Un grupo de científicos descubrieron que la eumelanina, uno de los colorantes que dio origen a los ojos castaños y el pelo oscuro en muchas especies modernas, incluidos los humanos, se encontraban en las trazas químicas del pigmento que coloreó las plumas de los pájaros que vivieron hace más de 100 millones de años.
"Éste es un pigmento que evolucionó hace mucho, mucho tiempo pero sigue siendo sintetizado activamente por organismos del planeta, y encontramos una forma de hacer su mapa genético y mostrar su presencia sobre 120 millones de años. Hay una relación directa entre usted, yo y algunos organismos extremadamente antiguos", dijo el geoquímico Roy Wogelius, de la Universidad de Manchester, en el Reino Unido.
Los científicos emplearon la radiación de sincrotrón en el examen de dos pájaros fosilizados para determinar que elementos se encontraban en éstos y por ende qué coloración generaban.
Los investigadores del Laboratorio Nacional de Acelerador SLAC del Departamento de Energía, señalaron que la eumelanina debe haber sido uno de los factores que determinaba los patrones de color en los pájaros de aquella época.
Otras determinantes para su coloración fueron las propiedades estructurales de las plumas de las aves y otros pigmentos que ellas ingirieran como parte de su dieta.
Para los científicos es importante entender estos patrones dado que desempeñan un papel en una amplia gama de comportamientos que son importantes en la evolución, tales como el camuflaje, la comunicación y la selección de pareja sexual.
"Si pudiésemos eventualmente determinar los colores de especies que se han extinguido hace mucho tiempo, eso en sí mismo sería fantástico", añadió el coautor del estudio que se publica en la revista Science, Uwe Bergmann.
Los fósiles que se estudiaron fueron el Confuciusornis sanctus, que vivió hace 120 millones de años, que fue uno de los muchos eslabones de la evolución entre los dinosaurios y las aves, y presentaba el primer pico de ave conocido.
El otro Gansus yumenensis se considera el pájaro moderno más antiguo, vivió hace más de 100 millones de años y se parecía a los somormujos, macaes, zampullines o zambullidores del presente.
El descubrimiento ayudará a que los ilustradores de libros de texto, los productores de dioramas y los artistas que hacen los efectos cinematográficos especiales empleen una paleta más realista en sus representaciones de los animales antiguos.
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