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martes, 18 de octubre de 2022

Europa

La luna helada de Júpiter, Europa, podría dar a la frase "luz de luna" un significado completamente nuevo. Una serie de nuevos experimentos realizados por científicos de la NASA sugieren que la luna helada brilla, incluso en su lado nocturno.

A medida que Europa, la luna helada (formada principalmente por hielo de agua y varias sales) y llena de océanos, orbita el planeta gaseoso Júpiter, resiste un implacable golpe de radiación. Júpiter golpea la superficie de Europa día y noche con electrones y otras partículas, bañándola en radiación de alta energía. Y, a medida que estas partículas golpean la superficie de la luna, hacen que Europa brille en la oscuridad.

En la Tierra, cuando la Luna brilla nuestro cielo, lo que nos permite verla es gracias a que refleja la luz solar. Esto es así para la mayoría de cuerpos del sistema solar, pero las lunas de Júpiter se salen de la normal al existir en un ambiente ferozmente radiactivo donde son bombardeadas constantemente con una amplia variedad de partículas subatómicas del gigante gaseoso.

Para comprender mejor los efectos de esta enorme radiación en una luna como Europa, los científicos crearon una maqueta de laboratorio de la superficie de Europa en una instalación de haz de electrones de alta energía en Gaithersburg, Maryland, y utilizaron un instrumento llamado Cámara de Hielo para las Pruebas de Entorno de Radiación y Electrones de Alta Energía de Europa (ICE-HEART).

Así, cuando los investigadores simularon esa interacción en el laboratorio disparando electrones a muestras de hielo salado, el hielo brilló. El brillo de ese resplandor dependía del tipo de sal en el hielo, según apuntan los investigadores en su estudio publicado en la revista Nature Astronomy.

Descubrieron que cuando el hielo de la superficie de esta luna, que contiene sulfato de magnesio (también conocido como sal de Epsom) y cloruro de sodio (o sal de mesa) que se filtra desde el interior, brillaba en la oscuridad y que el brillo variaba con la composición del hielo. Esto significa que el lado "oscuro" de Europa en realidad tiene un brillo variable que a veces es ligeramente verde, o azul o blanco. (De hecho, si la luna no fuese bombardeada por la radiación de Júpiter se vería como la luna de la Tierra, oscura en la cara oculta).

Si esta curiosa luz lunar nunca antes vista se confirma en Europa, una misión futura, como la nave espacial Europa Clipper programada por la NASA para mediados de la década de 2020, podría darnos una idea de la salinidad del océano que se cree que acecha bajo la corteza helada de Europa y muchos otros detalles en sus sobrevuelos orbitando Júpiter. Este descubrimiento es muy interesante, pues el océano subterráneo de Europa se considera uno de los lugares más prometedores para buscar vida extraterrestre en el sistema solar.

"La forma en que varía esa composición podría darnos pistas sobre si Europa alberga condiciones adecuadas para la vida", aclara Murthy Gudipati, líder del estudio.

Europa alberga un océano enorme y, al estudiar la superficie, los expertos esperan descubrir si la vida se esconde en la vasta masa de agua. Aunque la misión no está destinada a buscar vida, no podemos desaprovechar la oportunidad para realizar un reconocimiento detallado de Europa y ver si es capaz de albergarla. Comprender la habitabilidad de Europa ayudará a los científicos a entender mejor cómo se desarrolló la vida en la Tierra y el potencial de encontrar vida más allá de nuestro planeta.

La primera imagen que la nave espacial Juno de la NASA tomó mientras sobrevolaba la luna de Júpiter, Europa, cubierta de hielo, ha llegado a la Tierra. La imagen, que revela las características de la superficie en una región cercana al ecuador de la luna, llamada Annwn Regio, fue obtenida durante la aproximación más cercana de la nave, el pasado jueves 29 de septiembre, a las 2:36 a.m. hora del Pacífico (5:36 a.m. hora del este), a una distancia de aproximadamente 352 kilómetros.

Se trata del tercer paso cercano de la historia de menos de 500 kilómetros de altitud y la mirada más cercana que una nave espacial ha proporcionado a Europa desde el 3 de enero de 2000, cuando la nave Galileo de la NASA se acercó a 351 kilómetros de la superficie.


