“Una de las cosas que hay que enfatizar –señala Arias Ortiz– es que no es un remplazo para las vacunas sino una herramienta, y por lo tanto tienen una función diferente. En el caso de las vacunas, previenen la infección y disminuyen la posibilidad de enfermedad severa y muerte. Los nuevos fármacos son un tratamiento para personas a las que se les diagnosticó Covid-19 y tienen riesgo de enfermedad severa o muerte. No son medicamentos que curan, pero previene la severidad de la enfermedad y también la muerte. Los datos disponibles que tenemos son que la posibilidad de fallecimiento es muy baja, si se toman estas píldoras.”
Por su parte, Alejandro Sánchez comenta que “tener estos tratamientos nos da una herramienta más de combate. Sabemos que a pesar de tener vacunas que previenen los síntomas graves y la muerte, algunos casos se salen de control. Siempre hay un porcentaje en el cual la vacuna no genera la respuesta inmune que se espera y tener acceso al medicamento, sobre todo al inicio de los síntomas, nos da esa opción de poder reducir los casos de síntomas graves… es un complemento que no debe sustituir a la vacunación”.
Molnupiravir, de la farmacéutica estadunidense Merck ya recibió autorización en Reino Unido y también obtuvo la aprobación para uso de emergencia de la EMA (Agencia Europea de Medicamentos) como tratamiento contra la Covid-19 y se espera que reciba luz verde por parte de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) de Estados Unidos, mientras que el Paxlovid, de la también estadunidense Pfizer, pidió autorización al órgano regulador de Estados Unidos, apenas este 9 de noviembre.
Los dos medicamentos serán una estrategia adicional que va a disminuir las muertes en los casos que lo requieran, pero a decir de Carlos Arias no es recomendado para todas las personas que contraigan Covid-19, sino en aquellas de mayor edad y que tengan comorbilidades; es decir, riesgo de padecer una enfermedad severa o muerte. Por ello, no se piensa que sea recetada para personas jóvenes, en particular para las que no tengan comorbilidades.
¿Qué tan efectivos son?
Sobre la efectividad de ambos medicamentos, Arias Ortiz menciona que es importante saber que los ensayos clínicos de ambos fármacos no están publicados y no han sido revisados por pares, por lo que sólo se tienen las declaraciones de las empresas que los desarrollaron.
En el caso de Molnupiravir, 7 por ciento de los pacientes tratados con el medicamento fueron hospitalizados, contra 14 por ciento del grupo de quienes no lo tomaron. Por otro lado, durante el estudio no fallecieron personas que hayan recibido el medicamento, mientras que en el grupo al que se le dio un placebo hubo ocho muertos, por lo que tiene cien por ciento de protección contra la muerte, y 50 por ciento de efectividad contra la enfermedad severa.
En cuanto a Paxlovid, lo que encontraron fue que 0.8 por ciento de quienes estuvieron en el estudio tuvieron que ser hospitalizados, contra siete por ciento del grupo placebo, esto implica 89 por ciento de efectividad contra hospitalización. Y contra la muerte, se reportó cien por ciento de efectividad, contra siete fallecimientos entre los que recibieron el placebo, apunta Carlos Arias.
Las pruebas fueron tan efectivas que se suspendieron por razones éticas, pues no está bien seguir dando placebos a personas con comorbilidades, cuando puede dárseles el tratamiento.
Para Alejandro Sánchez, “los medicamentos van a ayudar a evitar síntomas graves y la muerte. Así como lo hacen las vacunas, pero para que a final de cuentas ese número que se sale del porcentaje de eficacia pueda ser tratado con pastillas. Si lo pensamos un poquito, esto da un cuello de botella mucho menor porque la producción no sería tan masiva. Eso daría una reducción de costos, pero los medicamentos no son un sustituto, lo debe tener claro la gente. Es un complemento, un salvavidas extra”.
¿Cuándo estarán disponibles?
Carlos Arias comenta que es difícil decir cuándo estarán disponibles, pero lo que manifestaron las compañías es que Merck tendrá 10 millones de tratamientos para finales de año, de los cuales Estados Unidos ya compró 1.7 millones.
En el caso de Pfizer, tendrán unos cien mil tratamientos, según sus propias declaraciones. Son pocos. También depende de la capacidad de producción del próximo año, de la demanda y de la rapidez con que se puedan licenciar estos productos a la India, en particular, pero difícilmente estará disponible en México el próximo año.
Una de las ventajas que tiene Molnupiravir es que cuenta con una patente abierta, es decir, que se puede licenciar para que sea producido en otros países por otras empresas, de manera genérica, lo que podría bajar los costos.
“Hay un respaldo de las Naciones Unidas –dice Arias Ortiz– que se conoce como Fondo de Patentes de Medicamentos, que negocia con las compañías que tienen la patente para licenciarlas a naciones de bajos ingresos y de ingresos medios para que las produzcan de manera genérica. Esto permitirá que, de acuerdo a Merck, 105 países tengan la oportunidad de producir este medicamento en sus instalaciones, al menos quienes tengan la capacidad. Algo importante es que ya se le otorgó licencia a ocho compañías en India, y seguramente a través de estas empresas y de quienes lo puedan producir, podrán abatirse los costos. Aun así, quizá tarde en estar disponible por la demanda de naciones ricas. El medicamento está restringido para administrarse a personas positivas a SARS-CoV-2 que estén en los primeros días de síntomas y que tengan riesgo por comorbilidades.”
Costo de los medicamentos
Molnupiravir tiene un costo aproximado de 700 dólares, es decir, 14 mil pesos mexicanos, según lo declarado por la empresa. Pfizer no ha dado precio para Paxlovid, sin embargo, ha señalado que tratará que sea a un precio asequible para países de ingresos medios, además de licencias para manufactura en países que tengan la capacidad, y así abatir costos.
Arias y Sánchez concuerdan que estos medicamentos serán una herramienta más, por lo que no hay que dejar las medidas que buscan mitigar el número de contagios: el uso de cubrebocas, la sana distancia, y principalmente la vacunación. “El problema –comenta Sánchez– es que va a llevar muchos años, al menos dos, que tengamos una vacunación homogénea. Más por la aparición de la variante delta que se postula a ser la variante predominante en el mundo, posiblemente se vuelva endémica y esto significa que la vamos a ver circulando, pero las variaciones que está sufriendo son sublinajes de la delta, tienen características de mayor transmisión pero podría haber una atenuación, ya sea porque el porcentaje de vacunación será muy alto o porque finalmente encontremos un balance entre el virus y nosotros en el que el virus se transmita pero no cause síntomas tan graves”.
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