Así como esta noticia ha sido desplegada en todos los medios de comunicación del mundo, hace algunos meses, una pequeña esponja de mar apareció en los titulares de miles de periódicos del planeta.
Se trataba de la eribulina, un nuevo y eficaz medicamento contra el cáncer de mama, obtenido de una esponja de mar (Halichondria okadai), que es tóxica y muy frecuente en la costa japonesa del Pacífico.
Este fármaco, afirman sus creadores, puede mejorar en un 20% (unos dos meses) la esperanza de vida de las mujeres ya tratadas previamente y que padecen metástasis.
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