Europa es la sexta luna más grande del sistema solar, un poco más pequeña que la luna de la Tierra. Los científicos creen que hay un océano salado debajo de una corteza de hielo de varios kilómetros de grosor, lo que suscita preguntas sobre potenciales condiciones capaces de albergar vida bajo la superficie de Europa.

Este segmento de la primera imagen de Europa tomada durante este sobrevuelo por la cámara JunoCam de la nave hace un primer plano de una franja de la superficie de Europa al norte de su ecuador. Debido al contraste realzado entre la luz y la sombra que se observa a lo largo del terminador (la línea de separación con el lado nocturno), se pueden ver fácilmente las características del terreno escarpado, incluyendo altos bloques que proyectan su sombra, mientras que las crestas y depresiones iluminadas y oscuras se curvan a lo largo de la superficie. La fosa oblonga cerca del terminador podría ser un cráter de impacto degradado.

Con estos datos adicionales sobre la geología de Europa, las observaciones de Juno beneficiarán a futuras misiones a la luna joviana, incluida la misión Europa Clipper de la agencia. Europa Clipper, cuyo lanzamiento está previsto para 2024, estudiará la atmósfera, la superficie y el interior de la luna, y su principal objetivo científico será determinar si hay lugares bajo la superficie de Europa que podrían albergar vida.

Aunque los datos de Juno serán muy interesantes, la nave solo tuvo dos horas para recopilarlos, ya que pasó por delante de la luna a una velocidad relativa de unos 23,6 kilómetros por segundo.

"Es muy pronto, pero todo indica que el sobrevuelo de Juno a Europa fue un gran éxito", dijo Scott Bolton, investigador principal de Juno en el Instituto de Investigación del Suroeste de San Antonio. "Esta primera imagen es solo un atisbo de las nuevas y notables investigaciones científicas que se obtendrán a partir de todo el conjunto de instrumentos y sensores de Juno que adquirieron datos mientras rozábamos la corteza helada de la luna".

Durante el sobrevuelo, la misión obtuvo lo que serán algunas de las imágenes de mayor resolución de la luna (1 kilómetro, por píxel) y obtuvo valiosos datos sobre la estructura de la capa de hielo de Europa, su interior, la composición de su superficie y su ionosfera, además de la interacción de la luna con la magnetosfera de Júpiter.

"El equipo científico comparará el conjunto completo de imágenes obtenidas por Juno con imágenes de misiones anteriores, para ver si las características de la superficie de Europa han cambiado durante las últimas dos décadas", dijo Candy Hansen, co investigadora de Juno que dirige la planificación de la cámara en el Instituto de Ciencias Planetarias de Tucson, Arizona. "Las imágenes de JunoCam completarán el mapa geológico actual, reemplazando las áreas de cobertura de baja resolución en esa zona".

Los primeros planos de Juno y los datos del instrumento Radiómetro de Microondas (MWR, por sus siglas en inglés) de Juno proporcionarán nuevos detalles sobre cómo varía la estructura del hielo de Europa bajo su corteza. La comunidad científica puede utilizar toda esta información para generar nuevos conocimientos sobre la luna, incluyendo datos que ayuden en la búsqueda de regiones donde pueda existir agua líquida en bolsas subterráneas poco profundas.

Sobre la base de las observaciones de Juno y de misiones anteriores como Voyager 2 y Galileo, la misión Europa Clipper de la NASA, cuya llegada a Europa está prevista para 2030, estudiará la atmósfera, la superficie y el interior de la luna, con el objetivo de investigar su habitabilidad y comprender mejor su océano subsuperficial global, el grosor de su corteza de hielo y buscar posibles géiseres que puedan estar expulsando agua subterránea al espacio.

El sobrevuelo cercano modificó la trayectoria de Juno, reduciendo el tiempo que tarda en orbitar Júpiter de 43 a 38 días. El sobrevuelo también supone el segundo encuentro con una luna galileana durante la misión extendida de Juno. La misión exploró Ganímedes en junio de 2021 y está previsto que realice sobrevuelos cercanos a Ío, el cuerpo más volcánico del sistema solar, en 2023 y 2024.

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