Los cefalópodos son unos animales muy interesantes y enigmáticos. Se encuentran distribuidos por casi todos los mares del mundo y se conocen alrededor de 200 especies. Estas criaturas también son sumamente inteligentes. Numerosos estudios han demostrado sus habilidades cognitivas y su alta capacidad de adaptación.
Uno de los representantes con la mayor relación entre el tamaño de su cerebro y el de su cuerpo es la sepia común (Sepia officinalis). Este animal puede recordar qué, dónde y cuándo comió por última vez. Además, un artículo publicado en Proceedings of the Royal Society B demostró que la sepia es capaz de superar la "prueba del malvavisco", un test diseñado para probar la capacidad de los niños para aplazar la gratificación.
El "test del malvavisco": Originalmente, esta prueba consiste en ofrecer un dulce a un niño y explicarle que, si no se lo come, podrá tener más en un rato. Se considera que el niño pasa el test si es capaz de rechazar el dulce para esperar el premio mayor. Para su estudio, los investigadores adaptaron esta prueba. Mostraron a las sepias dos tipos de alimentos, uno más apetecible que el otro. Luego colocaron la comida detrás de dos puertas marcadas con figuras simples (círculo y cuadrado) y se hizo a las sepias saber que las puertas se abrirían después de un tiempo determinado. La primera puerta que se abría era la del alimento no tan apetecible, y pasado un tiempo lo hacía la que ocultaba la comida favorita de las sepias (camarones). Cuando las sepias comían lo que había tras la puerta que se abría primero, se les retiraba el contenido de la segunda. Rápidamente, los animales aprendieron que si esperaban un poco podrían comer algo mejor.
El equipo cree que esta habilidad podría tener su explicación en la estrategia de las sepias para cazar. Estos cefalópodos suelen camuflarse y esperar a que sus presas se acerquen para poder emboscarlas. Cuando atacan, las sepias pierden el camuflaje, lo que puede ahuyentar a otras presas y las vuelve vulnerables ante posibles depredadores. Para los investigadores, la facilidad para esperar a presas mejores se deriva de una estrategia evolutiva de estos animales
Maestros del disfraz
Las sepias, como cualquier otro cefalópodo, son especialistas en camuflaje. De acuerdo con National Geographic, sus cuerpos contienen 10,000,000 de células que les permiten cambiar rápidamente el color, el patrón y la textura para lograr el disfraz perfecto. Gracias a este mecanismo pueden evitar a los depredadores, engañar a sus presas e incluso comunicarse con sus semejantes. También es útil en época de apareamiento.
Pese a que la mayoría de las especies de sepias no se encuentran en peligro de extinción, algunas como la sepia gigante australiana (Sepia apama) se catalogan como casi amenazadas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza señala que la acidificación del océano causada por el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera es una amenaza potencial para todas las especies.
El estudio menciona que los cefalópodos cuentan con los sistemas nerviosos más complejos entre los invertebrados. El tema de la inteligencia de los animales ha atraído a muchos investigadores, quienes están interesados en las circunstancias evolutivas que llevaron a ciertas especies a desarrollar sus habilidades cognitivas. Aunque los mejores ejemplos de inteligencia se han documentado en primates, cuervos, delfines y otros mamíferos, los hallazgos con las sepias nos hace replantear lo que sabemos sobre las limitaciones cognitivas de los invertebrados. La investigación sugiere que la evolución ha dotado a estos animales de mecanismos deseables para enfrentar desafíos en su entorno, abriendo el camino a un mayor entendimiento de la diversidad cognitiva en el reino animal.
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