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lunes, 28 de marzo de 2016

El agujero de ozono

La capa de ozono es un compuesto gaseoso situados en la estratosfera, entre 25 y 30 Km. desde la línea del suelo. Está constituida por un gas azulado que protege al planeta de la radiación que proviene de los rayos ultravioleta del sol. Su grosor, entre las magnitudes climáticas, no llama la atención. Se dice que si extendieran de manera uniforme toda la capa sobre nuestras cabezas no llegaría a tres milímetro de grosor.

El ozono es una variedad del oxígeno ordinario. Es más activo químicamente y es un buen agente oxidante.

El ozono se encuentra mayoritariamente entre diez y cincuenta kilómetros del altura, en la estratosfera. Esta concentración la denominamos “capa de ozono”. 
La capa de ozono es muy beneficiosa ya que absorbe la radiación UV. Si no existiese, la vida en los océanos sería prácticamente imposible. También el ozono se encuentra en menor medida entre la superficie terrestre y los diez kilómetros de altura. No cumple ningún papel, más aún, debido a ser muy tóxico es un grave problema para las grandes ciudades que lo producen.

El ozono es una molécula formada por tres átomos de oxígeno (O3) y tiene la propiedad de ser altamente tóxico debido a su radiactividad.

Se utiliza para la esterilización de agua, eliminación de olores desagradables y tiene resultados muy positivos en tratamientos de diferentes dolencias a partir de la ozonoterapia.

Desde que en 1985, expertos en la atmósfera del servicio británico de exploración antártica publicaran el hecho del debilitamiento de la cantidad de ozono en primavera sobre Halley Bay en 40% comenzó la preocupación que se extiende hasta bien entrado el siglo XXI.

El agujero en la capa de ozono viene dado por el debilitamiento o disminución de la concentración del ozono en la atmósfera, el cual provoca un adelgazamiento en una región tan grande como Alaska, localizándose fundamentalmente sobre la antártica en el hemisferio sur.

Una ciudad tan importante como Tierra de Fuego en Argentina, Chile, Uruguay, Sudafrica, entre otros, ya sufre los embates del sol más directamente.

Hacia la segunda mitad del siglo XX estuvo acompañado de la introducción a escala mundial de los CFC's (Cloro-flúor-carbonatos), gases refrigerantes y aerosoles altamente inertes que pueden pasar de “inadvertidos” por la atmósfera.

Al ascender en la atmósfera y llegar a la troposfera la historia es distinta; estos gases son alimentados por las altas energías que existen en esa capa como consecuencia de la absorción de las radiaciones UV, estimulando y desencadenando así un mecanismo de ruptura de esta estructura química, pasando a formarse radicales muy reactivos capaces de vivir setenta y cinco años en CFC3 y cien años el CF2Cl2, destruyendo en este período la impresionante cantidad de 100.000 moléculas de ozono antes de perder su actividad o volver a la troposfera, provocando una disminución de la concentración de ozono, peligrosa para el desarrollo armónico de la vida, la mayoría de los contaminantes que destruye el ozono provienen de la mitad norte de nuestro planeta y sin embargo el agujero se encuentra sobre el polo sur.

Investigaciones recientes confirman lo que los científicos sospecharon siempre: gigantescas ondas atmosféricas causadas por elevaciones de terreno como el Himalaya, amortiguan la formación de un agujero del ozono en el hemisferio norte, y por eso las ciudades de la zona norte quedan libres de la radiación UV, al menos por ahora.

La importante cordillera de Dhaulagiri del Himalaya, en Nepal central, es una fuente de ondas atmosféricas que rodean el planeta y calientan la troposfera.

En realidad, algunos pequeños agujeros de ozono se formaron antes en la zona ártica. En la primavera de 1997 es un ejemplo reciente. Pero estos ejemplos son la excepción y no la regla.

La química de la destrucción del ozono requiere temperaturas muy bajas del aire en la estratosfera y la estratosfera ártica simplemente, no es tan fría como su equivalente en la antártica.

Esta diferencia entre el norte y el sur es el resultado indirecto de la manera en que la tierra está distribuida en el planeta; de manera desigual. La mayor parte de la tierra del planeta y sus montañas más altas se encuentran en el hemisferio norte.



Las altas montañas y las fronteras entre el mar y la superficie terrestre combinan para generar enormes ondulaciones en la atmósfera llamadas “olas de escala planetaria” u “olas largas” y que resultan del calentamiento del aire polar. Las ondas planetarias mueven el aire hacia el norte y el sur, mientras viajan alrededor de nuestro planeta, estas ondas se forman en la troposfera y se propagan hacia arriba.

Las fuertes ondas planetarias en el hemisferio norte calientan la zona ártica impidiendo la destrucción del ozono, las elevaciones del terreno en el sur también provocan ondas planetarias, pero tienden a ser más débiles.

En ciertos años en que la ondas planetarias del hemisferio norte fueron más débiles de los acostumbrado un agujero del ozono se formó en el ártico.

Existen fenómenos tales como la dinámica de la atmósfera superior que pueden incidir en la concentración de ozono en la región antártica debido a las singularidades meteorológicas de la región. Otros encargados de arrojar productos químicos que pueden influir sobre el ozono estratosférico son los volcanes.

Pero tenemos que tomar conciencia de la importancia que tiene para la conservación de la vida, en el sentido más amplio de la palabra. La responsabilidad del hombre sobre el uso indiscriminado de los adelantos científicos, llegando al punto de comprometer la vida de nuestros hijos.

Todos juntos, debemos y tenemos que comenzar a saldar esa gran deuda que fuimos capaces de contraer con la naturaleza y responsabilizarnos con el cuidado y protección de la capa de ozono, pues todos somos los perjudicados por igual y sin distinción. Las consecuencias que implican la destrucción de la naturaleza son incalculables.

Podemos desenvolvernos de forma sustentable, siempre creciendo, pero conscientes de que tenemos que cuidar el legado de nuestros padres y entregarlo a nuestro hijos.

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