El resultado de la investigación, en la que también ha participado el Instituto de Medicina Legal de Alicante, “podría abrir nuevas vías de investigación y diseñar fármacos para disminuir la tendencia a la autolesión”, han destacado fuentes universitarias.
Los investigadores han detectado modificaciones en el gen ‘FKBP5′ y alteraciones en el gen del recpetor Cannabinoide 2. El primero, en genes que afectan a la vía Notch, entendida como la capacidad de destruir o generar neuronas, y el segundo relacionado con la regulación de la conducta emocional, como la ansiedad y la depresión, y el desarrollo de trastornos adictivos.
El trabajo ha sido realizado por el catedrático de Farmacología de la UMH Jorge Manzanares y el profesor de Patología y Cirugía, y forense del Instituto de Medicina Legal de Alicante, Salvador Giner.
En la provincia de Alicante se practican unas 1.100 autopsias al año, un 10 % de ellas en personas que se han suicidado.
La tarea de los investigadores era tratar de averiguar qué ocurre en la mente humana cuando un individuo decide acabar con su vida, por lo que se centraron en estudiar cerebros de personas suicidas que no recibían tratamiento farmacológico.
Alrededor de 70 cerebros han analizado ambos investigadores desde que empezaron con este estudio hace siete años. Aunque apuntan que existen pocas alternativas terapéuticas para evitar el suicidio, ambos creen que mediante su trabajo se podrá identificar los genes o receptores que puedan mejorar mediante tratamientos.
En este sentido, han afirmado que a largo plazo se pretende conocer si los tratamientos utilizados por personas vulnerables que padecen depresión o patologías mentales son compatibles con otros fármacos que administrados por sí solos o en conjunto traten de proteger a una persona de la conducta suicida.
Según Giner, las mujeres tienen mayor tendencia al suicidio a través de la asfixia o los medicamentos, aunque en muchos casos no lo logran, mientras que los hombres optan por el ahorcamiento o la precipitación, “y la mayoría de veces sí lo consiguen”.
En el estudio también participa el catedrático de Bioquímica Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla La Mancha, Jorge Laborda, quien ha apuntado que “los fallos en los mecanismos neuronales pueden provocar mayor susceptibilidad para desarrollar conductas como el suicidio o la drogadicción”.
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