Los científicos de los Países Bajos han informado que compartimos muchas bacterias durante un apasionado beso de diez segundos; un hallazgo que hace fruncir el ceño y hasta nos hace pensar en nuestra salud en esta temporada de resfriados y gripe.
Pero no te preocupes, somos más propensos a enfermarnos al dar la mano a lo largo del día que a través de los besos. Y la ciencia detrás de este comportamiento revela que junto con todos esos gérmenes, compartimos un montón de beneficios.
Besar no tiene que ver con el intercambio de bacterias o el romance. Nuestras primeras experiencias con el amor y la seguridad por lo general implican la presión del labio y la estimulación a través de comportamientos que imitan un beso, como la lactancia o la alimentación con biberón.
Estos eventos tempranos establecen importantes vías nerviosas en el cerebro de un bebé que se asocian con emociones positivas que continúan siendo importantes en toda la vida.
Nuestros labios son las zonas erógenas más expuesta del cuerpo. A diferencia de otros animales, los labios humanos se ven claramente y se exponen al exterior. Ellos están llenos de terminaciones nerviosas sensibles por lo que incluso la más mínima caricia envía una cascada de información a nuestro cerebro, que puede sentirse muy bien.
Cuando besas, se activa una parte muy importante del cerebro asociada con la información sensorial; un torbellino de neurotransmisores y hormonas a través de nuestro cuerpo que influyen en la forma en que pensamos y sentimos.
Si hay "química" real entre dos personas, un beso puede sentar las bases para un nuevo romance. Un beso apasionado pone a dos personas muy cerca - nariz con nariz, de ahí que el amor entre por la nariz.
Aprendemos unos de otros mediante la participación de nuestro sentido del olfato, nuestras papilas gustativas y el sentido del tacto. Y a través de esa información se envían todo tipo de señales a nuestro cerebro lo que nos informa sobre la otra persona. De hecho, el olor del hombre puede proporcionar pistas subconscientes sobre su ADN a su compañera.
Los psicólogos evolutivos de la Universidad Estatal de Nueva York, en Albany, encontraron que 59% de los hombres y 66% de las mujeres han terminado una relación porque un beso no funciona. Esa es la prueba de fuego definitiva de la naturaleza, para que nos sintamos más atraídos a ciertas personas que pueden ser mejores parejas genéticas.
Una investigación realizada por el biólogo suizo Claus Wedekind encontró que las mujeres son más atraídas por los olores de hombres que llevan un código genético diferente al de su sistema inmune, en una región de ADN conocida como el complejo mayor de histocompatibilidad o MHC.
Los científicos sospechan que cuando una pareja tiene una genética diferente, combate enfermedades, y sus hijos son propensos a beneficiarse por tener un sistema inmune fuerte, explica Sheril Kirshenbaum en Iflscience.
Es posible que no estemos pensando en ser padres cuando nos besamos con alguien, pero los besos proporcionan pistas para ayudarnos a decidir si tomamos una relación en serio. Sin embargo, es importante agregar que las mujeres que toman la píldora anticonceptiva muestran una preferencia opuesta, es decir, prefieren hombres con una genética más parecida a la suya. Esto sugiere que cuando usamos anticonceptivos, podemos estar engañando a nuestros cuerpos de tal manera que nos damos cuenta.
Aparte de ayudar a encontrar un gran partido, los besos tiene otras ventajas también. Ponen en marcha una cascada de impulsos neuronales que rebotan entre el cerebro y la lengua, los labios, los músculos faciales y la piel. Miles de millones de pequeñas conexiones nerviosas distribuyen información en todo el cuerpo, produciendo señales químicas que cambian la forma en que sentimos.
Un beso apasionado puede clavar el neurotransmisor dopamina, que está vinculado a los sentimientos de deseo y el deseo. La oxitocina, conocida como la "hormona del amor", fomenta un sentido de cercanía y apego. La adrenalina aumenta nuestro ritmo cardíaco y nos puede hacer sudar. El cortisol, conocido como la hormona del estrés, también lleva un buen efecto para reducir el malestar. Los vasos sanguíneos se dilatan, la respiración se profundiza, las mejillas se sonrojan y se acelera el pulso.
Besar promueve las sensaciones que a menudo describimos cuando estamos enamorados. De esta manera, un beso puede anunciar una nueva relación romántica. También puede solidificar los lazos fuertes que compartimos con los familiares y amigos. Los besos vienen en muchas variedades y están intrínsecamente ligados a los momentos más importantes y significativos de nuestra vida, proporcionando un medio para comunicarse más allá de lo que las palabras pueden expresar.
La ciencia apenas ha comenzado a estudiar los besos, a pesar de su evidente importancia evolutiva y personal, pero lo que ya sabemos demuestra que hay mucho más para percibir en los labios, que en los ojos.
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