Es originario de China y, gracias a su belleza, ha sido utilizado tradicionalmente como árbol ornamental. Pero el Kiri es mucho más que una planta bonita o un árbol que se pone muy bello cuando florece.
Este árbol es tan fuerte que puede crecer en suelos infértiles, o puede ser regado con agua contaminada sin que esto lo perjudique. Además, purifica el suelo, y absorbe 10 veces más dióxido de carbono que cualquier otro árbol, es decir que limpia la atmósfera y que podría ayudar a frenar el calentamiento global.
En algunas regiones de China, existió la tradición de plantar un Kiri cada vez que una niña nacía, para que acompañara su crecimiento. Cuando la niña estaba en edad de casarse (que para esa época era en la adolescencia), el Kiri estaba maduro y se lo cortaba para confeccionar los muebles para el nuevo hogar.
El crecimiento del Kiri es muy rápido, en aproximadamente 8 años ya se convierte en un árbol adulto. Sus hojas son muy grandes, por eso consume más dióxido de carbono que los demás. Es también una especie muy resistente a agresiones externas como las plagas.
Los suelos pobres o degradados no suelen ser un problema para el Kiri, y tampoco las aguas contaminadas, que purifica con sus raíces. Es también muy resistente a la sequía.
Esas características nos llevan a pensar que deberíamos plantar ya mismo miles de Kiris para reforestar el planeta y frenar el calentamiento global. No debemos olvidar que siempre es mejor forestar cada región del planeta con sus árboles nativos; no llevar especies "exóticas" que puedan invadir el hábitat natural de otras.
Sin embargo, se ha investigado sobre el Kiri y sus propiedades de purificación de los suelos y de la atmósfera, y se lo considera adecuado para crecer en otras partes del mundo además de Asia. En México se han realizado forestaciones masivas de Kiri y en Argentina, el gobierno de la provincia de San Luis se interesó por su cultivo también. En Texas (Estados Unidos) se inició en 2008 un proyecto denominado The Kiri Tree Revolution, con el objetivo de plantar un millón de ejemplares.
Conseguir semillas de Kiri para plantarlo hoy en día no resulta complicado. No está en manos de cualquier persona hacer un enorme plan de reforestación, como el que se hizo por ejemplo en Texas. ¿Pero por qué no plantar un bonito ejemplar de Kiri en casa, disfrutar de sus flores y al mismo tiempo colaborar con un cambio de paradigma que proteja a nuestro planeta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario