Esto se debe a que cuando dos personas se toman de la mano, se genera una especie de conexión, la cual no tiene nada de que con el plano sentimental o afectivo, sino a que verdaderamente se genera una sincronización entre algunos órganos y, como consecuencia, un intercambio de información entre cuerpos.
Los resultados indican que el agarrarnos de las manos cuando padecemos algún dolor aumenta la red de acoplamiento entre los cerebros, que se correlaciona con la magnitud de la analgesia y la precisión empática del observador.
Conexiones intercerebrales El estudio consistió en observar el acoplamiento cerebro-cerebro durante el dolor con contacto entre personas, evaluando así la participación de la sincronía intercerebral en el alivio del dolor.
Se contó con la participación de diferentes parejas románticas a las que se les asignó una tarea distinta. Por cada pareja, una de las personas debía ser el receptor de dolor (objetivo), mientras que la otra debía ser simplemente observador del padecimiento del otro (observador). Las pruebas se realizaron también con simulaciones opuestas, por ejemplo, sin emplear dolor real y sin contacto entre ellos.
Los hallazgos indican que la retención de la mano durante la administración del dolor aumenta el acoplamiento cerebro-cerebro. Esto se produce en una red que involucra principalmente las regiones centrales del objetivo del dolor y el hemisferio derecho del observador del dolor. Según los investigadores, el descubrimiento “hace una contribución única a nuestra comprensión de los mecanismos fisiológicos de la analgesia relacionada con el tacto”.
Conexiones intercerebrales El estudio consistió en observar el acoplamiento cerebro-cerebro durante el dolor con contacto entre personas, evaluando así la participación de la sincronía intercerebral en el alivio del dolor.
Se contó con la participación de diferentes parejas románticas a las que se les asignó una tarea distinta. Por cada pareja, una de las personas debía ser el receptor de dolor (objetivo), mientras que la otra debía ser simplemente observador del padecimiento del otro (observador). Las pruebas se realizaron también con simulaciones opuestas, por ejemplo, sin emplear dolor real y sin contacto entre ellos.
Los hallazgos indican que la retención de la mano durante la administración del dolor aumenta el acoplamiento cerebro-cerebro. Esto se produce en una red que involucra principalmente las regiones centrales del objetivo del dolor y el hemisferio derecho del observador del dolor. Según los investigadores, el descubrimiento “hace una contribución única a nuestra comprensión de los mecanismos fisiológicos de la analgesia relacionada con el tacto”.
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