar una vacuna o cura terapéutica que elimine la probabilidad de expansión del virus.
El mayor reto para los científicos se ha basado en encontrar un inmunógeno -sustancia capaz de producir una respuesta inmunitaria- que provoque anticuerpos que neutralicen los distintos tipos de VIH. Numerosos estudios se han realizado sobre la amplitud y la potencia de los anticuerpos.
Los estudiantes del profesor Chen Zhiwei desarrollaron una molécula inmunoadhesina biespecífica, que se refiere a una sustancia capaz de generar anticuerpos que se adhieran de forma efectiva y específica a los diferentes tipos y subtipos de VIH.
Este gran avance aunque aún debe ser probado para saber su eficacia en los seres humanos, ha sido posible gracias a los CRISPR, llamado así por sus siglas en inglés que se refiere en términos generales a la modificación del material genético a gran escala.
Se trata de un gran paso hacia la cura al menos funcional del virus, pues en su aplicación aún no se trata de una cura total, los pacientes deberán inyectarse al menos en períodos trimestrales, pues el anticuerpo reduce el virus a tan bajos niveles, que haría imposible detectarlo.
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